Las bibliotecas están en riesgo porque hemos olvidado lo importantes que son. En la era de Google y Amazon, los diferentes medios permiten acceder a la información con mayor facilidad y rapidez que nunca, como consecuencia, de ello, cada vez que se discute el tema de presupuestos en todos los lugares se plantea la cuestión de cual es papel de la biblioteca en la era digital.
Por lo general se sigue teniendo una idea muy simplista y sesgada de lo que es y lo que ofrece una biblioteca. Para la mayoría las bibliotecas son lugares donde obtener información. Pero precisamente a la información se accede cada vez más fácilmente con la llegada de los ordenadores, las redes y el formato digital, y aún más se ha acrecentado la capacidad de acceder a cualquier información en todo tiempo y lugar con la llegada de los dispositivos móviles, realmente un smartphone se utiliza más como un ordenador que como un teléfono. La mayor parte de la información que necesitamos en el día a día de nuestra vida se pueden encontrar en formato analógico o digital. La mayoría de las veces, la diferencia sustancial entre el acceso al formato física y digital está en que a través del formato digital es posible acceder a la misma de una manera más sencilla y rápida utilizando un dispositivo móvil. El acceso a sus variantes físicas a menudo requiere más esfuerzo, es decir hacer un viaje real a la biblioteca.
Además los hábitos de consumo de la gente han experimentado un cambio importante durante los últimos años en beneficio de lo digital. Por ello las bibliotecas están tratando de servir a una amplia gama de clientes en diferentes puntos combinando servicios digitales y servicios de acceso físico. A su vez se ha producido otro cambio, el hecho de que importantes servicios comerciales han empezado a competir con algunos de los servicios que tradicionalmente ofrecían las bibliotecas (Kindle Unlimited), o simplemente establecimientos que brindan a cualquier usuario el acceso wifi gratuito a Internet y un lugar para reunirse como los cafés Starbucks.
Los puntos de vista sobre qué debe ofrecer una biblioteca a este respecto están muy arraigados entre muchos de los profesionales lo que hace aún más difícil y complicada la tarea. Si la mayor parte de la información más actual ya es accesible en formato digital desde cualquier dispositivo ¿Cuál es la utilidad de la colección física de libros, revistas, películas y música? Y si internet el el punto de acceso a toda esta información ¿Qué finalidad tiene el mantener espacios físicos? Y si las bibliotecas no ejercen de centros comunitarios ¿Para qué se quiere tener bibliotecarios? Las bibliotecas son más que centros comunitarios, al igual que los bibliotecarios hacen más cosas que responder a cualquier pregunta que puedes encontrar fácilmente en Google.
Históricamente la biblioteca como institución son uno de los organismos que más y mejor ha contribuido al éxito de cualquier democracia. Las bibliotecas proporcionan acceso a las habilidades y conocimientos necesarios para cumplir con los roles de ser ciudadanos activos, además de funcionar como instituciones esenciales para la igualdad de los ciudadanos, siendo el garante más equitativo de acceso a la información y el conocimiento por parte de toda la sociedad. Se trata de mecanismos de participación e inclusión social por encima de otro tipo de intereses. Ya que para muchos ciudadanos la biblioteca es casi el único lugar donde encontrar la información que necesitan de forma gratuita. La sala de lectura de una biblioteca es el lugar donde puede ser consultado un periódico, una revista, un semanario o una película de forma completamente gratuita.
Además en muchas comunidades la sala de lectura de la biblioteca pública es el lugar donde escuchar a un profesor hablar de temas como cambio climático, inmigración o empleo. Este mismo espacio es donde un niño de una familia no pudiente puede ir a ver una película, escuchar música o leer un libro. Cualquier sistema democrático solo puede llegar a ser una realidad si todos los ciudadanos tienen las mismas oportunidades de acceso a la información y a la cultura para que a corto, medio o lago plazo ellos puedan tomar decisiones informadas. Por ello las bibliotecas son instituciones eminentemente democráticas. El conocimiento que ofrecen y la ayuda que proporcionan los bibliotecarios son el alma de una sociedad inclusiva, informada y comprometida con sus ciudadanos. Este papel es igual de importante en las grandes ciudades que en los pueblos más pequeños, ya que desde la creación de las bibliotecas públicas estas son casi exclusivamente las instituciones donde el ciudadano puede acceder libremente para cumplir con sus objetivos de manera completamente gratuita.
