Lee un clásico: Matar a un ruiseñor vuelve a las librerías

Matar a un ruiseñor (1960)  tiene algo especial: es la puerta a algo más que la historia que carga entre sus páginas. Tratándose de la vida de la autora (porque es autobiográfica) está repleta de pequeños detalles que, más tarde, y complementada con A sangre fría (Capote, Truman. 1965), colorean la farándula literaria de los clásicos. Así es como de la mano de Scout, unx termina embarcándose en la intimidad de Harper Lee y Truman Capote.

Por: Morena Fournier


En esta bellísima reedición de la primer, y por mucho tiempo única novela de Lee, se nos presenta la oportunidad de sumergirnos en un clásico que de otra manera tendríamos que rastrear por las ferias y las librerías de usados. Ediciones B nos acerca, con una tapa muy agradable, una hermosa historia. Y es la historia que nos cuenta Scout, el seudónimo de Jean Louise Finch, la hija menor de Atticus Finch, abogado de Maycomb, Alabama. Scout, quien rememora una época de su infancia marcada por puntuales sucesos históricos y una serie de travesuras infantiles, nos va a relatar su paso a la madurez, su despedida de la infancia. Su crecimiento a la fuerza. Obviamente van a encontrar en todas partes cuáles son los sucesos históricos que forman la historia, quizás la columna vertebral de la novela, pero yo no quiero hablar de eso. Prefiero charlar de lo otro, de la parte que prácticamente no leí en ninguna nota. 

Verás, lector/a imaginarix de mis reseñas, la historia está narrada a través de un filtro: el filtro de la inocencia. Todos los hechos, algunos extremadamente crueles, están vistos y son contados desde los ojos y el entendimiento de este personaje infantil y sus compañeros de aventura: su hermano mayor, Jem, y su amigo de los veranos, Dill (personaje basado en Truman Capote de pequeño, lo cual resulta muy divertido una vez que se conoce al peculiar niño  y la relación que tiene con Scout). Una vez finalizado el libro me dejó una sensación, un sabor en la boca muy parecido al que me han dejado las novelas de Louisa May Alcott, Mujercitas y todo su séquito de libros. No hablemos de la carga moral o religiosa que tienen, sino de la mirada de niña, esa cosa que hace que los sucesos del libro se vuelvan especiales, y marquen para siempre la vida de alguien, de ese personaje que vas a conocer en profundidad a los largo del tiempo que te tome interiorizarte en la historia.

Truman Capote y Harper Lee

Por otro lado, quizás sea la aparición de la segunda novela de Harper Lee lo que motivó a Ediciones B. Ve y pon un centinela, publicada en julio de este año (al parecer la secuela de Matar a un ruiseñor), fue escrito hace años y guardada por mucho tiempo, hasta hace poco que anunciaron la publicación. Lo interesante, además de lo que puede leerse por las profundidades de internet sobre el libro nuevo-viejo, es todo el chusmerío que se generó detrás: Harper Lee decidió hace mucho que no aumentaría su bibliografía, y ahora, de grande y prácticamente recluida, “decide” publicar otro libro. Es pretensioso ponerlo entre comillas, pero realmente genera dudas y curiosidad la forma en que se desenvolvieron los hechos (para más chusmerío, click acá).

Harper Lee y su padre, A. C. Lee

Volviendo a lo que nos llama, debo decir que este libro era uno de mi lista de clásico que tenía que leer. Nombrado en más de una película, merecía la pena saber de qué se trataba tanta cita. Y lo vale por completo, siendo desde mi punto vista, un libro que necesariamente tiene que estar en la estantería, dispuesto y cerca de la mano para prestar a lxs amigxs que nunca saben que leer y siempre confían en tu opinión.

Curiosidades:




SOBRE LA AUTORA

Harper Lee nació en Monroeville (Alabama, EE.UU), en 1926. En 1931, un conflicto racista acontecido en la localidad vecina de Scottsboro conmocionó a la sociedad estadounidense. Lee, testigo indirecto de los hechos, se inspiró en este suceso para escribir su única novela conocida hasta 2015, Matar a un ruiseñor, convertida hoy en un clásico de la literatura norteamericana del siglo XX. Amiga personal de Truman Capote, Lee decidió retirarse del mundanal ruido cuando alcanzó la fama. En 2007, recibió la Medalla Presidencial de la Libertad de Estados Unidos por su carrera literaria. (Biografía tomada del libro. Matar a un ruiseñor. Ediciones B, 2015).

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