Valeria Becerra: “Los niños necesitan tiempo con un adulto amoroso que los guiará en cada paso de su desarrollo emocional”
Ediciones Urano publicó este mes, el libro “Psicoguía para padres”, una guía con herramientas para ayudar a los padres en la crianza de sus hijos. En esta entrevista, Valeria Becerra (Licenciada en psicología y autora del libro) nos introduce en una temática de suma importancia para toda la familia.
Por: Rodrigo Lastreto
Cuántas veces se habrán preguntado si eran buenos padres o estaban actuando de manera correcta para educar y acompañar a sus hijos en esta maravillosa aventura de crecer. Muchas de estas preguntas, de respuestas inciertas, suelen resolverse con el paso del tiempo, pero también existen herramientas que pueden ayudarnos en este camino de ser padres. Una de ellas, es el libro “Psicoguía para padres”, del sello Urano, que escribió Valeria Becerra, licenciada en Psicología y especialista en la atención clínica de niños, donde nos invita a navegar en esta práctica guía, que aborda las preocupaciones más comunes de los padres de hoy: adicción a la tecnología, educación sexual, bullying, trastornos de ansiedad e hiperactividad, entre otros.
“Las preocupaciones que tienen los niños dependerán de la edad, de la capacidad que tenga el niño de comprender el contexto en el que vive y de su entorno familiar -explica Valeria Becerra-. En los pequeños, las preocupaciones habituales tienen que ver con el bienestar de los padres, estar bien de salud, no perder el trabajo, divorcio, etc. En los niños más grandes aparecen los miedos a lo que sucede en el mundo exterior, a los ladrones, a los desastres naturales y en este último tiempo, a la pandemia. Los niños, aunque no siempre logran expresarlo, se preocupan por enfermarse ellos o su familia, por estar solos en el hospital, no poder ir a la escuela y tener que estar alejados de su familia o amigos. A algunos niños puede resultarles difícil volver a esta nueva normalidad, pueden resistirse a salir de su casa o dejar de utilizar barbijo y necesitan más tiempo para adaptarse a estos cambios”.
A lo largo de las páginas de “Psicoguía para padres” encontrarán todas las respuestas y las herramientas que necesitan para llevar a cabo una crianza exitosa. Y cuando hablamos de crianza, la autora afirma que: “Los estilos de crianza refieren a la manera en que los padres educan y responden a las conductas de sus hijos”.
La psicóloga describe cuatro estilos principales de crianza:
• El estilo autoritario, que es el más rígido y severo, cree en las jerarquías entre padres e hijos, diría “es así porque lo digo yo”, “mi casa, mis reglas”.
• El estilo permisivo incluye a aquellos padres que tienen dificultades para poner límites y tienen demasiada flexibilidad. Estos padres se ven influenciados por la culpa, el temor a la reacción de su hijo, la inexperiencia o el desconocimiento al momento de fijar o mantener las reglas en la casa.
• El estilo negligente agrupa a aquellos “mapadres” que no asumen la responsabilidad de la crianza, la delegan en otros o no logran ubicarse en el rol del adulto que dirige la familia; la mayoría de ellos han sufrido, en su propia historia, abandono o negligencia por lo que se comportan como han aprendido.
• El estilo Democrático, que es el más deseable de todos, donde los mapadres asumen la responsabilidad de su rol, pero deciden tomar las decisiones teniendo en cuenta las emociones y los tiempos de desarrollo de su hijo/a.
“Cada estilo de crianza tiene consecuencias diferentes en el desarrollo emocional y cognitivo del niño, en mi libro explico sus características y como el estilo democrático es el que nos acerca a una crianza respetada”, afirma Valeria.
Además, continúa la psicóloga: “Practicar una crianza exitosa requiere adultos que hayan superados sus propias heridas de la infancia para estar a la altura de los desafíos que tendrán al acompañar y guiar a un niño en desarrollo. La paciencia, la empatía y la alegría son elementos esenciales, pero también se necesita tener la capacidad de regular las emociones, cuando las cosas se pongan difíciles. En un mundo cada vez más acelerado y distraído por las pantallas, los padres y madres tienen la compleja tarea de no dejarse llevar por la velocidad y conectar emocionalmente con lo que está necesitando su hijo. Hay que volver a lo simple; los niños necesitan fundamentalmente tiempo con un adulto amoroso que los guiará en cada paso de su desarrollo emocional sin importar las dificultades que puedan surgir”.