Si lo viéramos desde el punto de vista contrario ¿Que pasaría si desaparecieran las bibliotecas? La desaparición de las bibliotecas públicas afectaría negativamente a la educación, y socavaría la capacidad de los ciudadanos más desfavorecidos de cualquier país libre para equipararse al resto de los ciudadanos, encontrar trabajo, y formar parte de una gran clase media alfabetizada.
Las bibliotecas proporcionan espacios públicos donde la gente puede congregarse, compartir su patrimonio cultural y científico, y crear conocimiento compartido. De este modo los bibliotecarios, junto con los archiveros, mantienen en alguna manera el registro histórico de nuestras sociedades y nuestras vidas. No invertir en las bibliotecas durante este tiempo de transición de lo analógico a lo digital, supone poner todas estas funciones esenciales en riesgo justo cuando más las necesitamos.
La clave es muy simple: centrarse en lo que los medios digitales e Internet hacen posible, no en lo que deshacen. Esta perspectiva permite a los partidarios de la biblioteca encontrar y explotar las formas en que lo digital y lo analógico se unen, en el que ambos formatos se refuerzan mutuamente para ser complementarios y no antagónicos. Internet y los medios digitales están permitiendo nuevos tipos de servicios que marcan una diferencia real para todos los usuarios de la biblioteca: por ejemplo, los bibliotecarios pueden encontrar, sin costo, materiales interactivos que van desde documentos históricos originales a noticias del día a día. Las bibliotecas físicas nunca han sido tan interesante, ni lugares tan útiles y vitales. Las personas que trabajan en las bibliotecas están ayudando a otras personas a manejar adecuadamente toda la masa abrumadora de información que encontramos en línea y a diferenciar aquello que es pertinente e inmediatamente relevante para sus vidas de todo aquello que es puramente accesible.
El camino a seguir por parte de las bibliotecas y los bibliotecarios no es un misterio. La clave es muy simple: centrarse en lo que los medios digitales e Internet hacen posible, no en lo que deshacen. Esta perspectiva permite a los partidarios de la biblioteca encontrar y explotar las formas en que lo digital y lo analógico se unen, en el que ambos formatos se refuerzan mutuamente para ser complementarios y no antagónicos.
Hay pocos lugares culturalmente tan diversos en el mundo que el barrio de Queens en la ciudad de Nueva York. Esa diversidad se encuentra en clara exhibición en sus bibliotecas públicas. En la sucursal de la biblioteca Forest Hills, es posible que cualquier usuario sea incapaz de encontrar un asiento en una tarde de sábado. Los usuarios de muchas razas y edades se sientan codo a codo entre los terminales de ordenador. Hay muchos libros tanto en las mesas como en los estantes que recubren la pared, pero lo que si se evidencia es que los usuarios la importancia no se la dan precisamente a los libros, y si se aprecia que la mayoría de los usuarios están sentados frente a los ordenadores. El lugar no es precisamente un sitio tranquilo, se observa que se charla en esta sala llena de gente. Se trata de un sonido productivo y vibrante, no infeliz. La actividad predominante definitivamente no precisamente la búsqueda y la lectura de libros.
Necesitamos ambas bibliotecas, tanto las físicas como las bibliotecas digitales de hoy. Los espacios físicos y las plataformas digitales juegan un papel esencial en la prestación de acceso y democratización al conocimiento por parte de todo el mundo en un futuro próximo. Pero si no mantenemos las bibliotecas físicas, perderemos público esencial, espacios intelectuales en nuestras comunidades, lugares donde la gente puede reunirse cara a cara, y si no construimos bibliotecas digitales que posibiliten la conexión entre las personas indistintamente de su ubicación, estos espacios físicos se convertirían en obsoletos. Bibliotecas físicas y digitales son complementarias ya que una y otra hacen que la otra sea más eficaz y valiosa.
