Funcionaba en el barrio Municipal y hasta hace unos meses la comuna se hacía cargo de la renta. Tras no recibir más el subsidio, la sede fue desalojada. Desde la Intendencia aseguran que les ofrecieron otro espacio y lo rechazaron.
Desde el 2001 funcionaba en el barrio Municipal de Las Heras la Biblioteca Popular Valle de Hualilan. La misma contaba con más de 300 socios y hoy se quedó sin espacio físico ya que sus responsables no tienen como afrontar el alquiler del edificio.
Hasta que asuminó Daniel Orozco a la Intendencia de Las Heras, la entidad recibía un subsidio del Municipio para pagar la renta del lugar, sin embargo, este año esa ayuda terminó y la Biblioteca Popular se desarmó. Sólo quedan 5 mil ejemplares apilados en el garage de uno de los socios.
“Es una pena lo que ha ocurrido porque no sólo funcionaba como Biblioteca sino que se realizaban diferentes talleres, debates, había teatro, títeres. Realmente estamos muy apenados por la situación y, sobre todo por los socios, cerca de 300 que ahora se quedaron sin este espacio”, dijo a El Sol, Zulma Godoy, una de las responsables del establecimiento.
Godoy que, además se desempeña como titiritera, aseguró que desde que asumió Orozco las cosas cambiaron. “Antes de la asunción, el Municipio se hacía cargo del alquiler, que eran unos 4 mil pesos pero desde que cambió el Gobierno todo cambió. Se nos cerraron las puertas y no recibimos más ayuda”, aseguró la artista.
Lo cierto es que la semana pasada luego de pelear hasta último momento por un subsidio, el dueño de la casa donde funcionaba la Biblioteca les pidió la llave y la historia culminó. Más de 300 socios se quedaron con el anhelo de haber tenido una biblioteca en el barrio.
Lo cierto es que la semana pasada luego de pelear hasta último momento por un subsidio, el dueño de la casa donde funcionaba la Biblioteca les pidió la llave y la historia culminó. Más de 300 socios se quedaron con el anhelo de haber tenido una biblioteca en el barrio.
La tristeza no sólo es para quienes hacían funcionar la sede sino para los propios vecinos que mostraban una participación activa en cada una de las actividades que ésta desarrollaba. “La cuota que abonaban los socios era mínima: 100 pesos anuales y con ello accedían a un sinfin de actividades. Con ese dinero se solventaban los gastos que se podía pero nada fue suficiente”, dijo Zulma.
Hoy el edificio ya está ocupado y los libros apilados en cajas, una paradoja que duele pero que no deja de ser real. “Sólo buscamos que nos brinden un espacio donde funcionar. Somos muchos los que sacamos adelante la Biblioteca y no es justo que esto ocurra”, dijo Zulma que, además, agradeció a Laura Fuertes, directora de Cultura de Las Heras que le facilitó la movilidad para trasladar los libros.
Consultados sobre el cierre de la Valle de Hualian, Francisco Lopresti, Secretario de Gobierno de Las Heras aseguró: "Desde que asumió Daniel Orozco tuvimos claro que las Bibliotecas Populares y ONG debían intentar subsidiarse por sí mismas. No estaba el Municipio en condiciones de prestarle subsidios y se los aclaramos de entrada. Si bien muchas entidades lo entendieron, los trabajadores de esta Biblioteca Popular no lo hicieron y pasó lo que se venía venir”.
El funcionario también resaltó que el año pasado se le entregó a la sede 15 mil pesos para cancelar una deuda que tenían con el propietario de la entidad y hasta se les ofreció un espacio donde funcionar pero lo rechazaron. “Les dijimos que se instalaran en el subsuelo de la plaza comunal pero no aceptaron ya que el lugar no les parecía conveniente ni atractivo”, dijo Lopresti.
El funcionario también resaltó que el año pasado se le entregó a la sede 15 mil pesos para cancelar una deuda que tenían con el propietario de la entidad y hasta se les ofreció un espacio donde funcionar pero lo rechazaron. “Les dijimos que se instalaran en el subsuelo de la plaza comunal pero no aceptaron ya que el lugar no les parecía conveniente ni atractivo”, dijo Lopresti.
Ante esto, Godoy aseguró: “Los 15 mil pesos los usamos para pagar parte de la deuda que teníamos del alquiler y, respecto al espacio que nos ofrecieron lo rechazamos porque se trata de dos baños públicos que existen en el subsuelo de la plaza. Ambos están con problemas de humedad y es irracional que allí funcione una biblioteca”.
Fuente: El Sol - Mendoza
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