¿Quién es el poseedor del libro más caro del mundo?

Se trata del Códice Leicester, de Leonardo DaVinci, que costó USD 30,802,500, el precio más alto que se haya pagado nunca por un texto, a través de la casa de subastas Christie´s en Nueva York. ¿Quién es su propietario?


Una página del Códice Leicester, desde 1994 propiedad de Bill Gates (Foto: Wikipedia)

En 1994 se vendió el libro más caro del mundo, del cual se tenga registro, una copia del Códice Leicester, de Leonardo DaVinci. Este libro, que se habría escrito entre 1508 y 1510, se conoce como el Código Leicester o Códice Hammer y se trata de una compilación de textos y dibujos realizados por Leonardo DaVinci.

El Código incluye anotaciones y reflexiones sobre astronomía, meteorología, hidráulica, cosmología, geología, paleontología, además de referencias biográficas y relatos de viajes, acompañadas de ilustraciones y dibujos.

Este Códice ha pasado por diferentes personas, desde el pintor Giuseppe Gheizzi, que se lo vendió a Thomas Coke. Durante dos siglos no vio la luz, pues lo mantuvo oculto Holkham Hall, pero en 1980 fue comprado por el empresario Armand Hammer quien lo puso en la subasta de la casa Christie´s en Nueva York, donde lo adquirió Bill Gates por USD 30,802,500, el precio más alto que se haya pagado por un libro.


¿Qué tiene el códice?


El Museo Metropolitano de Nueva York se refirió a sus diarios como “el más asombroso testimonio de los poderes de la observación e imaginación humanas puestos sobre papel”.


El artista florentino era aficionado a tomar notas y muchas de ellas eran para sí mismo, por eso cuando uno piensa de qué es lo que se podría encontrar en el Códice, estos son más relacionados a un diario.

“A medida que caminas por la ciudad, observa, anota y considera las circunstancias y el comportamiento de las personas a medida que hablan y discuten o ríen o se golpean”, dice un texto del Códice.

Aunque en algunas páginas tiene dibujos de diseño de vestuario o mecanismos que se le ocurría para sus máquinas, razón por la cual el Museo Metropolitano de Nueva York se refirió a sus diarios como “el más asombroso testimonio de los poderes de la observación e imaginación humanas puestos sobre papel”.


Bill Gates y su apuesta por el cuaderno


“Es irónico que un hombre que vivió hace 500 años nos recuerde las maravillas de la vida moderna”, dijo Bill Gates. (Foto: Reuters)


Cuando se casó Bill Gates, le comentó a su esposa que estaba a punto de dar mucho dinero por un cuaderno, pero la esposa lo miró y le preguntó “¿No tienes ya una gran computadora portátil?”, pensando que se refería a una laptop, por le nombre que llevan en inglés (notebook).

Este cuaderno resultó ser uno de los 32 diarios de Leonardo DaVinci que habían sobrevivido 500 años.

El fundador de Microsoft escribió en su blog cómo fue el obtener un Código tan antiguo y valuado en tanto dinero, además del por qué le dejó el nombre del primer dueño y por qué no le puso “El código Gates”.

“Después de ganar la licitación, rompí una larga tradición. Se suponía que debía cambiar el nombre de Codex Hammer (el propietario anterior era el industrial Armand Hammer) a Codex Gates, pero pensé que sonaba tonto y cambié el nombre de nuevo a Codex Leicester, el nombre que tuvo desde 1719 hasta 1980″, escribió Gates en su blog.

A lo mejor algunos famosos de Dan Brown (el código DaVinci) se sentirán estafas porque este diario no contiene ningún secreto, pero lo que si tiene son elementos científicos.

Por ejemplo, explica Bill Gates, que hay un texto en donde explica cómo fluye la sangre a través del corazón. DaVinci estaba tan adelantado a su tiempo que eso apenas lo descubrieron los investigadores hace solo unas décadas.

“Más que cualquier otro libro de Leonardo que haya leído, este te ayuda a verlo como un ser humano completo y a entender lo especial que era”.

DaVinci era un hombre con mucha curiosidad y a través de la observación pudo anotar cómo fue su acercamiento a este tipo de procesos del mundo. Sin una educación formal (por ser hijo que nació fuera del matrimonio), el inventor pudo observar su naturaleza y dudar de todo lo que veía.

“Es irónico que un hombre que vivió hace 500 años nos recuerde las maravillas de la vida moderna”, finaliza Bill Gates.


Fuente: Infobae



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