El contexto de las bibliotecas está mutando al igual que ocurre en otros entornos sociales de las grandes ciudades. Las bibliotecas públicas en ciudades y pueblos, así como las bibliotecas escolares y universitarias, están rediseñando sus espacios y sus reglas para dar cabida a los nuevos comportamientos y hábitos que tiene la gente para acceder y disfrutar del ocio y de la información. Hoy en día los espacios de la biblioteca son a menudo vibrantes para algunos, y muchas bibliotecas están estableciendo récords de asistencia, la circulación de los materiales, y a la provisión de acceso a las ideas y eventos.
Se dice y se tiene asumido que el acceso al conocimiento nunca ha sido mayor de lo que es hoy. Y nadie discute que el acceso a los conocimientos es una cosa buena en las sociedades democráticas modernas, el problema es que el acceso a este conocimiento se distribuye de manera desigual. Bibliotecas y bibliotecarios, pueden ser agentes esenciales para solucionar esta deficiencia de distribución si se apoyan e innovan adecuadamente.
La Biblioteca Pública de Boston y la Biblioteca de Queens no son atípicas, pero tampoco son la norma. A través de América y el mundo, las bibliotecas están en peligro. No todos los alcaldes de la grandes ciudades se comprometen a financiar una renovación de arriba a abajo de los edificios históricos de la biblioteca. Queens, a pesar de la demanda pública de su sistema de biblioteca, ha sido uno de los lugares más afectados en la última década por los recortes y controversias sobre el gasto que generan. Y muy a menudo alcaldes y gerentes se ven obligados a tomar decisiones presupuestarias estrictas, están recortando presupuestos de las bibliotecas con el fin de salvaguardar otros servicios esenciales. De este modo las bibliotecas de todo tipo se enfrentan a presiones presupuestarias. En las bibliotecas universitarias se están congelando los presupuestos debido a la reducción matrículas. lo que afecta a la compra de libros y a la reducción del personal. Las bibliotecas de las escuelas públicas se encuentran bajo la mayor presión presupuestaria de todos los tiempos, en algunas partes se ha reducido drásticamente el número de nuevas adquisiciones y se han reducido las horas de apertura, o en el peor de los casos algunas bibliotecas escolares han tenido que cerrar. Por lo que actualmente se corre el riesgo de de no mantener los registros históricos completos, especialmente los realizados en formatos digitales.
Si bien el trabajo de rehacer las bibliotecas físicas debe orientarse con miras a las necesidades de la comunidad en particular, el desarrollo de plataformas digitales de la biblioteca debe ser un proceso altamente colaborativo. Las bibliotecas individualmente no tienen que trabajar sólas para encontrar nuevas formas de utilizar las nuevas tecnologías con el objetivo de revitalizar los servicios de la biblioteca. Las iniciativas digitales a gran escala posibilitan nuevas formas de ofrecer los servicios bibliotecarios que se han ofrecido siempre. Durante años, los bibliotecarios han soñado con crear una “biblioteca digital de Alejandría”. Hoy ese proyecto está finalmente en marcha a través de las bibliotecas digitales que se están convirtiendo en fuentes de conocimiento, la inspiración y la innovación para la comunidad global, en este sentido las posibilidades son impresionantes.
