La Ley de Murphy, de Arthur Bloch

Bibliomurphyologia  o Murphyología para bibliotecarios.


Por: Morena Fournier

Si hay un momento lindo en nuestras vidas es ese en el que nos damos cuenta de cuán felices somos haciendo lo que hacemos. Yo, si bien hace poco empecé a ejercer como bibliotecaria, me hallo a mi misma cada día en la labor de procesos técnicos. Para aquellos lectores que no saben de qué estoy hablando (si es que hay alguno... ¿hay alguien ahí?) “procesos técnicos” engloba todo lo que es el trabajo sobre el libro: catalogarlo, clasificarlo, dejarlo listo para que el usuario pueda acceder a él desde el catálogo o la base de datos y lo pueda encontrar luego en la estantería.


La magia de esta parte de lo que la bibliotecología implica está en el contacto constante con libros de cualquier tipo, el análisis adecuado y rápido del contenido para poder clasificarlo y dejarlo dispuesto cuanto antes mejor. 


Claro está, no todos los libros son divertidos (sobre todo trabajando en una biblioteca especializada en medicina) pero de vez en cuando te sorprendes con cosas como estas:



Primero que nada, gracias a los muchachos de la cátedra de psico que andan pidiendo libros de humor, aunque acepto que clasificarlo fue todo un problema. Y tal fue el problema que tuve que leer el libro entero, algo realmente fácil porque es un libro de lectura rapidísima: una serie de enunciados separados en capítulos murphyológicos, todas las leyes similares a la famosa Ley de Murphy (“si algo puede salir mal, saldrá mal” y todos sus corolarios). Hay leyes tan ocurrentes que no pude evitar reírme en voz alta, y estoy segura que le pasará a cualquiera que ojee este libro. Pero lo mejor – aclaro, lo mejor para los bibliotecólogos – es que las bibliotecas tienen sus propias “leyes de Murphy”, que si bien no son exactamente de él, cumplen con la temática del libro. Así que ahora, para compartirles un poco de graciosa camaradería bibliotecológica, paso a citar estas normas inquebrantables del universo de los libros y las bibliotecas:

Axioma de Hensen sobre la biblioteca:

La biblioteca más próxima no cuenta con el material que le hace falta.

Ley de London sobre las bibliotecas:

Necesite el libro que necesite, será el último del montón.

Corolario de Atwood:

Los únicos libros que desaparecen de las bibliotecas son los que usted necesita. 

Ley de Johnson:

Si se le pasa por alto el artículo de una revista, será éste el que explica lo que usted tenía más ganas de leer.

Corolario:

Y sus amigos se lo han perdido o lo han tirado.

Alguna que otra verdad cruel de nuestra profesión también es ley:


Ley de Weiner sobre las bibliotecas:

Nunca hay respuestas, sino referencias a otros textos.

Y ojo, no se sientan mal, que las librerías tampoco se salvaron:


Ley de Pantuso:

El libro por el que acaba de pagar cuarenta euros saldrá mañana en edición de bolsillo

Ley de Riley sobre las leyes de Murphy:


 1. Las librerías que tiene el volumen 1 no saben nada del volumen 2

 2. En las librerías que tienen el volumen 2 se les ha agotado el volumen 1
 3. Ed Murphy no conoce la existencia de ninguno de los dos libros”

Por supuesto, no estamos hablando de libro trascendental, pero que leyéndolo la vas a pasar bien, de eso no hay dudas. 


Ficha técnica:

La Ley de Murphy: si algo puede salir mal, saldrá mal… o la tostada siempre se cae por el lado de la mantequilla / Arthur Bloch . – Barcelona: Planeta, 2014. 
252 p.: il. 
ISBN: 978-84-9998-149-9

Comentarios

  1. Cuánta razón tienes!! Efectivamente... todo eso pasa :D

    ResponderEliminar
  2. Hola, si te parece bien, usaré la palabra Bibliomurphyología para añadirla al Bibliodiccionario que voy haciendo.
    Gracias y hasta otra.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola! Nos encantaría conocer ese diccionario que estás armando!!!

      Eliminar
  3. Mi hijo trabajo en una biblioteca haciendo las labores que mencionas, Y recuerdo que el me contaba, exactamente lo mismo.

    ResponderEliminar
  4. SALUDOS, Y FELICIDADES POR ESTE SITIO, UN ABRAZO DESDE CUBA

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Susana! Muchas gracias por los saludos... Nos encantaría conocer cómo trabajan los bibliotecarios en Cuba: anécdotas, historias... Lo que desees contarnos!!! Saludos desde Argentina!

      Eliminar

Publicar un comentario