Debido a las recientes catástrofes naturales que impactaron ciudades de Argentina y otros países, esta columna ofrece herramientas para que bibliotecas, archivos y museos puedan prepararse ante estos eventos.
Por: Rosa Monfasani y Sergio Terrera
Imagen Biblioteca popular J. Payró Bahía Blanca |
Ante los hechos que nos han sacudido como país y como está sucediendo en otras partes del mundo debido a fenómenos climáticos extremos, terremotos, incendios, guerras y a otros que pueden manifestarse en el ámbito de las bibliotecas, archivos y museos, acercamos esta columna.
En los últimos días a raíz de la inundación en la ciudad de Bahía Blanca y alrededores debido una serie de precipitaciones sin precedentes, nos llegan noticias de algunos casos como el de la biblioteca popular Roberto J. Payró que perdió el 99% de los libros, computadoras, portón y estanterías, como así también de otras bibliotecas que están esperando que se den las condiciones necesarias para entrar y evaluar los daños sufridos.
A partir de las impactantes imágenes que muestran la dimensión de la catástrofe y recordando situaciones similares vividas en otras latitudes, es que estuvimos analizando que los planes de estudio de muchas de nuestras carreras no alcanzan a brindar herramientas ni abordar en profundidad el tema y que en general no contamos con un plan de prevención, gestión del riesgo, ni mucho menos con un manual de procedimientos para saber cómo empezar y qué hacer el día después. Por eso, nos permitimos sugerir algunos tips de las posibles situaciones que pueden presentarse y acercamos referencias que podrían ser de utilidad para tener en cuenta en las bibliotecas, archivos y museos.
En general, nos referiremos a situaciones que se deben a diferentes motivos y que fueran tratados oportunamente por expertos, tales como:
INCENDIOS. Destruye el mobiliario y el local, y puede causar daños químicos, deformación de la estructura y pérdida de información. El material no alcanzado por el fuego recibe el humo y las partículas que se desprenden provocando también efectos nocivos. A todo esto, se agrega el agua para apagar el siniestro. Sistemas de detección de humo, matafuegos y sistemas específicos de extinción del fuego podrían mitigar este tipo de tragedias.
INUNDACIONES. Pueden ser producidas por factores externos, debidos a causas climáticas o por rotura de caños en el exterior. Muchas veces se debe a problemas estructurales internas del edificio o falta de la adecuada limpieza de los desagües atentando contra la integridad de los documentos y otros materiales, situaciones en las que también se ven afectados el edificio y los bienes muebles.
TERREMOTOS. En algunas localidades del país se pueden producir terremotos. Es por ello, que además de tenerlo en cuenta, debe considerarse el ajuste adecuado de las estanterías y otro tipo de mobiliario para la preservación y conservación de los materiales y de la estructura edilicia. Esta última, en esos lugares, debe preverse cuando se construye el edificio.
GUERRAS. Desde la antigüedad este tipo de evento se da por la acción de los proyectiles arrojados por uno u otro bando y produce la destrucción de grandes extensiones en el país en cuestión con efectos generales en la población, en todos los edificios y por ende en las bibliotecas, archivos y museos, con la consecuente pérdida de los fondos e información que atesoran. Asimismo, los robos que suelen producirse en esas circunstancias.
AGENTES MICROBIOLÓGICOS. Procedentes de distintas situaciones como en los casos de humedad, por la acción de alimentos, la suciedad del contexto, la temperatura ambiental, los pegamentos utilizados, el barro depositado en el caso de las inundaciones, y otros factores que pueden afectar directamente a los documentos de todo tipo y a su entorno.
FALLAS EDILICIAS. En la construcción del local destinado a la biblioteca, donde no se tuvieron en cuenta las necesidades y requerimientos para la contención y protección adecuada de documentos, mobiliario y equipamiento tecnológico, entre otros, como la prestación apropiada de los servicios que se prestan al usuario, incluida la accesibilidad al edificio. Producido, además, por posibles cortocircuitos, roturas de cañerías, pisos deficientes entre otras fallas técnicas.
MUDANZA Y UBICACIÓN. Cuidados necesarios cuando se debe mudar la biblioteca en su totalidad o alguna parte de ella, para evitar la destrucción de los elementos que contiene. Ubicar a la colección en un espacio conveniente para posibilitar el acceso de los usuarios. Distribuir adecuadamente las instalaciones de trabajo interno, del depósito y las de los servicios al público. Evitar los espacios con deficiencias de peso y en lo posible mantener alejados los documentos de cañerías y conexiones eléctricas.
PERSONAL AFECTADO. Es oportuno tener en cuenta las funciones que debe cumplir el personal de la biblioteca, cómo debe actuar y en cualquiera de los casos, quien será la persona que debe desempeñarse en primera instancia. Se debe preparar un plan interno de rápida actuación como sucede en cualquier circunstancia, para atender los primeros auxilios que se brindarán en el área afectada y en su totalidad.