Es poco probable que una biblioteca digital mundial emerja por si misma. Docenas de gobiernos y grupos de bibliotecarios están desarrollando plataformas de biblioteca digital de escala nacional, especialmente en Europa, Asia, y los Estados Unidos. De este modo una serie de plataformas digitales de bibliotecas nacionales o regionales interconectadas no sustituirán las bibliotecas físicas, sino que apoyarán a los bibliotecarios y para abrir nuevas oportunidades para las bibliotecas que se centran en el trabajo que mejor saben hacer, sin necesidad de que cada uno de ellos desarrolle una infraestructura redundante y colecciones únicas. El desarrollo de plataformas digitales de la biblioteca es un proyecto común, y se están tomando un tiempo para llegar a buen puerto, pero una cosa está clara: las bibliotecas ya están innovando de manera importante. El trabajo de los ciudadanos y usuarios de la biblioteca es apoyarles en sus esfuerzos para que puedan cumplir con su función esencial en nuestras comunidades. Las bibliotecas están en camino de convertirse en organizaciones en red que pueden prosperar en los años venideros.
BIBLIOGRAFÍA:
Palfrey, J. BiblioTech: Why Libraries Matter More Than Ever in the Age of Google. Kindle Edition, 2015
Fuente: Universo Abierto
Además los hábitos de consumo de la gente han experimentado un cambio importante durante los últimos años en beneficio de lo digital. Por ello las bibliotecas están tratando de servir a una amplia gama de clientes en diferentes puntos combinando servicios digitales y servicios de acceso físico. A su vez se ha producido otro cambio, el hecho de que importantes servicios comerciales han empezado a competir con algunos de los servicios que tradicionalmente ofrecían las bibliotecas (Kindle Unlimited), o simplemente establecimientos que brindan a cualquier usuario el acceso wifi gratuito a Internet y un lugar para reunirse como los cafés Starbucks.
Los puntos de vista sobre qué debe ofrecer una biblioteca a este respecto están muy arraigados entre muchos de los profesionales lo que hace aún más difícil y complicada la tarea. Si la mayor parte de la información más actual ya es accesible en formato digital desde cualquier dispositivo ¿Cuál es la utilidad de la colección física de libros, revistas, películas y música? Y si internet el el punto de acceso a toda esta información ¿Qué finalidad tiene el mantener espacios físicos? Y si las bibliotecas no ejercen de centros comunitarios ¿Para qué se quiere tener bibliotecarios? Las bibliotecas son más que centros comunitarios, al igual que los bibliotecarios hacen más cosas que responder a cualquier pregunta que puedes encontrar fácilmente en Google.
Históricamente la biblioteca como institución son uno de los organismos que más y mejor ha contribuido al éxito de cualquier democracia. Las bibliotecas proporcionan acceso a las habilidades y conocimientos necesarios para cumplir con los roles de ser ciudadanos activos, además de funcionar como instituciones esenciales para la igualdad de los ciudadanos, siendo el garante más equitativo de acceso a la información y el conocimiento por parte de toda la sociedad. Se trata de mecanismos de participación e inclusión social por encima de otro tipo de intereses. Ya que para muchos ciudadanos la biblioteca es casi el único lugar donde encontrar la información que necesitan de forma gratuita. La sala de lectura de una biblioteca es el lugar donde puede ser consultado un periódico, una revista, un semanario o una película de forma completamente gratuita.
Además en muchas comunidades la sala de lectura de la biblioteca pública es el lugar donde escuchar a un profesor hablar de temas como cambio climático, inmigración o empleo. Este mismo espacio es donde un niño de una familia no pudiente puede ir a ver una película, escuchar música o leer un libro. Cualquier sistema democrático solo puede llegar a ser una realidad si todos los ciudadanos tienen las mismas oportunidades de acceso a la información y a la cultura para que a corto, medio o lago plazo ellos puedan tomar decisiones informadas. Por ello las bibliotecas son instituciones eminentemente democráticas. El conocimiento que ofrecen y la ayuda que proporcionan los bibliotecarios son el alma de una sociedad inclusiva, informada y comprometida con sus ciudadanos. Este papel es igual de importante en las grandes ciudades que en los pueblos más pequeños, ya que desde la creación de las bibliotecas públicas estas son casi exclusivamente las instituciones donde el ciudadano puede acceder libremente para cumplir con sus objetivos de manera completamente gratuita.
