Compartimos este artículo del bibliotecario Guillermo Elías donde nos ofrece una breve relación histórica de la simbiosis Biblioteca y Democracia, junto a una propuesta pedagógica para el tratamiento de los 40 años de democracia en Argentina.
Por: Guillermo C. Elías*
Es a partir de la invención de la escritura, cuando el hombre dispone por primera vez del pensamiento en un objeto que intenta permanecer en el tiempo y el espacio. Esa materialidad que es a la vez efímera será el punto de inicio de las colecciones que conformarán los repositorios a los que denominamos bibliotecas.
El libro, cuya finalidad es ser leído por otro u otros, es desde ya un objeto democratizador, aunque su accesibilidad, estuvo por largos años restringida a una pequeña minoría alfabetizada.
La relación entre las bibliotecas y la democracia se remonta a los inicios de la antigua Grecia, donde las primeras bibliotecas públicas surgieron en el siglo V a.C. Estos lugares eran vistos como centros donde los ciudadanos podían reunirse para discutir asuntos políticos y filosóficos importantes.
A lo largo de la historia, las bibliotecas han desempeñado un papel clave en el desarrollo de sociedades democráticas al proporcionar acceso equitativo a información y conocimiento. Durante la Edad Media, muchos monasterios mantuvieron colecciones significativas de manuscritos antiguos que permitieron preservar obras clásicas que de otra manera se hubieran perdido para siempre, sin su intervención.
Durante la Ilustración del siglo XVIII, las bibliotecas se convirtieron en instituciones fundamentales para difundir ideas radicales e iluminadas sobre igualdad y libertad política. En Estados Unidos, por ejemplo, Benjamin Franklin fundó una serie de clubes literarios que luego evolucionaron hasta convertirse en algunas de las primeras bibliotecas públicas del país.
En tiempos más modernos, muchas naciones han visto cómo sus sistemas educativos dependen cada vez más del acceso libre e igualitario a información precisa. La UNESCO ha destacado consistentemente el papel fundamental que juegan estas instituciones para fomentar entornos culturales saludables y promover valores democráticos entre todas aquellas personas con interés por aprender.
La imprenta, que abarató los costos de la producción del libro permitió: una mayor difusión de ideas, al hombre apreciarse e interpretarse en su contexto, y la resignificación de sus libertades y objetivos. Trajo consigo la Independencia de Estados Unidos, las Revolución haitiana, y la Revolución Francesa, esta última acompañada por un renovado impulso en la apertura de las bibliotecas privadas que pertenecían a los reyes absolutistas, convertidas ahora en bibliotecas públicas. La Emancipación Americana que instituyó la apertura de bibliotecas con el mismo carácter y que se convirtieron con el devenir de los tiempos en nuestras actuales Bibliotecas Nacionales.
La sola imagen de San Martín trasponiendo la Cordillera de los Andes acompañado de su biblioteca personal, que donará a Chile, Perú y Argentina nos brinda una idea bastante elocuente de la relevante importancia que cobra en él la necesidad de, no solo liberar materialmente a los pueblos, sino también la de proyectar y promover su emancipación intelectual.
La idea prístina surgida de la revolución “Educar al soberano” intentará una masiva alfabetización de quienes deberán elegir a sus representantes, imponiendo una vez ejecutado, una nueva y poderosa gravitación al proyecto librario. La biblioteca es un espacio convocante, democratizador y que a la vez educa en los principios y virtudes de la ciudadanía.
El bibliotecario erigido históricamente en el “Guardián de los Libros” frase poco feliz, hija tal vez de alguna pésima traducción, equivocadamente remite hacia una idea errónea de inaccesibilidad a la información, nos pone de inmediato ante la imagen del Cancerbero custodiando el inframundo. Por el contrario, el bibliotecario ha sido desde el origen de la biblioteca, el preservador y difusor amoroso del patrimonio intelectual. Desde el advenimiento de las bibliotecas públicas y nacionales, se constituye en el Actor principal de una profesión privilegiada no solo por el hecho de trabajar en un ámbito donde se pretende convocar todas las ideas humanas, sino también por la gratuidad del servicio. Es entonces un actor democratizante.