En el país es importante destacar al Centro Regional de Preservación y Conservación del Patrimonio Cultural en Obras sobre Papel que nació en 1994 por iniciativa de la Biblioteca Mayor de la UNC. Promueve la conservación de esas obras en bibliotecas, archivos y museos.
Ha publicado dos libros muy interesantes, uno en 2010 “¡Se acabó el papel!”, que trata sobre los aspectos prácticos de la conservación de los documentos en ese soporte. Interesante publicación que habla de la cooperación interinstitucional y refiere a diferentes tipos de deterioros y cómo tratarlos, incluida la encuadernación para su conservación física.
El otro, es de 2012 “¡Nos mudamos!”, que da las pautas para organizar el traslado de los documentos y otros bienes para preservar el patrimonio cultural. Menciona las actividades antes y después de la mudanza. Aporta modelos, el tipo de controles, manipulación de los materiales, organización del personal, y experiencias.
Llama la atención que la reflexión entre colegas, la toma de conciencia sobre estos peligros latentes enumerados en cada uno de nuestros espacios de trabajo, la formación a través de capacitaciones específicas, la debida atención por parte de las autoridades, la conformación de paneles en los congresos de nuestra especialidad o bien como tema de investigación y divulgación, hasta el momento no es algo que se destaque en nuestra región. Por lo que pensamos en la importancia de reflexionar sobre el diseño de planes preventivos y de contingencia y abocarse a estos aspectos que tanto afectan al patrimonio histórico y cultural.
Es por esto que creemos que este escenario debe ser considerado y tratado por el colectivo bibliotecario en los diferentes lugares de incumbencia: en las escuelas de bibliotecología, por las instituciones nacionales, por los organismos que agrupan a los profesionales, y por todo el conjunto de bibliotecarios. Además, es conveniente tener en cuenta el tipo de biblioteca, las características geográficas en las que se encuentra emplazada y usuarios a los que atiende con el fin de adecuar a los requerimientos que existan o se produzcan.
Es fundamental considerar todas las posibilidades que puedan presentarse mediante el trabajo interdisciplinario de toda la institución. Esto generará un plan más efectivo que ayude a minimizar o tomar ciertas medidas para no llegar al desastre total. Una vez redactado se hará extensivo a las autoridades institucionales y se difundirá entre el personal de la biblioteca, archivo y/o museo. Es conveniente tener una copia para acercarla a los usuarios.
Esperamos sus comentarios y los saludamos muy cordialmente.
16 de marzo de 2025
* Rosa Monfasani es Bibliotecaria y Profesora en Ciencia de la Información por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Mi Facebook: @RMonfasani
* Sergio Terrera es Licenciado en Documentación y Gestión de la Información, egresado de la Facultad de Educación - Universidad Nacional de Cuyo. Está a cargo del Centro de Documentación, Patrimonio Histórico y Cultura del Agua, del Departamento General de Irrigación - Gobierno de Mendoza.
sterrera@gmail.com
Linkedin: Sergio Terrera
IG: @sergio.terrera
Referencias:
Biblioteca Nacional de Perú. Dirección y Preservación (2016). Guía sobre la gestión del riesgo de desastres para bibliotecas. Protocolo de actuación ante desastres en bibliotecas. 40 p. https://www.bnp.gob.pe/documentos/proteccion_colecciones/conservacion_documento_0004.pdf
Cabeza Llorca, A. (2007). Emergencias y desastres en bibliotecas universitarias: prevención y planificación de la respuesta. 73 p. http://eprints.rclis.org/10426/1/Emergencias_y_desastres.pdf
España. Ministerio de Cultura de España (2010). Conservación preventiva y Plan de Gestión de Desastres en archivos y bibliotecas. 104 p. cp-y-plan-gestion-desastres-archivos-y-bilbiotecas.pdf
Facelli, L. A. (2010). Catedra de preservación y conservación documental. Escuela de Bibliotecarios BNMM. 10 p. https://www.bn.gov.ar/resources/modules/home/subjects/programs/Preservaci%C3%B3n%20y%20Conservaci%C3%B3n%20Documental.pdf
Greiff, M. Alejandra. y Greiff M. Adriana. (2012). ¡Nos mudamos!: cómo organizar un traslado preservando el patrimonio de bibliotecas, archivos y museos. Córdoba: Centro Regional de Preservación y Conservación del Patrimonio Cultural en Obras sobre Papel, 197 p.