Si lo viéramos desde el punto de vista contrario ¿Que pasaría si desaparecieran las bibliotecas? La desaparición de las bibliotecas públicas afectaría negativamente a la educación, y socavaría la capacidad de los ciudadanos más desfavorecidos de cualquier país libre para equipararse al resto de los ciudadanos, encontrar trabajo, y formar parte de una gran clase media alfabetizada.
Si lo viéramos desde el punto de vista contrario ¿Que pasaría si desaparecieran las bibliotecas? La desaparición de las bibliotecas públicas afectaría negativamente a la educación, y socavaría la capacidad de los ciudadanos más desfavorecidos de cualquier país libre para equipararse al resto de los ciudadanos, encontrar trabajo, y formar parte de una gran clase media alfabetizada.
Las bibliotecas proporcionan espacios públicos donde la gente puede congregarse, compartir su patrimonio cultural y científico, y crear conocimiento compartido. De este modo los bibliotecarios, junto con los archiveros, mantienen en alguna manera el registro histórico de nuestras sociedades y nuestras vidas. No invertir en las bibliotecas durante este tiempo de transición de lo analógico a lo digital, supone poner todas estas funciones esenciales en riesgo justo cuando más las necesitamos.
El camino a seguir por parte de las bibliotecas y los bibliotecarios no es un misterio. Los líderes visionarios como Amy Ryan y su equipo en la Biblioteca Pública de Boston están delimitando parte de este trazado a seguir. El esfuerzo de reinversión llevado a cabo por Siobhan Reardon en la Biblioteca Pública de Filadelfia ha dado lugar a una donación de 25 millones de dólares para “reimaginar” la biblioteca de su ciudad. Muchos otros bibliotecarios en bibliotecas escolares, universidades y bibliotecas especializadas, de empresas de tecnología y organizaciones no lucrativas están mostrando asimismo la ruta que hemos de recorrer.
La clave es muy simple: centrarse en lo que los medios digitales e Internet hacen posible, no en lo que deshacen. Esta perspectiva permite a los partidarios de la biblioteca encontrar y explotar las formas en que lo digital y lo analógico se unen, en el que ambos formatos se refuerzan mutuamente para ser complementarios y no antagónicos. Internet y los medios digitales están permitiendo nuevos tipos de servicios que marcan una diferencia real para todos los usuarios de la biblioteca: por ejemplo, los bibliotecarios pueden encontrar, sin costo, materiales interactivos que van desde documentos históricos originales a noticias del día a día. Las bibliotecas físicas nunca han sido tan interesante, ni lugares tan útiles y vitales. Las personas que trabajan en las bibliotecas están ayudando a otras personas a manejar adecuadamente toda la masa abrumadora de información que encontramos en línea y a diferenciar aquello que es pertinente e inmediatamente relevante para sus vidas de todo aquello que es puramente accesible.
El camino a seguir por parte de las bibliotecas y los bibliotecarios no es un misterio. La clave es muy simple: centrarse en lo que los medios digitales e Internet hacen posible, no en lo que deshacen. Esta perspectiva permite a los partidarios de la biblioteca encontrar y explotar las formas en que lo digital y lo analógico se unen, en el que ambos formatos se refuerzan mutuamente para ser complementarios y no antagónicos.
Necesitamos ambas bibliotecas, tanto las físicas como las bibliotecas digitales de hoy. Los espacios físicos y las plataformas digitales juegan un papel esencial en la prestación de acceso y democratización al conocimiento por parte de todo el mundo en un futuro próximo. Pero si no mantenemos las bibliotecas físicas, perderemos público esencial, espacios intelectuales en nuestras comunidades, lugares donde la gente puede reunirse cara a cara, y si no construimos bibliotecas digitales que posibiliten la conexión entre las personas indistintamente de su ubicación, estos espacios físicos se convertirían en obsoletos. Bibliotecas físicas y digitales son complementarias ya que una y otra hacen que la otra sea más eficaz y valiosa.
