La amenaza silenciosa: hongos en la Biblioteca y cómo combatirlos

Silenciosos, persistentes y casi invisibles, los hongos bibliófagos pueden destruir años de historia y conocimiento en cuestión de semanas. En esta columna, la Lic. Mónica Medina -bióloga, profesora y bibliotecaria- revela cómo detectar, tratar y prevenir este enemigo oculto que acecha en los estantes. Una lectura imprescindible para quienes cuidan colecciones, aman los libros y defienden la memoria escrita. Compartí esta nota, comentá tu experiencia y ayudanos a difundir buenas prácticas de conservación.

Por: Lic. Mónica Elisabet Medina (*)



Como Bibliotecaria y Bióloga he visto innumerables colecciones sucumbir a un enemigo pequeño pero voraz: los hongos bibliófagos (comedores de libros). Estos microorganismos son una de las principales causas del deterioro de papel, encuadernaciones y tinta. Entender a estos enemigos es el primer paso para proteger  los acervos.


¿Por qué aparecen?

Los hongos son oportunistas y necesitan tres factores clave para prosperar en un libro:

1. Humedad: es el factor más importante. Una Humedad Relativa (HR) superior al 60% es su paraíso. Por eso son más comunes en sótanos, estanterías pegadas a paredes húmedas o en regiones cálidas y húmedas.

2. Temperatura: una temperatura entre 20°C y 30°C acelera su crecimiento.

3. Materia Orgánica: el papel (celulosa), las colas y los almidones usados en la encuadernación son un festín para ellos.

Si aparecen  manchas de colores (negro, verde, rojo, amarillo) o una textura algodonosa en los libros, especialmente en los bordes o tapas, estamos en problemas: llegaron los visitantes fúngicos.


Peligros: más allá del daño al papel

El riesgo va más allá de arruinar una edición valiosa. Los hongos en los libros tienen dos peligros principales:

• Destrucción irreversible del material: las hifas fúngicas degradan la celulosa y dejan manchas permanentes que debilitan el papel y si  no se tratan a tiempo, la página se vuelve quebradiza y se desintegra.

• Riesgos para la salud: las esporas de muchos hongos son liberadas al aire. Al manipular libros infectados, pueden ser inhaladas, provocando:

• Alergias y rinitis.

• Problemas respiratorios como asma o bronquitis.

• En algunos casos o en personas inmunodeprimidas, pueden causar micosis graves. La advertencia es: siempre usar guantes, barbijo con filtro

• HEPA, antiparras, guardapolvos y mascarilla al manipular libros con hongos, y hacerlo bajo campana en el laboratorio o en un área bien ventilada.


¿Cómo hacemos un  tratamiento y que a la vez sea rápido?

El objetivo principal del rápido tratamiento es detener el crecimiento del hongo y eliminar sus esporas latentes. Por lo tanto, es muy conveniente seguir estos  pasos para poder salvar a los libros:


Paso 1: aislamiento y estabilización

• Aislar: separar inmediatamente el libro infectado de la colección. Sellar el libro en una bolsa con cierre hermético o de polipropileno. esto se realiza con la finalidad de un aislamiento temporal. El acto de sellar el libro en una bolsa con cierre hermético (polipropileno) está enfocado en el aislamiento inmediato de un libro ya infectado o húmedo para el transporte o para la congelación (como medida de choque).


La regla de oro de la Conservación

Nunca se debe guardar un libro en una bolsa de plástico o en un contenedor sellado (a excepción del congelado temporal) si sucede que:

Está húmedo: la humedad atrapada es la alimentación del hongo.

No ha sido completamente limpiado y estabilizado: el hongo latente podría reactivarse.

El objetivo es el almacenamiento a largo plazo.

Para la conservación a largo plazo, el libro debe estar completamente seco y limpio, y debe almacenarse en un ambiente con HR controlada (45-55%) y buena circulación de aire, utilizando materiales de archivo específicos (cajas libres de ácido, envoltorios de poliéster o polipropileno de calidad de archivo que permitan cierta transpiración si no están herméticamente sellados).

• Congelar (opcional): si la infección  es grave o no se puede tratar de inmediato, congelar el libro (en su bolsa sellada y en un congelador sin escarcha) es una medida de choque para inactivar las esporas y detener el crecimiento hasta que se pueda realizar el  tratamiento.


Paso 2: Secado y desactivación

• Secado: sacar el libro de la bolsa y dejarlo airearse en un lugar fresco y seco con buena ventilación. Evitar el sol directo que puede decolorar, pero una breve exposición a la luz solar indirecta puede ayudar a desactivar las esporas.


Paso 3: Limpieza y remoción

• Remoción superficial: una vez seco y deshidratado (el hongo está latente), usar una brocha de cerdas suaves y secas para cepillar suavemente el moho de la superficie, haciendo el movimiento hacia una aspiradora con filtro HEPA para atrapar las esporas.


Cuidado a largo plazo: la clave de la prevención

La mejor cura es la prevención, que se centra en el control ambiental:

➢ Control de humedad: mantener la Humedad Relativa (HR) entre 45% y 55% y la temperatura por debajo de 25°C. Usar deshumidificadores si es necesario.

➢ Circulación de aire: evitar apilar los libros muy apretados. Permitir que el aire circule alrededor de ellos. Las estanterías de metal son mejores que las de madera, ya que estas últimas pueden absorber humedad.

➢ Limpieza rutinaria: aspirar  las estanterías regularmente.

➢ Evitar guardar: no guardar libros en sótanos, áticos o cerca de fuentes de agua (baños, cocinas).

Tratar un libro infectado es un trabajo delicado, pero con las precauciones adecuadas, se puede detener la amenaza silenciosa y asegurar la longevidad de la biblioteca


(*) Mónica Elisabet Medina es Licenciada en Ciencias Biológicas, Profesora en Ciencias Biológicas y Bibliotecaria. 

Posee una amplia experiencia profesional y se desempeña en el Centro Regional de Preservación y Conservación del Patrimonio Cultural en obras sobre papel (Biblioteca Mayor. U N C. Córdoba); en el Instituto Superior del Profesorado Tecnológico (Córdoba); en el ISFD. Carlos Alberto Leguizamón y en la Sociedad de Entomología Argentina (SEA).

Pueden contactarse con la Lic. Mónica Elisabet Medina al siguiente mail: monicanidem@gmail.com


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