FICHA DEL LIBRO:
Título: Psicoguía para padres
Autora: Valeria Becerra
Editorial: Urano
Temática: Autoayuda
Encuadernación: Rústica con solapas
Formato: 150x225 mm
Lomo: 22 mm
Páginas: 440
ISBN: 978-950-7883-41-5
LOS NIÑOS, LA FAMILIA Y LA PANDEMIA
El año 2020 y la primera parte de este 2021 que estamos transitando, fueron muy difíciles para la sociedad. Una pandemia, un virus llamado COVID-19 que llegó desde muy lejos, nos obligó a encerrarnos en nuestras casas. Nuestras vidas estaban en peligro. A nuestros seres queridos (esos que no convivían con nosotros) y a los amigos comenzamos a verlos a través de una pantalla. La mayoría de los trabajos y la escuela pasó a ser virtual. Desaparecieron los besos, los abrazos y los encuentros presenciales. La vida cambió y ya nada volvió a ser como antes.
“Se observó como la mayoría de los niños se vieron afectados por el cambio en las rutinas, la disminución del intercambio social y de actividades recreativas -comienza a explicar Valeria-. Los niños necesitan del juego para aprender, así como del intercambio social para desarrollar su lenguaje y habilidades interpersonales. Un niño imposibilitado de relacionarse con otros fuera de la familia nuclear pierde oportunidades de aprendizaje que pueden afectar su desarrollo. Hemos visto como aumentaron los retrasos en el desarrollo del lenguaje, así como abundaron los retrocesos en conductas que ya habían sido adquiridas como el control de esfínteres o dormir solo en su habitación. En algunos niños pudimos observar irritabilidad, tristeza y angustia. En otros, aumento de la dependencia, pesadillas o conductas de aislamiento.
El impacto también va a depender de los recursos emocionales y económicos con los que cuenta la familia. Hay niños que se alegraron de quedarse en casa, pasar más tiempo con los padres y bajar de las rutinas exigidas, mientras que otros, que encontraban en la escuela un refugio de su problemática social (problemas económicos o violencia familiar), se vieron doblemente afectados y veremos a largo plazo las consecuencias”.
Ante esta situación que relata la psicóloga, los padres tienen un gran desafío por delante y ella cuenta cómo podemos hacer para ayudarlos: “Podemos tomar esta situación como una oportunidad para enseñar a nuestros hijos la capacidad resiliente que tenemos como seres humanos. Ser resiliente implica sentirse capaz de adaptarse a los cambios e incluso encontrar en esa situación adversa, un aprendizaje o crecimiento personal. Conversar sobre lo vivido permite a los niños poner en palabras las emociones y cambiar el tono emocional de lo ocurrido. Para algunos chicos puede ser útil escribir un cuento donde reflejen sus días en pandemia, qué cosas les gustó hacer (hablar por videollamada, cocinar juntos, etc.), y qué cosas les gustaría seguir haciendo, aunque ya no estemos en aislamiento.
Al poner el foco en las situaciones felices vividas pueden convertir la pandemia en una aventura de superación en donde han sido capaces de adaptarse, incorporar nuevos hábitos e incluso divertirse. De esta manera se construye una mirada positiva frente a la adversidad. También puede ser un gran momento para aprender a ser agradecidos, a valorar las pequeñas cosas de la vida como estar con la familia, jugar en la plaza con amigos, tener buena salud, estudiar en la escuela, etc”.
Pero los niños no fueron los únicos que sufrieron las consecuencias de la pandemia. Toda la familia en su conjunto resultó afectada y así lo relata Valeria: “El encierro, el aburrimiento, el estrés por los cambios en el trabajo, el temor a sufrir la enfermedad y no contar con otras redes de apoyo puso a muchas familias contra las cuerdas. Los problemas de comunicación en la pareja y los estilos de crianza distintos son motivo de conflicto cuando ambos padres o madres están en casa y desean ordenar las rutinas familiares. Entonces, se hace necesario llegar a acuerdos, aprender a delegar, y principalmente, a organizarse. Muchos estudios muestran cómo, para sobrellevar mejor los momentos de crisis, las familias deben sentir que tienen lazos fuertes, disfrutar de compartir tiempo juntos y ser capaces de resolver los problemas buscando siempre el bien común. Más allá de lo que suceda en el futuro, estos son puntos para fortalecer en cada hogar”.
CONOCIENDO A LA AUTORA:
Valeria Becerra es Licenciada en Psicología, recibida en 2003 en la Universidad de Buenos Aires, con posgrado en terapias focalizadas de orientación cognitiva y especialista en Trastornos de Ansiedad en la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad.
Valeria Becerra en Instagram: @lic.valeriabecerra
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