En la década de 1930, un grupo de bibliotecarias, conocidas como las “mujeres de los libros”, montaban a caballo y llevaban material de lectura a las aisladas comunidades montañosas de Kentucky.
En la década de 1930, muchas personas que vivían en comunidades aisladas tenían muy poco acceso a empleos, y mucho menos a una buena educación para sus hijos. En Kentucky, tenían comunidades montañosas aisladas que solo podían obtener sus libros y material de lectura gracias a la increíble tarea de las bibliotecarias a caballo.
El presidente Franklin Roosevelt estaba tratando de encontrar una manera de resolver la Gran Depresión de la década de 1930. Su administración de Works Progress creó la iniciativa de la biblioteca Pack Horse para ayudar a los estadounidenses a alfabetizarse más para que tuvieran una mejor oportunidad de encontrar empleo.
Estas bibliotecarias se aventuraban a través de arroyos fangosos y colinas nevadas solo para entregar libros a la gente de estas áreas aisladas.
Las bibliotecarias a caballo estaban compuestos en su mayoría por mujeres. Recibieron salarios de la Administración de Progreso de Obras. La regla era que las bibliotecas debían existir en los condados donde se entregarían los libros. Muchas de las escuelas locales contribuyeron a este esfuerzo donando materiales, como periódicos, revistas y libros.
Estas mujeres aventureras a caballo cabalgarían hasta 120 millas en una semana determinada, independientemente del terreno o las condiciones climáticas. A veces, tendrían que terminar sus viajes a pie si su destino estaba en un lugar demasiado remoto y difícil para los caballos.
En 1943, el programa de entrega de libros a caballo había terminado porque el empleo se disparó durante la Segunda Guerra Mundial.
Fuente: History Daily
VÉASE ADEMÁS:
“Book women”: Las mujeres que llevaron libros a caballo a comunidades aisladas
Eran conocidas como las “mujeres de los libros”. Montaban a caballo, generalmente al amanecer, para tomar su camino a lo largo de las laderas nevadas y a través de arroyos fangosos con un objetivo simple: entregar material de lectura a las aisladas comunidades montañosas de Kentucky.
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Me gustó esta bella historia. Se la leí a Irene Vallejo en su El infinito en un Junco. Es una tarea con similitudes con las Misiones Pedagógicas de la II República.
ResponderEliminarDistinguidísimo oficio el de la ilustración.
ResponderEliminarExcelente...como bibliotecaria que soy no sabía de las existencia de esta iniciativa: mujeres montadas a caballo llevando literatura a comunidades remotas. Yo las llamo "bibliotecarias ambulantes ".
ResponderEliminarSi hubiera vivido en esa época y lugar me habría unido al grupo. Qué buena iniciativa, aunando mi amor a los libros y a los caballos. Llevar lectura a los olvidados planazo total!!
ResponderEliminarHermosa labor de llevar la lecturas a sitios aislados a personas sin acceso .Soy bibliotecaria a eso llamo el arte de leer. Asi es nuestra tarea ofrecer la lectura el conocimiento como herramienta para acabar con tantas almas mediocres
ResponderEliminar¡Admirables!
ResponderEliminarMaravillosa tarea de ellas!👏👏👏
ResponderEliminarExcelente comentario a cerca de las bibliotecarias a caballo.soy bibliotecaria
ResponderEliminarMe dejo muy impactada por su trabajo futo cabalgar con muchis obstaculos .y poder dejar sus textos a las flias...gracias..