En ocasión de cumplirse en la Argentina, cuarenta años del regreso a la democracia, son convocados los distintos niveles educativos y las bibliotecas escolares a detener su atención en este particular hecho.
40 años, es mucho tiempo, pues representa el período democrático más largo vivido sin interrupciones, y es poco, pues nuestra historia es todavía una historia breve.
¿Qué debemos tener en cuenta al momento de abordar este tema desde la biblioteca escolar?
Sin duda, se nos presenta aquí un desafío y una oportunidad muy interesante para poner en juego no solo el acervo bibliográfico y digital, sino también las habilidades y cualidades profesionales del maestro bibliotecario y su capacidad en la enseñanza de las herramientas que habiliten a los educandos como lectores autónomos a través de lo que llamamos Formación del Lector.
Con el objeto de formalizar la postura de moderador o mediador en la actividad que proponemos, considero preciso revisar algunos puntos del Código de Ética destinado a los profesionales bibliotecarios, redactado por la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA).
-La bibliotecología es, en su esencia, una actividad ética que incorpora un método de gran valor al trabajo profesional con la información.
-El servicio de información, en interés del bienestar social, cultural y económico, está en el centro de la bibliotecología, por lo tanto, los bibliotecarios tienen una responsabilidad social.
- En la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (1948), el Artículo 19 establece los derechos de libertad de opinión, de expresión y de acceso a la información para todos los seres humanos. Expresamente establece el derecho de “Buscar, recibir y difundir información e ideas en cualquier medio sin limitación de fronteras, lo cual proporciona una justificación clara para las bibliotecas y la práctica de la bibliotecología moderna y progresiva.
- La misión principal de los bibliotecarios y otros trabajadores de la información es garantizar el acceso a la información para todos, para el desarrollo personal, educación, enriquecimiento cultural, ocio, actividad económica y participación informada para la mejora de la democracia.
Los bibliotecarios y otros trabajadores de la información rechazan la negación y restricción del acceso a la información y las ideas, especialmente a través de la censura ya sea por los estados, gobiernos o instituciones de la sociedad religiosa o civil. Con la finalidad de promover la inclusión y erradicar la discriminación, los bibliotecarios y otros trabajadores de la información se aseguran de que el derecho de acceso a la información no sea negado y que se proporcionen servicios equitativos para todos independientemente de su edad, nacionalidad, ideología política, capacidad física o mental, identidad de género, patrimonio, educación, ingresos, estatus de inmigración y búsqueda de asilo, estado civil, origen, raza, religión u orientación sexual.
Los bibliotecarios y otros trabajadores de la información están estrictamente comprometidos con la neutralidad y con una postura imparcial en relación con la colección, el acceso y el servicio. La neutralidad tiene como resultado el mayor equilibrio posible en la colección y en el acceso a la información. Los bibliotecarios y otros trabajadores de la información distinguen entre sus convicciones personales y deberes profesionales. Ellos no anteponen intereses personales o creencias personales a expensas de la neutralidad.
En resumen, bajo las premisas de responsabilidad social, libertad de información y neutralidad proponemos trabajar en el aula o biblioteca, desde el pensamiento crítico y reflexivo, en un marco de pluralidad, infodiversidad y aprendizaje constructivo.
¿Qué medidas pueden tomar las bibliotecas para asegurar la igualdad de acceso a la información?
Las bibliotecas tienen un papel crucial en asegurar la igualdad de acceso a la información para todos los miembros de una comunidad. Algunas medidas que pueden tomar son:
* Crear políticas y prácticas que promuevan el acceso equitativo a materiales e información para todas las personas.
* Ofrecer recursos físicos y digitales accesibles, como libros electrónicos y bases de datos en línea, con licencias adecuadas para permitir un uso justo.
* Proporcionar programas educativos sobre alfabetización informacional, enseñando habilidades críticas necesarias para evaluar y utilizar eficazmente la información.