Hay pocos lugares culturalmente tan diversos en el mundo que el barrio de Queens en la ciudad de Nueva York. Esa diversidad se encuentra en clara exhibición en sus bibliotecas públicas. En la sucursal de la biblioteca Forest Hills, es posible que cualquier usuario sea incapaz de encontrar un asiento en una tarde de sábado. Los usuarios de muchas razas y edades se sientan codo a codo entre los terminales de ordenador. Hay muchos libros tanto en las mesas como en los estantes que recubren la pared, pero lo que si se evidencia es que los usuarios la importancia no se la dan precisamente a los libros, y si se aprecia que la mayoría de los usuarios están sentados frente a los ordenadores. El lugar no es precisamente un sitio tranquilo, se observa que se charla en esta sala llena de gente. Se trata de un sonido productivo y vibrante, no infeliz. La actividad predominante definitivamente no precisamente la búsqueda y la lectura de libros.
Necesitamos ambas bibliotecas, tanto las físicas como las bibliotecas digitales de hoy. Los espacios físicos y las plataformas digitales juegan un papel esencial en la prestación de acceso y democratización al conocimiento por parte de todo el mundo en un futuro próximo. Pero si no mantenemos las bibliotecas físicas, perderemos público esencial, espacios intelectuales en nuestras comunidades, lugares donde la gente puede reunirse cara a cara, y si no construimos bibliotecas digitales que posibiliten la conexión entre las personas indistintamente de su ubicación, estos espacios físicos se convertirían en obsoletos. Bibliotecas físicas y digitales son complementarias ya que una y otra hacen que la otra sea más eficaz y valiosa.
El contexto de las bibliotecas está mutando al igual que ocurre en otros entornos sociales de las grandes ciudades. Las bibliotecas públicas en ciudades y pueblos, así como las bibliotecas escolares y universitarias, están rediseñando sus espacios y sus reglas para dar cabida a los nuevos comportamientos y hábitos que tiene la gente para acceder y disfrutar del ocio y de la información. Hoy en día los espacios de la biblioteca son a menudo vibrantes para algunos, y muchas bibliotecas están estableciendo récords de asistencia, la circulación de los materiales, y a la provisión de acceso a las ideas y eventos.
El contexto de las bibliotecas está mutando al igual que ocurre en otros entornos sociales de las grandes ciudades. Las bibliotecas públicas en ciudades y pueblos, así como las bibliotecas escolares y universitarias, están rediseñando sus espacios y sus reglas para dar cabida a los nuevos comportamientos y hábitos que tiene la gente para acceder y disfrutar del ocio y de la información.
La Biblioteca Pública de Boston y la Biblioteca de Queens no son atípicas, pero tampoco son la norma. A través de América y el mundo, las bibliotecas están en peligro. No todos los alcaldes de la grandes ciudades se comprometen a financiar una renovación de arriba a abajo de los edificios históricos de la biblioteca. Queens, a pesar de la demanda pública de su sistema de biblioteca, ha sido uno de los lugares más afectados en la última década por los recortes y controversias sobre el gasto que generan. Y muy a menudo alcaldes y gerentes se ven obligados a tomar decisiones presupuestarias estrictas, están recortando presupuestos de las bibliotecas con el fin de salvaguardar otros servicios esenciales. De este modo las bibliotecas de todo tipo se enfrentan a presiones presupuestarias. En las bibliotecas universitarias se están congelando los presupuestos debido a la reducción matrículas. lo que afecta a la compra de libros y a la reducción del personal. Las bibliotecas de las escuelas públicas se encuentran bajo la mayor presión presupuestaria de todos los tiempos, en algunas partes se ha reducido drásticamente el número de nuevas adquisiciones y se han reducido las horas de apertura, o en el peor de los casos algunas bibliotecas escolares han tenido que cerrar. Por lo que actualmente se corre el riesgo de de no mantener los registros históricos completos, especialmente los realizados en formatos digitales.