IFLA (2019). Prevención de desastres y planes de emergencia. 41 p. https://www.ifla.org/wp-content/uploads/2019/05/assets/pac/ipi/ipi6-es.pdf
Melián, Julio (2013). Planificación y prevención de desastres en bibliotecas, archivos y museos escolares. Asociación de Bibliotecarios de Córdoba. 31 p. https://www.facebook.com/asociacionbibliotecariosdecordoba/videos/574529847579943
Sánchez, A (2010). Desastres en bibliotecas y otros centros documentales y su gestión. 46 p. https://abie.es/images/jornadas/2010/IV_arsenio.pdf
¡Se acabó el papel!: aportes para la preservación y la conservación preventiva del patrimonio cultural en papel (2010). Presentación Carlos Alfredo Ferreyra; introd. Beatriz Susana Fuentes. Córdoba: Centro Regional de Preservación y Conservación del Patrimonio Cultural en Obras sobre Papel, 207 p.
Excelente información!!
ResponderEliminarMuchas gracias, es muy necesaria para tomar conciencia.
EliminarMuchas gracias, como en todas las notas que publica Rosa es el puntapié para iniciar la reflexión sobre un tema, todos los enlaces a otros documentos, situaciones similares que les tocó vivir y aspectos que estimen se podrían agregar son bienvenidos!
EliminarTotalmente de acuerdo a lo expresado. Es necesario establecer para el buen funcionamiento de nuestras Bibliotecas, políticas de preservación de bibliografía tanto impresa como digital, a parte de otros patrimonios con que cuente la institución.
ResponderEliminarSi Patricia es super necesario tener planes de contingencia para poder preservar el patrimonio cultural, histórico y el acceso a toda la información. "Anque" el edificio, porque la biblioteca tiene su razón de existir y creo no se diluirá con el exterminio por cualquier medio que fuere.
EliminarMuchas gracias por tu comentario Patricia, al mencionar la preservación digital nos estás aportando un aspecto para desarrollar con mayor profundidad. Se han dado situaciones en que todo queda almacenado en servidores que están dentro de un mismo edificio (caso de las Torres Gemelas). Ya se habla de tener servidores con la información almacenada en distintos puntos geográficos.
EliminarSiempre necesaria esta orientación para la prevención. En todas las regiones tenemos al menos dos de esos factores de riesgo. Gracias Rosita y Sergio por el detallado y oportuno informe,
ResponderEliminarGracias Graciela. Buen comentario en cuanto a que al menos en cada región puede haber 2 o más factores de riesgo. Es nuestra esperanza que podamos preparar en cada biblioteca un plan para salvaguardarla, pero muy especialmente que existe un plan marco a nivel general y que se adapte a cada necesidad. Lo que se necesita es espíritu colaborativo para trabajar unidos en ello.
EliminarMuchas gracias Graciela, ambos vivimos en una región con muy pocas precipitaciones por lo que a priori podríamos decir para qué preocuparnos del tema agua, pero..... seguro algún caso habrás escuchado de estantes mojados producto de las filtraciones de agua desde cañerías en mal estado y también casos de edificios nuevos recién inaugurados, que tuvieron errores de cálculo provocando que en la primera lluvia el agua pasara sin problemas y dañara lo que encontraba a su paso. En alguna oportunidad podríamos comentar sobre las precauciones específicas para prevenir que se caigan los libros y, como en efecto dominó, nuestras estanterías cuando tiembla.
EliminarEs necesario tener en cuenta los desastres ocasionados por el agua , realizar orientación en prevención , muchas gracias por las recomendaciones .
ResponderEliminarGracias Maritam por leernos, el agua como otro tipo de desastres genera graves inconvenientes y quisimos dejar sentado un poco nuestras impresiones al respecto e incluir otros desastres, la idea siempre es crear conciencia y reflexionar sobre lo que nos puede perjudicar cuando cuidamos el patrimonio cultural y la información del día a día.
EliminarQué buen artículo. Como siempre, tienen que pasar las cosas para entrar en razones. No por los colegas que siempre estamos previendo detalles tras detalles. sino; por los políticos de turno que no entienden de cultura. (es para otro apartado). Las cuestiones planteadas, son más que exquisitas. Le sumaría a esta propuesta lo publicado por BNM y que a nivel escolar, armó una linda secuencias de cosas. http://bnm.me.gov.ar/proyectos/preservacion/cuidemos-nuestros-libros.php
ResponderEliminarBueno, yo siempre apostando a las bibliotecas escolares, es donde me desempeño. Como ya dije, un excelente artículo. Un gran saludo Rosita. Buena idea de sumar colegas a estas idea de seguir apostando al modo colaborativo. (Tengo todos los libros mencionados en sus referencias.
Saludos desde el sur ventoso.
