La despensa del sonido

La Fonoteca de Arte Sonoro y Música Experimental de Murcia suma más de 9.000 archivos de audio. Creada en 2010 con los fondos del artista Francisco López, acaba de abrir una biblioteca especializada y prevé editar su propia revista.

Francisco López, impulsor de la Fonoteca. (Foto: Fran Manzanera/AGM)
Veinte minutos de viaje en coche, dos domingos consecutivos durante diciembre de 1973. A bordo del vehículo, el artista murciano Isidoro Valcárcel Medina graba el rumor del motor en marcha que genera el coche que conduce. El audio, un murmullo mecánico que escapa desde el interior del capó, conformó un año después la materia prima de 'Motores', una pieza sonora expuesta en la galería Seiquer de Madrid en el 74, y publicada, dos décadas más tarde, por Ediciones Radio Fontana Mix bajo la etiqueta de música experimental.

Hoy, la grabación forma parte del archivo que reúne la Fonoteca de Arte Sonoro y Música Experimental (SONM) del Centro Puertas de Castilla de Murcia, en la que conviven más de 9.000 referencias musicales elaboradas por artistas de todo el planeta. Hay música popular, creaciones de corte electrónico, ruido, murmullos, el aleteo de un delfín bajo las aguas, voces, rock, suspiros, viento, mar y silencio.

Casi todas, o al menos la gran mayoría de las piezas, proceden de la colección personal del artista madrileño Francisco López, encargado de impulsar este proyecto sonoro, hace ya cinco años, con el apoyo del Ayuntamiento de Murcia. En la Fonoteca se aglutinan obras que López ha ido recopilando -y continúa reuniendo- a través del intercambio directo con otros artistas durante más de cuarenta años. Pero sus fondos también se nutren de las donaciones que realizan los propios creadores con la intención de difundir y dejar constancia de su trabajo. El centro, ubicado en la segunda planta del Puertas de Castilla, está abierto al mundo a través de Internet, y más de la mitad de sus fondos -no todos están digitalizados- se pueden consultar con un solo clic, únicamente es necesario el registro previo del usuario.

«Tenemos más de 6.000», asegura Susana López, coordinadora de la Fonoteca. La página web del centro (www.sonm.es), afirma, recibe en torno a las 100.000 visitas mensuales, y el origen de las conexiones viaja desde China a México, pasando por Rusia, Ucrania, Alemania y Francia, entre una larga lista de países. La Fonoteca es un centro de referencia para miles de artistas de todo el mundo y el objetivo de sus responsables es que su proyección siga creciendo. En España, destaca Francisco López, «no hay un centro parecido; el SONM es único», apunta. A esa exclusividad contribuye el hecho de que la gran mayoría de las piezas depositadas en su archivo sean ediciones limitadas, en muchos casos autoediciones de los propios artistas de las que existen apenas medio centenar de copias. Algunas en vinilo, otras en casetes, en CD, en DVD e incluso en dispositivos USB.

Descentralizar

El porqué de la ubicación de un centro de estas características en Murcia, explica el creador madrileño, se debe a dos razones fundamentales: por un lado, el interés mostrado por el Puertas de Castilla y el Ayuntamiento de Murcia para el desarrollo del proyecto; y por otro, la posibilidad, cuenta Francisco López, de descentralizar la actividad cultural: «Es interesante que proyectos como éste se ubiquen fuera de las grandes capitales como Madrid y Barcelona», señala el artista, quien conoció el trabajo y las instalaciones del centro cultural murciano a raíz de una visita que realizó en 2009 para impartir un taller.

Desde 2010, la Fonoteca ofrece a sus usuarios un espacio de investigación, consulta y aprendizaje en constante renovación. El centro cuenta, además, con un programa de actividades paralelas, entre las que se incluyen ciclos de conciertos, seminarios, residencias artísticas, instalaciones expositivas y publicaciones.

En su agenda de proyectos figura la edición de una revista bianual en formato digital en la que se incluirán texto, vídeo, audio y obras realizadas a partir de códigos. Está previsto que salga después del verano, afirma Francisco López -quien se está encargando de su coordinación-, y a ella se podrá acceder tanto a través de la red, en pdf, como en formato físico a través de una tarjeta de memoria con conexión USB. También está pendiente de publicación una reedición del libro 'La telegrafía rápida, el teclado y la música eléctrica', escrito por Juan García Castillejo en los años 30. La obra es un ensayo sobre el futuro de la música electrónica visto ochenta años atrás. A ella se suma 'Una historia de la sinestesia de las artes', del escritor norteamericano Thomas Bailey, también en cartera para su publicación a través de la Fonoteca.

Entre los proyectos que ya han visto la luz, destaca la incorporación, el pasado mes de abril, a los fondos musicales de una biblioteca especializada en música experimental que cuenta con más de 600 referencias, pertenecientes también a la colección personal de Francisco López, y cuyas obras son de consulta exclusiva en la Fonoteca.

Generar trabajo

Convertido en un espacio de difusión de conocimiento y enriquecimiento musical, entre los objetivos fijados por este centro figuran, señala Francisco López, el potencial creativo y académico que encierran sus fondos. «El concepto de archivo que más me interesa -dice el artista- es el que puede generar más trabajo; y ese trabajo puede ser de investigación para quien le interese ahondar en la historia de la música experimental, o puede centrarse en la utilización del material como punto de partida para crear nuevas obras. Toda música es la combinación de otras melodías, y en este sentido, en la experimental hay una larga tradición, pero no solo se remezcla, sino que se transforma una cosa en otra distinta. El archivo provee un material enorme para eso», añade.

La escena local también tiene un peso importante, el centro «permite -dice Francisco López- establecer una relación con los artistas murcianos», y ejemplo de ello es 'Murcia materia sonora', uno de los primeros proyectos impulsados por la Fonoteca y que recoge en una publicación discográfica el trabajo de doce artistas murcianos. En sus fondos también figura el trabajo de autores de la Región como Pablo López Jordán, Sofía Bertomeu, Susana López y Juan Jesús Yelo, entre otros.

«La música experimental ha ido en paralelo a las vanguardias artísticas del siglo XX, en pintura, escultura o artes escénicas. Son manifestaciones que todo el mundo conoce, y el arte sonoro es su equivalente. La Fonoteca es una gran oportunidad para conocerlo», relata Francisco López. Su colección, pese a no ser, reconoce, un coleccionista -sus fondos se nutren de intercambios realizados con el deseo de conocer el trabajo de otros artistas-, es una amplia representación de la música experimental de finales de los 60 a la actualidad; una colección, dice, subjetiva y parcial, pero lo suficientemente amplia como para suponer un importante depósito creativo, que, matiza, es anterior al desarrollo de Internet. La red lo que ha hecho, dice, es potenciar ese intercambio que ya existía; facilitar el acceso y poner en común, de forma más rápida, el trabajo de artistas de todo el mundo. La Fonoteca es, a la vez, una ventana y una despensa privilegiada del arte sonoro.

EN CIFRAS:

6.000 usuarios registrados acceden a los fondos de la Fonoteca en la Red.

100.000 visitas mensuales contabiliza la página web del archivo sonoro.

600 referencias literarias componen el catálogo de su biblioteca física.

Fuente: La Verdad

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