Matar
a un ruiseñor (1960) tiene algo especial: es la puerta a algo más
que la historia que carga entre sus páginas. Tratándose de la vida de la autora
(porque es autobiográfica) está repleta de pequeños detalles que, más tarde, y
complementada con A sangre fría (Capote,
Truman. 1965), colorean la farándula literaria de los clásicos. Así es como
de la mano de Scout, unx termina embarcándose en la intimidad de Harper Lee y
Truman Capote.
Por: Morena Fournier
Por: Morena Fournier
Verás, lector/a imaginarix de mis reseñas,
la historia está narrada a través de un filtro: el filtro de la inocencia.
Todos los hechos, algunos extremadamente crueles, están vistos y son contados
desde los ojos y el entendimiento de este personaje infantil y sus compañeros
de aventura: su hermano mayor, Jem, y su amigo de los veranos, Dill (personaje
basado en Truman Capote de pequeño, lo cual resulta muy divertido una vez que
se conoce al peculiar niño y la relación
que tiene con Scout). Una vez finalizado el libro me dejó una sensación, un
sabor en la boca muy parecido al que me han dejado las novelas de Louisa May
Alcott, Mujercitas y todo su séquito
de libros. No hablemos de la carga moral o religiosa que tienen, sino de la
mirada de niña, esa cosa que hace que los sucesos del libro se vuelvan
especiales, y marquen para siempre la vida de alguien, de ese personaje que vas
a conocer en profundidad a los largo del tiempo que te tome interiorizarte en
la historia.
Truman Capote y Harper Lee
Por otro lado, quizás sea la aparición de
la segunda novela de Harper Lee lo que motivó a Ediciones B. Ve y pon un centinela, publicada en
julio de este año (al parecer la secuela de Matar
a un ruiseñor), fue escrito hace años y guardada por mucho tiempo, hasta
hace poco que anunciaron la publicación. Lo interesante, además de lo que puede
leerse por las profundidades de internet sobre el libro nuevo-viejo,
es todo el chusmerío que se generó detrás: Harper Lee decidió hace mucho que no
aumentaría su bibliografía, y ahora, de grande y prácticamente recluida,
“decide” publicar otro libro. Es pretensioso ponerlo entre comillas, pero
realmente genera dudas y curiosidad la forma en que se desenvolvieron los
hechos (para más chusmerío, click acá).
Harper Lee y su padre, A. C. Lee
Volviendo a lo que nos llama, debo decir
que este libro era uno de mi lista de clásico que tenía que leer. Nombrado en más de una película, merecía la pena
saber de qué se trataba tanta cita. Y lo vale por completo, siendo desde mi
punto vista, un libro que necesariamente tiene que estar en la estantería,
dispuesto y cerca de la mano para prestar a lxs amigxs que nunca saben que leer
y siempre confían en tu opinión.
Curiosidades:
SOBRE LA AUTORA
Harper Lee nació en Monroeville (Alabama,
EE.UU), en 1926. En 1931, un conflicto racista acontecido en la localidad
vecina de Scottsboro conmocionó a la sociedad estadounidense. Lee, testigo
indirecto de los hechos, se inspiró en este suceso para escribir su única
novela conocida hasta 2015, Matar a un
ruiseñor, convertida hoy en un clásico de la literatura norteamericana del
siglo XX. Amiga personal de Truman Capote, Lee decidió retirarse del mundanal
ruido cuando alcanzó la fama. En 2007, recibió la Medalla Presidencial de la
Libertad de Estados Unidos por su carrera literaria. (Biografía tomada del libro. Matar a un ruiseñor. Ediciones B, 2015).
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