* Establecer alianzas con organizaciones locales o grupos comunitarios comprometidos con la equidad en el acceso a la información.
* Asegurarse de que su colección refleje una variedad de perspectivas culturales, étnicas y socioeconómicas.
* Fomentar un ambiente inclusivo donde se respeten las diferencias individuales y se promueva el diálogo abierto entre diferentes puntos de vista.
* Utilizar tecnología accesible como software lector de pantalla o dispositivos especiales para ayudar a aquellos con discapacidades visuales o auditivas.
Estas son solo algunas ideas generales; cada biblioteca debe encontrar maneras específicas según sus recursos disponibles para garantizar una mayor igualdad en el acceso a la información entre su comunidad local.
Sugerimos en forma ideal, respetando la disponibilidad material de cada biblioteca, disponer a los alumnos en semicírculo, divididos en pequeños grupos, cada uno con una computadora con acceso a internet, y haber trabajado previamente los criterios para evaluar fuentes digitales: autoridad y sitios web. Nuestro eje impulsará la multiplicidad de ideas y opiniones, buscando el respeto a las ajenas y a las contrarias, y la participación ordenada, sustentando así la formación ciudadana.
Título: "40 años de democracia: logros y desafíos"
Introducción: Presentación del tema y contextualización histórica (transición a la democracia)
A modo de disparador y lograr definir nuestro objeto de estudio, se buscarán diferentes definiciones de Democracia, para luego confrontarlas y encontrar diferencias. He aquí un par de ejemplos:
RAE: Sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce directamente o por medio de representantes.
Oxford Languages: Sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho de este a elegir y controlar a sus gobernantes.
¿El pueblo solo elige, o elige y controla?
Desarrollo:
Los primeros años: Consolidación del sistema democrático. Logros políticos, económicos y sociales.
Desafíos actuales: Crisis institucional o política actual. Problemas socioeconómicos persistentes. Tensiones entre derechos individuales y colectivos.
Retos futuros: Fortalecimiento institucional. Profesionalización de los cargos públicos. Participación ciudadana activa. Promoción de valores cívicos como la tolerancia, el diálogo y la inclusión social
Reflexiones finales: ¿Qué se ha aprendido después de cuarenta años? ¿Cuál es el futuro que deseamos construir?
Conclusión: Recapitulación general.
Sugerencias para profundizar ciertos aspectos tratados durante la clase.
Es importante destacar que esta es solo una posible estructura; que puede adaptarse según los objetivos específicos de cada clase. También se pueden incluir ejemplos concretos e ilustrativos, así como fomentar un ambiente abierto al debate y a las reflexiones críticas por parte de los estudiantes.
A modo de consideración final, podemos concluir analizando la idea que resume y define la filosofía de las grandes religiones: el “Amor al prójimo”, que las últimas generaciones parecen haber sustituido por un creciente y deshumanizado individualismo, y compararlo a la premisa que sostiene nuestra Carta Magna en su preámbulo. Argumento que debiera estar presente en cada acto de gobierno de cualquier democracia: “Promover el bienestar general”. Si esta expresión se cargara de un significado tal que inspirase tanto a los electores como a los elegidos, cabría la posibilidad de construir un mundo mejor. En el decir de Borges: «Yo, que me figuraba el Paraíso bajo la especie de una biblioteca». Biblioteca y Democracia nos brindan como desafío, un espacio de trabajo y compromiso que permiten la concepción de esa especie de paraíso terreno. Es en la inteligencia de ese ideal, que, perseguido y llevado a la práctica, nos haría francamente mejores.
* Maestro Bibliotecario del GCBA y Colegio Champagnat de Buenos Aires. Profesor de la Cátedra de Psicología del Lector e Historia del Libro y de las Bibliotecas en las Tecnicaturas en Bibliotecología: Escuela Nacional de Bibliotecarios de la Biblioteca Nacional “Mariano Moreno” e Instituto de Formación Técnica Superior Nº 13 del GCBA.
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