Amazon: la librería que enfrenta a los escritores

Sigue la pelea entre la tienda online y los autopublicados por la venta de sus obras



NUEVA YORK.- Durante gran parte del año que se fue, los novelistas más conocidos se enfurecieron con Amazon por desalentar la compra de algunos títulos como parte de su guerra con la editorial Hachette por los libros electrónicos.

Esos autores que ahora publican sus propios libros y que le deben gran parte de sus lectores a la plataforma de venta de Amazon están muy disconformes. Uno de los problemas es el exceso de competencia. Pero ahora se suma otra queja: el nuevo servicio de suscripción de Kindle Unlimited, a través del cual Amazon ofrece acceso a 700.000 libros, de ediciones de autor y publicación tradicional, al módico precio de US$ 9,99 por mes. Tal vez esa oferta atraiga a los lectores, pero los escritores afirman que ganan menos.

Los autores hicieron sentir su disgusto en entrevistas y foros de redes sociales. "Hasta hace sesis meses, había personas que renunciaban a su trabajo, convencidas de que podían hacer carrera como escritores", dijo Bob Mayer, consultor y editor de libros electrónicos que ha escrito más de 50 libros. "Ahora, esa gente ha tenido que volver a su empleo o apenas llegan a fin de mes. Así de rápido cambiaron las cosas."


Para los autores de novelas románticas o de misterio que abrazaron la tecnología digital, se abocaron a chatear con sus fans y escribían realmente rápido, estos últimos años fueron una edad dorada. La ficción vivió un boom inédito desde la segunda posguerra, cuando casi todos los programas de estudio en artes y humanidades se enfocaban en la gran novela norteamericana.

Ahora, el mundo tiene más novelas que las que necesita o está dispuesto a comprar. En 2010, Amazon tenía 600.000 libros electrónicos en su tienda de Kindle. Hoy son más de 3 millones. La cantidad de libros del distribuidor de autores autopublicados Smashwords creció un 20% en el último año. El número de libros gratuitos creció más de un 30%.

Durante 2013, los ingresos por venta de libros electrónicos se estabilizaron en US$ 3000 millones, tras haber crecido un 50% en 2012, según BookStats. Pero para los autores, Kindle Unlimited ha saturado aún más el mercado.


La plataforma sigue el mismo modelo de tenedor libre de Spotify, en música; Netflix, en películas y series, y otros emprendimientos de libros, como Oyster y Scribd. Los consumidores devoran esos servicios, que les ofrecen a los nuevos artistas un rango y amplitud de público inimaginables antes de la era digital.

Para los artistas ya consagrados, sin embargo, la recompensa parece ser magra. Hace unos meses, Taylor Swift decidió retirar su música de Spotify, al argumentar que allí su arte se devaluaba y, además, que le hacía perder dinero. "Por las cosas que valen, hay que pagar", explicó.

Holly Ward, que escribe novelas bajo el seudónimo de H.M. Ward, tiene más o menos la misma queja respecto de Kindle Unlimited. La autora dice que, dos meses después de haber sido incluida en ese programa, sus ingresos cayeron un 75 por ciento.

"No podía quedarme mirando cómo todo se iba definitivamente a pique", dijo en un debate de Kindle. Ward abandonó inmediatamente el programa, y si bien no es obligatorio ser parte de Kindle Unlimited, los autores temen que, si no participan, sus libros no sean promocionados.


Ward tiene 37 años y empezó a publicar sus libros en 2011 con Demon Kissed, un relato paranormal para adolescentes que pronto se convirtió en un exito de Amazon, con más de 6 millones de ejemplares vendidos, según el sitio web de la autora. Al ser entrevistada, Ward dijo no entender qué piensa su socia Amazon.

"Los fanáticos furibundos de las novelas románticas que antes pagaban US$ 100 por semana y le reportaban US$ 5200 anuales por cabeza a Amazon ahora generan menos de US$ 120 al año", afirma Ward. "Esos ingresos se pierden. Ni le sirve a Amazon ni les sirve a los autores."

Amazon tal vez esté dispuesto a sacrificar algunos ingresos a corto plazo para crear un servicio que atraiga a más lectores y los aliente a comprar otros productos. Los libros son "la oferta gancho", aunque los que absorben la pérdida son los autores, y no Amazon.

