La Enciclopedia Mecánica de Doña Angelita, un sorprendente artilugio cuya historia de creación arranca en 1949, es considerada el primer ereader de la historia.
La lectura en formato electrónico es una innovación que se ha hecho popular en los últimos años. A medida que se iban popularizando los diferentes soportes de lectura, como las tabletas o los ereaders, se iban haciendo cada vez más y más populares los libros electrónicos y todos nos íbamos acostumbrando a leer en formato ebook. Pero lo cierto es que los primeros experimentos con la lectura electrónica no son tan nuevos y ya hubo en su momento quienes intentaron crear máquinas que ayudasen a leer de otra manera. Una de ellas es la Enciclopedia Mecánica de Doña Angelita, un sorprendente artilugio cuya historia de creación arranca en 1949 y que muchos consideran el primer ereader de la historia. El artilugio, por cierto, había quedado olvidado en un rincón de la historia, pero ha sido recuperado en los últimos años y es ahora el protagonista de una exposición en la Fundación Telefónica (en la Gran Vía madrileña, España), que se puede visitar hasta finales de este mes.
¿Quién era la doña Angelita que da nombre a la Enciclopedia?
Doña Angelita, Ángela Ruiz Robles en realidad, era una maestra gallega que trabajó como profesora entre los años 20 y 60 del siglo pasado en Ferrol. A pesar de que la época no era la más propicia para las mujeres creativas y a pesar de que Doña Angelita era una viuda con tres hijas (lo que suponemos hace que se tenga una carga de trabajo en casa bastante elevado), nunca dejó de intentar aplicar sus ideas al mundo que la rodeaba.
Hacerlo era entonces más difícil que ahora. No solo las posibilidades laborales para las mujeres eran escasas sino que además la sociedad ponía trabas y más trabas a su desarrollo como creadoras. En la exposición podemos ver una foto de una reunión de inventores (y doña Angelita era la única mujer) y también nos recuerdan algunas de las preguntas que los periodistas le hacían a la inventora. “¿Una buena inventora puede ser una buena ama de casa?”, es una de las preguntas que le lanzaban en una entrevista (¡en 1958!).
Una de esas ideas fue La Enciclopedia Mecánica, un invento cuya primera patente consiguió en 1949 (entonces era una patente para “un procedimiento mecánico, eléctrico y a presión de aire para la lectura de libros” que se convirtió en una patente para el dispositivo en sí en los 60) y que doña Angelita enfocaba como una solución para conseguir formar más y mejor a los niños y también como una manera de no hacer que fuesen tan necesarios los libros. Como explican en uno de los paneles de la exposición, la inventora quería con su dispositivo ofrecer una alternativa a “los obsoletos métodos pedagógicos de la época – basados en la memoria – para que los alumnos pudieran aprender de una manera más activa, individualizada y lógica”.
¿Cómo funcionaba ese libro mecánico que había creado Doña Angelita?
Comparado con los tablets de hoy en día su invento nos parece entrañable. Comparado con lo que se estaba haciendo entonces, su invento es de una modernidad sorprendente. Los niños podían activar diferentes temas en el libro mecánico (tenían pulsadores para ello) y además la inventora quería incluir la posibilidad de iluminar el texto, aumentar el tamaño de la letra o escribir y dibujar sobre el mismo. La Enciclopedia Mecánica sería uno de esos libros mecánicos, pero en este caso tendría además una voluntad mucho más compleja e importante. No serviría solo para el entretenimiento, sino que sería la llave para acceder a todas las materias que el niño pudiese necesitar estudiar.
A pesar de lo interesante de la idea, de La Enciclopedia Mecánica solo se construyó un prototipo en Ferrol (que es el que ahora se puede ver en la exposición de la Fundación Telefónica) y, aunque Doña Angelita se mantuvo siempre al día del pago de su patente, nunca consiguió ir más allá de una propuesta sorprendente. Según cuentan en la exposición en 1971 el Instituto Técnico de Especialistas en Mecánica Aplicada S.A. (ITEMASA.) hizo un estudio para ver si era o no factible fabricar el dispositivo. La Enciclopedia Mecánica de Doña Angelita salía por unas 100.000 pesetas, un precio demasiado elevado para la época.
