Principios básicos para la construcción de bibliotecas

Te presentamos los 10 mandamientos de Harry Faulkner-Brown quien está reconocido como uno de los más importante arquitectos de bibliotecas del siglo XX.

Harry Faulkner-Brown
(www.hexhamcourant.co.uk)
Faulkner-Brown nació en South Sields (Inglaterra) en el año 1920 e inició su formación como arquitecto en el King’s College de Newcastle.

Tras la Segunda Guerra Mundial completó su formación en arquitectura y trasladó su residencia a Canadá donde vivió durante 12 años. Allí diseñó sus primeras bibliotecas y construyó una de las más conocidas: la Biblioteca Nacional de Canadá en Ottawa.

Al regresar a Newcastle, en 1962 se unió a otros arquitectos y creó la firma Williamson, Faulkner-Brown and Partners. Para esta ciudad Faulkner-Brown diseñó la Biblioteca Jesmond que se inauguró en 1963 y cuenta con una singular sala de lectura circular (proyecto ganador R.I.B.A Bronze medal)

En 1982, Faulkner-Brown fue nombrado OBE por su contribución a la arquitectura y por los servicios prestados a la sociedad. Murió el 10 de febrero de 2008.



Principios básicos para la construcción de bibliotecas

El arquitecto Harry Faulkner-Brown estableció una serie de condiciones, tanto cuantitativas como cualitativas, a tener en cuenta en la construcción de edificios para bibliotecas.

Criterios cuantitativos: las dimensiones del edificio deben definirse según su número de usuarios potenciales, la magnitud de su colección y el espacio requerido para el personal.

Criterios cualitativos: propuso un decálogo de principios básicos, conocidos como “mandamientos”, que se debían tener en cuenta en la planificación de los espacios del edificio bibliotecario. El decálogo fue presentado en 1973 y revisado en 1980.


Los 10 mandamientos de Harry Faulkner-Brown

Las condiciones cualitativas que debe reunir cualquier edificio bibliotecario son:

Jesmond Library
(20thcenturynewcastlearchitecture.wikifoundry.com)
1- Flexible: el edificio de una biblioteca tiene que posibilitar el que su distribución, su estructura y sus servicios sean fáciles de ser cambiados y adaptados a nuevas circunstancias cuando estas circunstancias así lo requieran.

2- Compacto: las partes de ese edificio forman un todo, lo suficientemente coordinado y estructurado como para permitir un fácil movimiento, dentro de ella, de los lectores, del personal y de los libros cuando estos tengan que ser trasladados de un lugar a otro.

3- Accesible: desde la calle se ha de llegar fácilmente a la biblioteca (aparcamientos, adecuadas escaleras y rampas para discapacitados); dentro del edificio, la accesibilidad a los lugares y a los materiales ha de ser cómoda y rápida.

4- Extensible: una biblioteca es un organismo vivo, o crece o muere. Extensible quiere decir que el edificio ha de estar dise­ñado de tal manera que pueda crecer (hacia los lados, si hay más suelo edificable; hacia arriba, si se pueden echar más pisos sobre los previamente construidos; hacia abajo, si hay posibilidad de ocupar nuevos sótanos).

5- Variado en su oferta de espacio a los lectores: el arquitecto y quienes le presentan las bases del proyecto de la futura biblioteca (los bibliotecarios) han de tener en cuenta la diversidad de espacios que idealmente debe tener cualquier biblioteca (sala de referencia y lectura, hemeroteca, préstamo domiciliario, sala de materiales especiales, colección local, salón de actos, etcétera).

6- Organizado de modo que per­mita el acercamiento entre libros y lectores: se partiría preferiblemente de una biblioteca abierta, en la que los usuarios lleguen directamente a los materiales y puedan hojearlos (y ojearlos) antes de decidir si les interesa; podríamos hablar también de la organización científica de los diversos catálogos, que posibilite el más cómodo, rápida y adecuado uso por quienes deseen manejarlos.

7- Confortable, cómoda: que invi­te a su uso, a entrar en la biblioteca y a volver a ella.

8- Seguro: seguridad para el per­sonal, para los usuarios, para los materiales. Adecuados sistemas antirrobo y antifuego, cortafuegos que aislen salas, salidas rápidas y en un tiempo mínimo, si ello es necesario.

9- Constante en las características de su entorno: las condiciones climáticas (frío, calor, humedad, luminosidad, etcétera) deben ser lo más constantes y adecuadas posibles, de modo que permitan unas condiciones de trabajo seguras, cómodas y eficaces tanto para el personal como para los usuarios y para la colección de materiales.

10- Indicativo de sus funcio­nes: es esencial una buena señalización externa (que permita encontrar fácilmente el lugar, el más céntrico que se pueda) donde esté ubicada la biblioteca; no menos importante es una buena señalización interna que nos indique lo más claramente posible la localización de las diversas secciones de la biblioteca y de los múltiples materiales que un centro bibliotecario debe tener a disposición de quienes deseen utilizarlos.


Fuente:
(1) Fuentes Romero, J. J. (1995). El entorno físico de la lectura infantil y juvenil. Educación y biblioteca, Año 7, n. 58, p. 51-55. En: http://hdl.handle.net/10366/112980
Gutiérrez, J. J. P. (2008). El espacio bibliotecario, de custodia a consulta. Revista Interamericana de Bibliotecología, 31(2), 143-159. En: 20th Century Architecture in Newcastle upon Tyne.  Jesmond Library.


Véase además:

Bibliopos

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