Un vocero de Amazon se negó a responder preguntas sobre Kindle Unlimited. Aunque el director ejecutivo de Amazon, Jeff Bezos, celebró a los "autores como clientes", incluso en una carta a los accionistas en 2013, y aunque la empresa trató de sumar a autores independientes a su reciente campaña contra Hachette, algunos autores que se autopublican empiezan a sospechar que no son otra cosa que un proveedor más.

"¿Acaso Amazon quiere convertirse en uno de esos editores tradicionales de los que todos venimos escapando y que la empresa tanto dice desaprobar?", escribió la autora de terror Kathryn Mayer Grifith ante una consulta en un foro online, y agregó: "Están logrando recrear el mismo sistema injusto e hipócrita en el que ellos se llenan de guita y los autores sobreviven con las sobras".

Algunos autores autopublicados hablan de la necesidad de sindicalizarse, para decirle a Amazon "con una sola voz, que no vamos a cruzarnos de brazos y aceptar sus términos", en palabras de uno de ellos.

Uno de los principales puntos de conflicto: Kindle Unlimited generalmente exige exclusividad a los autores autopublicados, obturándoles la posibilidad de vender a través de Apple, Barnes & Noble, y otras plataformas (Ward fue una excepción).


Amazon suele darles a los autores autopublicados un 70% del precio de cada ejemplar, lo que significa que, si una novela se vende a US$ 4,99, al autor le rinde US$ 3,5. Ese porcentaje es muy superior al que pagan las editoriales tradicionales, un dato que Amazon se ocupa de recordar.

Kindle Unlimited es menos generoso, y ese porcentaje es variable. En julio, la tarifa por un "préstamo" digital era de US$ 1,80, pero en octubre cayó a US$ 1,33, antes de rebotar levemente a US$ 1,39 en noviembre.

Como lo que se paga es lo mismo sea corto o largo el libro, los autores entendieron la indirecta: las novelas seriadas y los relatos breves están en auge. Mayer agarró su libro sobre los siete fracasos de la tecnología o del liderazgo, y los partió en siete volúmenes individuales en Kindle Unlimited, con temas que van de la explosión del transbordador Challenger, el hundimiento del Titanic, o la masacre de Little Big Horn.

"Si no sos un autor con una corte de fanáticos fieles, estás en problemas", dijo Mayer. "Todo el mundo tiene miles de cosas en su Kindle, cosas que ni abrió." Las quejas por la superproducción literaria son viejas como el mundo. "Escribir y haber publicado es cada vez algo menos especial", escribía ya en 1839 el crítico francés Saint-Beuve. "¿Y yo por qué no?", se preguntan todos.

De todos modos, los buenos textos siempre encuentran la forma de asomar la cabeza. Pero la sensación de que ahora es todo demasiado fácil no deja de extenderse. "En los viejos tiempos, tenías que tipear la historia en papel de verdad", dijo Michael Henderson, un ex abogado que vive en Venecia. "Había que marcar los cambios y volver a tipear todo, o contratar a alguien que lo hiciera. Terminar un manuscrito de 400 páginas era un esfuerzo hercúleo. Ahora eso lo hace en un par de horas cualquier mono con computadora. ¡Shazám! ¡Somos todos escritores!"

El libro de Henderson Self-Portrait of a Dying Man fue lanzado por Amazon a principios de diciembre: no se vendió hasta ahora un solo ejemplar. "El beneficio de usar Amazon era usar su alcance para vender algunos libros más", dijo el autor. "Eso parece haberse desvanecido. Si los únicos libros que vendo son los que necesitan un marketing costoso y que consume tiempo, para eso prefiero venderlos a través de mi sitio web y quedarme con el total."

Ward, neoyorquina que vive en Abilene, intenta adaptarse. Su primera novela tenía 500 páginas. Sus más recientes historias promedian las 100. Cree que Amazon ajustará Kindle Unlimited en beneficio de los autores. "En la única que confío para mi carrera es en mí misma", dice. "Entregar así como así tu trabajo es como meter a tu bebe en una caja y dejarlo en la vereda. Tal vez crezca y sea alguien maravilloso, o tal vez se vaya por la alcantarilla y termine criado por las ratas." Para cuidar de sus bebes literarios, Ward se está poniendo al día. A principios de noviembre publicó la 17a entrega de su serie The Arrangement, a fines de ese mes publicó el primer volumen de Life Before Damaged, y el 16 de diciembre lanzó la segunda entrega de la misma serie. "Empecé a trabajar con cuatro coautores", comenta Ward. "Si no sacás material todo el tiempo, la gente se olvida de que existís."

Texto: David Stretfield
Fuente: La Nación

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