Los cuentos son una gran herramienta que estimula la imaginación de los niños; aquí te decimos cómo contar bien un cuento.
¿Ha escuchado alguna vez este dicho? En español, suena un poco dudoso, incluso contradictorio, porque la palabra “cuento” está ligada a un relato falso. Sin embargo, nos revela qué tan cierto es que los cuentos frecuentemente nos conducen de una manera poderosa al conocimiento, abren nuestra imaginación y despiertan el apetito por conocer más.
El Heraldo Kids y María de los Ángeles Aquino, coordinadora del Bunko Roma Condesa, IBBY México, te dan las mejores recomendaciones para poner en práctica esa herramienta educativa y te dicen cómo contar un cuento con estos pasos.
1. Ten muchos relatos acumulados.
Algunos de la vida real, otros de la literatura: cuentos, fábulas, leyendas, mitos, rimas, etc. Huye de los relatos hechos expresamente para o con intenciones pedagógicas, mejor busca relatos de la literatura, recuerda la máxima que dice: “Toda literatura pedagógica es mala, pero toda buena literatura es pedagógica”.
2. Aborda el cuento desde el gusto por compartirlo.
Si compartes un cuento, sólo desde el interés pedagógico, tendrá pocos resultados porque eso generará poco interés a los niños. Hay que mostrar amor por las historias porque es la única manera que tenemos para seducir la imaginación y cautivar la atención de quienes nos escuchan, el objetivo es hacerlos vibrar de emoción.
3. Aléjate de cualquier pose de “maestro docto”.
Como adultos estamos acostumbrados a comunicarnos mediante explicaciones conceptuales, pero la mente infantil no es receptiva a este código, y no porque no sean capaces de comprenderlo, sino porque no les interesa, es ahí donde se abre el campo para los recursos narrativos.
4. Conecta la fantasía a la vida real.
Cuando leemos para un niño historias, éstas conectan mucho más que sólo explicaciones, ya que mueven sentimientos, crean fuertes imágenes mentales y hacen que las vivan como experiencias propias. Sólo hay que ayudar con algunos comentarios para que el niño sea capaz de crear un paralelismo entre lo que ocurre en la historia y su vida. Comentarios como: “Creo que el personaje está viviendo algo parecido a lo que nosotros vivimos ahora” crea un proceso reflexión y descubrimiento en el niño.
5. Nunca le digas a un niño qué pensar sobre lo leído.
No trates de “hacer la tarea por él”. Las historias conectan con vivencias y realidades que son únicas e individuales para cada persona que las recibe. Si queremos niños con pensamiento crítico, permitamos un espacio para que reflexionen y puedan crear conclusiones propias.
Por último, recuerda que cuando compartimos historias con los niños, además de enseñarles algún concepto, estamos compartiendo un fuerte vínculo afectivo, que será inolvidable y para siempre.
Fuente: El Heraldo de México (Por: María de los Ángeles Aquino)
Excelente gracias por sus aportes
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