Madrid arranca la construcción del nuevo modelo de bibliotecas del siglo XXI

La capital de España estrenará, a lo largo de 2020, tres nuevas bibliotecas adaptadas al modelo de uso y construcción del Siglo XXI, concebidas como grandes espacios "de estar", con amplias zonas para permanecer al cuidado de ancianos o bebés, ver películas y salas para fomentar la creación y la investigación.



En el marco de la Semana de la Arquitectura, Madrid inicia la construcción del nuevo modelo de bibliotecas pensado para el Siglo XXI, con edificios que estarán terminados a finales de 2020 e incorporarán nuevos usos y tecnologías para atraer también otros públicos.

"El nuevo modelo que establecen estos concursos busca que las bibliotecas pasen a ser un servicio que, sin olvidar su tarea de garantizar la universalidad del acceso a la cultura, el libro y la lectura, cumpla también una función de encuentro y convivencia cívica que apuesta por convertirla en el centro de la vida social y cultural del barrio", explicó Belén Llera, directora de Museos, Archivos y Bibliotecas.

Bibliotecas con perspectiva de género

Las bases de los concursos incorporan criterios muy innovadores, como la participación en el diseño y la redacción del proyecto arquitectónico de las entidades sociales y vecinales de los barrios donde se van a instalar.

Asimismo se incluyen criterios de género y diversidad para asegurar que en el proceso participativo se incorpora la presencia y la opinión de mujeres y otros grupos sociales ausentes en decisiones urbanísticas y arquitectónicas. De ese modo, se garantiza que el diseño respete y facilite los acompañamientos, cuidados y autonomía de las personas que por sus cargas sociales no suelen ser usuarios de las bibliotecas.

En esa misma línea, a los estudios ganadores de los concursos se les exigirá que incorporen a su equipo especialistas en materias de políticas de género y diversidad y en procesos de participación social.

Edificios abiertos

El Plan Estratégico para la Red de Bibliotecas Municipales 2017-2020 establece la necesidad de fortalecer el compromiso público de estas dotaciones, transformando su espacio en un lugar de encuentro y convivencia. Para llevar a cabo este objetivo las nuevas bibliotecas ofrecerán un diseño adecuado para introducir nuevos usos y una mayor convivencia y diálogo con la ciudadanía.

Las bibliotecas amplían sus espacios de conocimiento para posibilitar nuevas colecciones bibliográficas relacionadas con las materias de conocimiento, pero también para fomentar el gusto por la cultura videográfica, musical, los procesos creativos y de investigación gracias a las oportunidades de las nuevas tecnologías.

Para ello contarán con recursos y actividades que les permitirán apoyar, entre otros, tanto a la educación formal y no formal. Pero también a las iniciativas de los fenómenos bibliomakers, ya presentes en algunas bibliotecas, que necesitan de nuevos espacios y tecnologías para crear ideas y proyectos a través de comunidades de aprendizaje.

Las nuevas bibliotecas deben de acompañar una política de recursos humanos donde fortalecer el trabajo en equipo, el trabajo en red con otras bibliotecas y la participación social, que debe lleva a considerar espacios funcionales y cuidados para que los propios equipos de las bibliotecas puedan desarrollar dichas funciones.

Las bibliotecas como lugar de encuentro y convivencia cívica, deben transformarse para acoger actividades solicitadas por entidades locales, ciudadanas, sociales, culturales o deportivas, dando oportunidades a colectivos que habitualmente no son usuarios de bibliotecas. Para ello, crearán lugares cómodos pensados para el encuentro y las actividades colectivas y también habrá espacios en los que se permitirá el habla e incluso la música en algunos momentos. Para garantizar el autoaprendizaje y la formación, no solo para los estudiantes, contarán con espacios para la lectura y el estudio.

Habrá espacios adecuados para los diferentes sectores de la población, con especial atención a los jóvenes, a la infancia y a los bebés, que dispondrán de un lugar donde tener su primer contacto con los libros a través del juego.

Edificios que aportan valor al espacio urbano

Los nuevos edificios de las bibliotecas no se han de olvidar del espacio público que los acoge, sus fachadas y entradas deben dialogar y crear vínculos con él para dar relevancia y entidad a la biblioteca como equipamiento público. El atractivo, interés o seguridad de una calle tiene mucho que ver con las relaciones que se establecen entre el espacio público y las edificaciones que franquean sus bordes.

La creación o ruptura de vínculos entre el edificio y la calle, a través de vallados, muros, terrazas, soportales, serán soluciones arquitectónicas que tendrán un fuerte impacto en el aspecto, seguridad o en la vida de las calles.

No se trata de una cuestión funcional o estética, sino de contribuir activamente a generar seguridad, interés y atractivo del espacio público, más bien de favorecer ese “cosido fino” de la edificación con el espacio circundante, como si de un “maridaje” se tratara.

Eficiencia energética

El modelo contemporáneo de biblioteca está también muy comprometido con el medio ambiente. Serán edificios con un elevado confort y un consumo de energía muy bajo, procedente siempre de fuentes renovables. Para conseguir este nivel tan elevado de eficiencia energética se cuidará especialmente la orientación y la envolvente del inmueble y se aprovechará al máximo la energía del sol consiguiendo que el consumo para su climatización sea realmente bajo y con una calidad de aire interior muy elevada.

De impresión 3D a lectura al aire libre

Los ganadores de cada concurso se encargarán de la redacción de los proyectos y de la dirección de las obras de construcción de las bibliotecas. Durante la redacción del proyecto se establecerá un proceso participativo y de diálogo con la comunidad próxima a cada una de las bibliotecas, en el que vecinos, vecinas y entidades podrán aportar sus ideas.

Este proceso dará continuidad al que se ha llevado a cabo antes de la convocatoria de los concursos, donde ciudadanía ha planteado sus propuestas. En el caso de la biblioteca de Las Tablas, las propuestas destacan que sea un centro abierto a las nuevas tecnologías, con zona multimedia, radio, sala de ordenadores, impresión, 3D, videoteca y que disponga de un espacio para el encuentro intergeneracional, con actividades para toda la familia y horarios que permitan la conciliación.

Por su parte, vecinos y vecinas de Montecarmelo optan por una Biblioteca de las Artes, cuyo edificio se base en criterios como originalidad, color, impacto visual y singularidad y que pueda incluir la representación de personajes literarios y de cómics en el exterior.

En Villaverde han hecho hincapié en que la nueva biblioteca se conciba un espacio cultural revisado, una infraestructura singular con identidad local,  con áreas destinadas a las nuevas metodologías del aprendizaje, desarrollo de actividades para jóvenes y niños y una zona comunitaria de gestión vecinal.

La creación de áreas polivalente y multifuncionales, de un espacio verde amplio, con posibilidad de incluir un huerto urbano y un anfiteatro al aire libre, la iluminación natural, la accesibilidad y la concepción de la biblioteca como  un lugar de reunión y encuentro abierto al barrio han sido ideas en las que han coincidido las propuestas de los tres barrios.

La participación social vinculada a la creación de nueva infraestructura bibliotecaria posibilita escuchar la voz de las entidades sociales y vecinales del ámbito donde se van a instalar las nuevas bibliotecas y al personal bibliotecario. Además, esta implicación social mejora los proyectos y los adecúa a las características y especificidades de cada barrio, generando con el propio proceso de participación una incipiente red de apoyo y colaboración entre la futura biblioteca y sus potenciales usuarios.

Fuente: Noticias.es y La Vanguardia


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