Las cárceles de San Felipe y Limache cuentan con los mejores índices de préstamo de Chile por parte de los internos desde que se inició el Plan de Bibliotecas en Recintos Penitenciarios del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas en 2015. Con un total de 23 mil préstamos anuales en todo Chile y 4 mil mensual, este proyecto se ha transformado en un instancia muy valorada por los internos.
Nunca un recinto penitenciario va a ser un lugar que inspire, y mucho menos que nos haga sentir acogidos. Es todo lo contrario. Sin embargo, al entrar a las cárceles de San Felipe y Limache se siente un ambiente especial, y es que existe un rincón plagado de textos donde el tiempo se detiene para los reos y logran, aunque sea por unas horas, “abrazar la libertad”.
Según cuentan los encargados de las bibliotecas, esto se ha transformado en un respiro en donde los internos “vuelan” o “viajan” a través de historias que en su gran mayoría las denominan como una autoayuda. Y claro, necesitan encontrar dentro de esos pasillos angostos y de ambiente hostil, donde además están permanentemente vigilados, un momento de calma y distracción.
Hay esperanza para los condenados en medio de la lectura, incluso algunos ya tienen sus listas de autores favoritos y reflexionan en torno a sus obras. Sin duda, una gran oportunidad de rehabilitación en este Plan de Bibliotecas en Recintos Penitenciarios del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas que aporta con sus títulos desde 2015.
Fuente: La Tercera
Nunca un recinto penitenciario va a ser un lugar que inspire, y mucho menos que nos haga sentir acogidos. Es todo lo contrario. Sin embargo, al entrar a las cárceles de San Felipe y Limache se siente un ambiente especial, y es que existe un rincón plagado de textos donde el tiempo se detiene para los reos y logran, aunque sea por unas horas, “abrazar la libertad”.
Según cuentan los encargados de las bibliotecas, esto se ha transformado en un respiro en donde los internos “vuelan” o “viajan” a través de historias que en su gran mayoría las denominan como una autoayuda. Y claro, necesitan encontrar dentro de esos pasillos angostos y de ambiente hostil, donde además están permanentemente vigilados, un momento de calma y distracción.
Hay esperanza para los condenados en medio de la lectura, incluso algunos ya tienen sus listas de autores favoritos y reflexionan en torno a sus obras. Sin duda, una gran oportunidad de rehabilitación en este Plan de Bibliotecas en Recintos Penitenciarios del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas que aporta con sus títulos desde 2015.
Fuente: La Tercera
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