Fotos: Cortesía Fundación Telefónica | Dña. Ángela Ruiz Robles con la Enciclopedia Mecánica. Archivo de los herederos de Ángela Ruiz Robles
Fuente: Libróptas
Véase además:
Exposición de la Fundación Telefónica
La Enciclopedia Mecánica de Doña Angelita. |
La lectura en formato electrónico es una innovación que se ha hecho popular en los últimos años. A medida que se iban popularizando los diferentes soportes de lectura, como las tabletas o los ereaders, se iban haciendo cada vez más y más populares los libros electrónicos y todos nos íbamos acostumbrando a leer en formato ebook. Pero lo cierto es que los primeros experimentos con la lectura electrónica no son tan nuevos y ya hubo en su momento quienes intentaron crear máquinas que ayudasen a leer de otra manera. Una de ellas es la Enciclopedia Mecánica de Doña Angelita, un sorprendente artilugio cuya historia de creación arranca en 1949 y que muchos consideran el primer ereader de la historia. El artilugio, por cierto, había quedado olvidado en un rincón de la historia, pero ha sido recuperado en los últimos años y es ahora el protagonista de una exposición en la Fundación Telefónica (en la Gran Vía madrileña, España), que se puede visitar hasta finales de este mes.
¿Quién era la doña Angelita que da nombre a la Enciclopedia?
Doña Angelita, Ángela Ruiz Robles en realidad, era una maestra gallega que trabajó como profesora entre los años 20 y 60 del siglo pasado en Ferrol. A pesar de que la época no era la más propicia para las mujeres creativas y a pesar de que Doña Angelita era una viuda con tres hijas (lo que suponemos hace que se tenga una carga de trabajo en casa bastante elevado), nunca dejó de intentar aplicar sus ideas al mundo que la rodeaba.
Hacerlo era entonces más difícil que ahora. No solo las posibilidades laborales para las mujeres eran escasas sino que además la sociedad ponía trabas y más trabas a su desarrollo como creadoras. En la exposición podemos ver una foto de una reunión de inventores (y doña Angelita era la única mujer) y también nos recuerdan algunas de las preguntas que los periodistas le hacían a la inventora. “¿Una buena inventora puede ser una buena ama de casa?”, es una de las preguntas que le lanzaban en una entrevista (¡en 1958!).
Una de esas ideas fue La Enciclopedia Mecánica, un invento cuya primera patente consiguió en 1949 (entonces era una patente para “un procedimiento mecánico, eléctrico y a presión de aire para la lectura de libros” que se convirtió en una patente para el dispositivo en sí en los 60) y que doña Angelita enfocaba como una solución para conseguir formar más y mejor a los niños y también como una manera de no hacer que fuesen tan necesarios los libros. Como explican en uno de los paneles de la exposición, la inventora quería con su dispositivo ofrecer una alternativa a “los obsoletos métodos pedagógicos de la época – basados en la memoria – para que los alumnos pudieran aprender de una manera más activa, individualizada y lógica”.
Comparado con los tablets de hoy en día su invento nos parece entrañable. Comparado con lo que se estaba haciendo entonces, su invento es de una modernidad sorprendente. Los niños podían activar diferentes temas en el libro mecánico (tenían pulsadores para ello) y además la inventora quería incluir la posibilidad de iluminar el texto, aumentar el tamaño de la letra o escribir y dibujar sobre el mismo. La Enciclopedia Mecánica sería uno de esos libros mecánicos, pero en este caso tendría además una voluntad mucho más compleja e importante. No serviría solo para el entretenimiento, sino que sería la llave para acceder a todas las materias que el niño pudiese necesitar estudiar.
A pesar de lo interesante de la idea, de La Enciclopedia Mecánica solo se construyó un prototipo en Ferrol (que es el que ahora se puede ver en la exposición de la Fundación Telefónica) y, aunque Doña Angelita se mantuvo siempre al día del pago de su patente, nunca consiguió ir más allá de una propuesta sorprendente. Según cuentan en la exposición en 1971 el Instituto Técnico de Especialistas en Mecánica Aplicada S.A. (ITEMASA.) hizo un estudio para ver si era o no factible fabricar el dispositivo. La Enciclopedia Mecánica de Doña Angelita salía por unas 100.000 pesetas, un precio demasiado elevado para la época.
Fotos: Cortesía Fundación Telefónica | Dña. Ángela Ruiz Robles con la Enciclopedia Mecánica. Archivo de los herederos de Ángela Ruiz Robles
Fuente: Libróptas
Véase además:
Exposición de la Fundación Telefónica
De verdad muy interesante la historia del primer libro o enciclopedia mecánica, cuando todavía no se pasaba en el libro electrónico, pero más sorprendente aún, es su creadora, Doña. Ángela Ruiz Robles quien innovó y sorprendiò al mundo con su ingenio, en una época tan marcada por una sociedad que venía ignorando a la mujer a través de la historia.
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