Hola César! es así, parece que tienen que pasar cosas para entrar en razones. Coincido en que el accionar de los funcionarios de turno y las políticas públicas dan para una columna (tema sobre el que Rosa insiste mucho, insertándolo cada vez que tiene oportunidad). No había entrado al sitio de la BNM que aportaste, muy bueno! Me quedé pensando por un lado en las propuestas didácticas ya que son una excelente oportunidad para hablar sobre la importancia de cuidar los libros, y por otro lado que es una buena oportunidad para que la BNM sume este tema de la planificación para mitigar los riesgos en caso de una catástrofe y que los jóvenes que han internalizado el tema con seguridad van a ser los primeros en presentarse para ayudar a salvar todo lo que se pueda. Muchas gracias César, va mi saludo con un abrazo desde Mendoza!
EliminarBuen día César (Emperador). Como lo dices y lo reafirma Sergio siempre deben ocurrir cosas para empezar a tomar conciencia o hablar del tema. No es fácil desarrollar lo que propones mientras no tengamos injerencia en el área de las políticas públicas y para ello nos tienen que reconocer como profesionales. Hoy se hace aún más difícil debido a que se considera que las bibliotecas no son necesarias. Desde hace muchos años estamos trabajando en Reciaria para concretar un Sistema Nacional de Información pero a pocos les interesa, cada uno cuida su "quintita" y no hay conciencia de lo que realmente significamos y de cual es la esencia de lo que promulgamos. Este trabajo colaborativo nos causó gran satisfacción porque como dices es un trabajo colaborativo entre colegas de diferentes regiones y circunstancias. Me encantó hacerlo. Gracias por el dato de la BNM que omitimos en la bibliografía, aunque la idea primigenia fue remitirnos especialmente a catástrofes externas. No obstante este tipo de intercambio es lo que enriquece y ojalá todo el colectivo bibliotecario se comprometa. Abrazo.
EliminarSergio. Gracias por tus palabras, en efecto, BNM aun tiene mucho por hacer para las bibliotecas escolares (en mi opinión). Por otro lado, la didáctica que manifiestas es correcta, serviría para muchos. Finalmente, yo apuesto a las bibliotecas escolares dado por razones donde me desempeño como tal.
EliminarRosita (su ilustre). Varias veces hemos tenido charlas eternas sobre las bibliotecas escolares, donde congeniamos que hay mucho por hacer, mucho por decir y mucho por andar. Sabemos de ante mano que, existen varios artículos, libros, etc.; y de los cuales algunos son de tu autoría, donde me valí para fundamentar mis proyectos, planes, etc. Las aportaciones que das son más que exquisitas.
Por otro lado, en esta temática de "Bibliotecas escolares", se le podría recomendar a BNM quién nos regula a nivel nacional, o por lo menos nos servimos de sus aportaciones en su catálogo, acciones tales como: "Elaborar un manual de procedimientos para evacuación, mudanza, inundación, ígneos, etc".; y tomar como base de citas, para luego elaborar manuales locales y escolares.
Una parte del manual cuyo tema no se toca para nada, ni mucho menos se habla. En mi caso, siempre consulto las aportaciones que realiza la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, quienes ellos, están al filo de la vanguardia. Claro que, no les compete el mundo escolar.
Finalmente, creo que el siguiente aporte que haré te ayudará mucho a dos grandes preguntas que me has hecho ¿Existe algún censo sobre bibliotecas escolares del país?, ¿Las bibliotecas escolares están siendo ocupadas por personal titulado en el área?
Visitando la página oficial del CENDIE (Buenos Aires) en el apartado de "Programa integral de bibliotecas" existe un documento de censo 2009. ¡¡¡¡(ya es algo)!!!!
https://abc.gob.ar/secretarias/areas/subsecretaria-de-planeamiento/evaluacion-e-investigacion/cendie/cendie
Por estos lados, intentaré ayudar a Reciaria para documentar las bibliotecas y sus profesionales en Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
A los dos, les dejo un saludo desde el sur.
Muy buena publicación. Coincido plenamente que en los programas de estudios, es unos de los temas que aún faltan desarrollar y muy importante tenerlo en cuenta.
ResponderEliminarSi bien hay buenas iniciativas, yo observo que en Santa Fe, en la mayoría de las bibliotecas No hay planes desarrollados para este tipo de situaciones.
Como siempre el aporte de uds. es muy importante. Gracias Rosi.
Hola JP gracias por tu comentario. Como manifestamos con Sergio vimos la necesidad de plantear este tema justamente por la falta de tratamiento en todos los ámbitos de la bibliotecología. Y aunque los sucesos recientes nos llevaron a considerarlo, es una realidad a tener en cuenta en diferentes circuntancias. Nos pone contentos que esta columna haya despertado tanto interés. No solo en Santa Fe, sino investigamos algo, y pudimos apreciar que en ninguna provincia a nivel local ni estatal existe un plan para prevenir y evitar en cierta forma cualquier tipo de contingencia y apenas solo cuidamos como profesionales lo que sucede en el interior de la biblioteca. Nuevamente gracias a todos y a involucrarnos. Un abrazo.
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