Quizás sea Pájaros en la boca la mejor manera de cerrar este
año de reseñas. El azar me sorprende una vez más y pone en mis manos estos
quince cuentos que, bajo las mágicas palabras de Schweblin, hacen volar la
imaginación a oscuros e interesantísimos rincones.
Por Morena Fournier
Por Morena Fournier
Es este un popurrí colorido que en más de una ocasión te
enmudece. Publicado originalmente en 2008 y galardonada la autora con el premio
Casa de las Américas, es reeditado ahora por Penguin Random House, permitiéndonos
una vez más acercarnos a este misterioso y (por momentos) perturbador mundo de
mundos.
Hablemos un poco del realismo mágico. Este género literario,
con raíces en América Latina, no hace referencia a la magia sino a una forma de
mostrar lo extraño (en este caso lo perverso, oscuro) como algo común. Los
personajes que componen una obra de este tipo se enfrentan con una realidad
irreal, pero al ser suya deja de ser extraña. Y al dejar de ser extraña para
ellos, si el autor o autora cuenta con el talento heredado de nuestro
inconsciente colectivo latinoamericano, pasa a ser normal también para
nosotros, lxs lectorxs. Sin ir más lejos, que una mujer muera porque un bicho
sorbió su sangre mientras dormía (El almohadón de plumas, Horacio Quiroga), o que una viuda recién casada participe de
una batalla de dioses para que le devuelvan al fantasma de su marido muerto (Doña Flor y sus dos maridos, Jorge Amado), es
realismo mágico. Y los cuentos que componen Pájaros en la boca (o hasta la
talentosa mano de Samanta Schweblin) lo derrochan.
Como dije alguna vez, en alguna otra reseña, los cuentos son
difíciles. Cuesta escribir un cuento de tal manera que no deje a su público con
sabor a poco, que lo satisfaga del todo, o encontrar las medidas para que unx
sienta que sí, que fue suficiente. Que tres páginas alcanzan para dejarte sin
palabras. Cuesta, requiere quizás sabiduría además de talento. Conocimiento.
Pero el que sabe, sabe, y probablemente es este un libro ideal para entender a
qué me refiero. Pájaros en la boca nos arrastra al inconsciente humano, a
situaciones irreales y perturbadoras, a risas un poco insanas, a reflexiones
silenciosas.
Y llega el verano, y llegan las vacaciones, y querés leer
algo que te atrape. No sabes qué, entras en la librería, lees títulos, miras
tapas, y seguís sin saber. Entre esas tapas, ves unos ojos borroneados con
colores que te miran, un nombre en letras blancas y un título en letras
amarillas. Das vuelta el libro para leer la contratapa y te interroga “¿Qué es
lo real y qué es lo fantástico en la literatura de Samanta Schweblin?”. Como
último consejo del año, te recomiendo que trates de averiguarlo.
SOBRE LA AUTORA
Samanta Schweblin nació en Buenos Aires en 1978. Su primero libro, El núcleo del disturbio (2002), obtuvo los premios Fondo Nacional de las Artes y Haroldo Conti. En 2008 le otorgaron el premio Casa de las Américas por Pájaros en la boca, traducido a trece idiomas y editado en más de veinte países. En 2012 fue distinguida con la última edición del premio francés Juan Rulfo. En 2014, Literatura Random House publicó su primer novela, Distancia de rescate. Becada por distintas instituciones, vivió en México, Italia, China y Alemania; actualmente reside en Berlín, donde escribe y dicta talleres literarios en español. Siete casas vacías, su último libro de cuentos, recibió en 2015 el IV Premio de Narrativa Breve Ribera del Duero, de España.
(Foto tomada de www.losinrocks.com)
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