A veces, el periodismo te regala momentos únicos y el 6 febrero de 1999 me tocó vivir uno de ellos. Cuando trabajaba para la Revista Gente, me enviaron a Bogotá, Colombia. Allí, puede conocer la intimidad de la revista Cambio. Pero, que tiene de especial esta publicación. Simplemente, que la dirigía Gabriel García Márquez… Casi nada.
Por: Rodrigo Lastreto
Pude visitar la redacción, hablar con sus colegas de trabajo, conocer sus anécdotas y descubrir a un Gabo distinto. No al escritor, no al Premio Nobel, sino al hombre común… al compañero, al amigo, al consejero, al jefe…
Me contaron que iba a trabajar todos los días, que solía quedarse hasta las ocho de la noche y hacía la tarea de cualquier otro periodista: buscaba datos, corregía textos, proponía temas, sugería títulos, leía todas las notas. Y aunque no lo crean, siempre le pedía a algún compañero que le leyera las suyas por si había algún error.
Cuando la edición de la revista Cambio ya estaba en la calle, él la analizaba de la primera a la última hoja. Tomaba un marcador de color y subrayaba los textos, que a su criterio, deberían haberse enfocado de manera distinta. Con las correcciones hechas, se las mostraba a sus compañeros de trabajo.
En la revista, tenía dos secciones a su cargo: Una se llamaba “En primera persona”, la preferida de los adictos a su pluma; y la otra “Gabo contesta”, donde le llovían las preguntas de los lectores.
Su trabajo en Cambio me permitió conocer otro aspecto de su personalidad: su coquetería. Las dos secciones que escribía iban acompañadas por fotos suyas. Pero como no quería que se repitieran, todas las semanas un fotógrafo lo esperaba en el estudio para hacerle nuevas tomas, que luego, él mismo elegía.
Sus compañeros siempre destacaron el placer de trabajar con un grande. Pero coincidían, que cuando los periodistas se recostaban demasiado en él, sonaba la voz de Gabo: “La revista no soy yo sino que somos todos”.
Por último, les quiero dejar dos testimonios de esa época, de lo que pensaban de Gabo dos de sus ex compañeros de Cambio.
Sergio Ramírez, editor de la sección cultura, contaba: “Es una persona muy familiar y sencilla. Vive enseñando algo nuevo cada día. Gabo no es más fácil ni difícil más de tratar que cualquier persona”.
Pilar Calderón, subdirectora de la publicación, decía: “Para todos los que estamos aquí, Gabo es un compañero más de trabajo, aunque, claro, lo consideramos un maestro. Pero lo que más me llama la atención es verlo allí, hombro a hombro con los otros periodistas”.
El artículo publicado en Revista Gente:
VÉASE ADEMÁS:
Murió Gabriel García Márquez: click aquí
Gabriel García Márquez (1927-2014): click aquí
Por: Rodrigo Lastreto
Pude visitar la redacción, hablar con sus colegas de trabajo, conocer sus anécdotas y descubrir a un Gabo distinto. No al escritor, no al Premio Nobel, sino al hombre común… al compañero, al amigo, al consejero, al jefe…
Me contaron que iba a trabajar todos los días, que solía quedarse hasta las ocho de la noche y hacía la tarea de cualquier otro periodista: buscaba datos, corregía textos, proponía temas, sugería títulos, leía todas las notas. Y aunque no lo crean, siempre le pedía a algún compañero que le leyera las suyas por si había algún error.
Cuando la edición de la revista Cambio ya estaba en la calle, él la analizaba de la primera a la última hoja. Tomaba un marcador de color y subrayaba los textos, que a su criterio, deberían haberse enfocado de manera distinta. Con las correcciones hechas, se las mostraba a sus compañeros de trabajo.
En la revista, tenía dos secciones a su cargo: Una se llamaba “En primera persona”, la preferida de los adictos a su pluma; y la otra “Gabo contesta”, donde le llovían las preguntas de los lectores.
Su trabajo en Cambio me permitió conocer otro aspecto de su personalidad: su coquetería. Las dos secciones que escribía iban acompañadas por fotos suyas. Pero como no quería que se repitieran, todas las semanas un fotógrafo lo esperaba en el estudio para hacerle nuevas tomas, que luego, él mismo elegía.
Sus compañeros siempre destacaron el placer de trabajar con un grande. Pero coincidían, que cuando los periodistas se recostaban demasiado en él, sonaba la voz de Gabo: “La revista no soy yo sino que somos todos”.
Por último, les quiero dejar dos testimonios de esa época, de lo que pensaban de Gabo dos de sus ex compañeros de Cambio.
Sergio Ramírez, editor de la sección cultura, contaba: “Es una persona muy familiar y sencilla. Vive enseñando algo nuevo cada día. Gabo no es más fácil ni difícil más de tratar que cualquier persona”.
Pilar Calderón, subdirectora de la publicación, decía: “Para todos los que estamos aquí, Gabo es un compañero más de trabajo, aunque, claro, lo consideramos un maestro. Pero lo que más me llama la atención es verlo allí, hombro a hombro con los otros periodistas”.
Muchas gracias Maestro, te voy a extrañar.
El artículo publicado en Revista Gente:
VÉASE ADEMÁS:
Murió Gabriel García Márquez: click aquí
Gabriel García Márquez (1927-2014): click aquí
Gabo seguirá vivo en nuestros corazones. Artículo muy lindo. Gracias.
ResponderEliminar