Si bien el trabajo de rehacer las bibliotecas físicas debe orientarse con miras a las necesidades de la comunidad en particular, el desarrollo de plataformas digitales de la biblioteca debe ser un proceso altamente colaborativo. Las bibliotecas individualmente no tienen que trabajar sólas para encontrar nuevas formas de utilizar las nuevas tecnologías con el objetivo de revitalizar los servicios de la biblioteca. Las iniciativas digitales a gran escala posibilitan nuevas formas de ofrecer los servicios bibliotecarios que se han ofrecido siempre. Durante años, los bibliotecarios han soñado con crear una “biblioteca digital de Alejandría”. Hoy ese proyecto está finalmente en marcha a través de las bibliotecas digitales que se están convirtiendo en fuentes de conocimiento, la inspiración y la innovación para la comunidad global, en este sentido las posibilidades son impresionantes.
El desarrollo de plataformas digitales de la biblioteca es un proyecto común, y se están tomando un tiempo para llegar a buen puerto, pero una cosa está clara: las bibliotecas ya están innovando de manera importante. El trabajo de los ciudadanos y usuarios de la biblioteca es apoyarles en sus esfuerzos para que puedan cumplir con su función esencial en nuestras comunidades. Las bibliotecas están en camino de convertirse en organizaciones en red que pueden prosperar en los años venideros.
Es poco probable que una biblioteca digital mundial emerja por si misma. Docenas de gobiernos y grupos de bibliotecarios están desarrollando plataformas de biblioteca digital de escala nacional, especialmente en Europa, Asia, y los Estados Unidos. De este modo una serie de plataformas digitales de bibliotecas nacionales o regionales interconectadas no sustituirán las bibliotecas físicas, sino que apoyarán a los bibliotecarios y para abrir nuevas oportunidades para las bibliotecas que se centran en el trabajo que mejor saben hacer, sin necesidad de que cada uno de ellos desarrolle una infraestructura redundante y colecciones únicas. El desarrollo de plataformas digitales de la biblioteca es un proyecto común, y se están tomando un tiempo para llegar a buen puerto, pero una cosa está clara: las bibliotecas ya están innovando de manera importante. El trabajo de los ciudadanos y usuarios de la biblioteca es apoyarles en sus esfuerzos para que puedan cumplir con su función esencial en nuestras comunidades. Las bibliotecas están en camino de convertirse en organizaciones en red que pueden prosperar en los años venideros.
BIBLIOGRAFÍA:
Palfrey, J. BiblioTech: Why Libraries Matter More Than Ever in the Age of Google. Kindle Edition, 2015
Fuente: Universo Abierto
Un comentario: El tipo de letra (tipografía) es horrible! Busquen una más amigable a la vista. Saludos!
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Lo tomaremos en cuenta para el rediseño del blog.
EliminarHola amigos, quisiera expresar una opinión y una sugerencia:
ResponderEliminar1. Opinión: Creo que en estos tiempos más que nunca es necesario que los procesos de formación de profesionales en el área de bibliotecología incluyan temáticas como la negociación, los procesos de comunicación, el liderazgo, la gestión de proyectos y el dominio de la tecnología, ya que en gran medida, al menos en América Latina, los bibliotecarios miran demasiado hacia dentro y muy poco hacia afuera de sus bibliotecas y creo que es precisamente eso lo que facilita la pérdida creciente de público (sobre todo el público joven), y dificulta que las bibliotecas formen parte activa de las nuevas tendencias mundiales.
2. Sugerencia: Ojalá pudieran utilizar otro tipo de letra, ya que sobre todo en textos largos se dificulta la lectura rápida, y al estar leyendo en computadora, cansa mucho la vista.
Saludos cordiales
Gracias Joel por tu comentario. Iremos probando diferentes tipografías hasta dar con la más amigable!
EliminarMÁS CLARO NI EL AGUA, LAS BIBLIOTECAS FÍSICAS Y DIGITALES VAN DE LA MANO, Y SON DE VITAL IMPORTANCIA PARA UNA COMUNIDAD HABIDA DE CONOCIMIENTOS, EN BUSCA DE SUPERACIÓN PERSONAL QUE AL MISMO TIEMPO CONTRIBUYE AL DESARROLLO DE NUESTRO PAÍS.
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