Bibliotecas centradas en el usuario

En la nueva columna de opinión de Rosa Monfasani, les proponemos pensar sobre este tema que es muy importante, para el día a día, de todas las bibliotecas.


Sala de lectura parlante con estantería abierta. Biblioteca y Centro Multimedia (BCM-FCV, UBA)

Las bibliotecas trabajan para centrar sus servicios en los usuarios, tema que aún falta consolidar en lo que refiere a algunos ítems relacionados con los productos y servicios que ofrecen.

Hace unos días vi en una presentación que una biblioteca se preocupaba por reacomodar sus libros en forma diferente para acercar sus usuarios a la lectura. Pienso que hay varios aspectos que se deberían tener en cuenta y repensar si realmente nos centramos en los usuarios o continuamos ordenando y trabajando internamente para proveer lo que se necesita. ¿De quién nos ocupamos? ¿Nos hemos puesto a pensar en ello? ¿Continuamos con un tipo de procesamiento sistemático hacia el interior de la biblioteca? ¿Y los servicios, cómo los brindamos, cuáles son los más convenientes? 




Trataré de plantear mi punto de vista que, por supuesto no es el de todos, pero se me ocurre pueden ser algunas de las dificultades para estar atentos y responder a las demandas de los usuarios.

1. Catálogos en línea. En inglés OPAC: Online Public Access Catalog. Permiten identificar, localizar y consultar la disponibilidad en tiempo real de cualquier tipo de documento. Se pueden encontrar, recursos digitales, archivos o distintas publicaciones. Aunque con diferentes desarrollos, en la actualidad suelen tener una interfaz colaborativa: consultar un ítem, valorar, compartir, comentar, reservar, sindicar, asignar etiquetas, visualizar tapas, índices, palabras clave, etc. Pero como los grandes buscadores, aún no logrado, deben disponer de mayor usabilidad y accesibilidad para el usuario.

2. Clasificaciones universales. Los sistemas de clasificación ordenan el conocimiento universal y distribuyen adecuadamente en forma temática los documentos. Pero no son comprensibles para el usuario, las de uso corriente reúnen los recursos por medio de formas numéricas. La duda es qué es más conveniente utilizar para facilitar la recuperación de información.

3. Vocabularios controlados. Responden específicamente a la temática de la colección de la biblioteca. Poseen una estructura organizada de palabras y frases usadas para indexar contenido y/o para recuperarlo a través de la navegación o búsqueda. El usuario se identifica mejor con esta herramienta.

4. Repositorios institucionales. Contienen la producción de los miembros de una institución. Creados por instituciones académicas, organismos públicos y/o sin fines de lucro. Almacenan, preservan y difunden la producción intelectual. Dan visibilidad, centralizan la producción, producen mayor impacto y proveen marketing institucional. Existen diferencias entre las presentaciones de cada institución, eso provoca algún desconcierto y comprensión entre los usuarios para recuperar la información.

5. Recursos digitalizados. Solo se proporciona lo que se encuentra dentro de los parámetros de la Ley de Propiedad Intelectual 11.723. Aunque se proveen recursos a texto completo y de otro tipo, no está todo lo que el usuario necesita. Se combina con la colección in situ de la biblioteca y los recursos digitales para enseñanza, aprendizaje e investigación. ¿Cómo es conveniente distribuirlos, dónde registrarlos y qué plataformas utilizar para un acceso accesible?

6. Sitios Web. Presencia de la Biblioteca en el sitio de la institución y/u organización. Criterios a tener en cuenta: Acceso (localización), Visibilidad (Perceptible, evidente), Ingreso (rapidez), Imagen (integración). Se deben poseer contenidos en cantidad, calidad y utilidad; organizados, categorizados y claramente descriptos. La navegación deberá ser rápida en ingreso y regreso; los hipervínculos pertinentes y poseer un motor de búsqueda general.

7. Estantería abierta. Acceso directo a los recursos con estanterías y mesas de estudio y trabajo intercaladas. Conveniente para promover el trabajo en grupo y el inicio a la investigación. El ordenamiento de los recursos en cualquier tipo de biblioteca centrado en el usuario deberá ser sencillo, se sugieren carteles indicadores por temas, signaturas o como corresponda.

8. Señalética. El espacio interno de la biblioteca debe estar debidamente señalizado para guiar al usuario a los diferentes lugares de estudio y consulta.

9. Biblioteca híbrida. La biblioteca, como otras organizaciones, se ha transformado rápidamente debido a los avances tecnológicos que produjeron una acelerada explosión de la información. La pandemia ha incorporado otras plataformas para las comunicaciones, el usuario se integró a ellas y tiene otras exigencias. Esto nos plantea una nueva modalidad de trabajo en procesos, servicios, uso de redes sociales y marketing, lo que posibilita centrarnos en sus necesidades y demandas.

10. Redes y Sistemas. Cumplen una función fundamental en el trabajo compartido y colaborativo y ayudan a centralizar datos e información. Aquí también es conveniente pensar en función del usuario particular y en los participantes de la red y/o sistema.

La Biblioteca contribuye a los fines y a la mejora de la 
comunidad, en el contexto del cambio educativo, social 
y tecnológico, ayudando a sus usuarios a
transformar la información en conocimiento.

Muchos de estos ítems merecen mayor desarrollo, pero ésta solo es una columna presentación. Seguramente quienes la visiten podrán incorporar otros aspectos que no estén representados aquí y entre todos podremos alcanzar Bibliotecas centradas en el usuario. Las competencias digitales están presentes y afectan a los profesionales y a los usuarios. 

Nos vemos y escuchamos en la próxima.


* Rosa Monfasani 
es Bibliotecaria y Profesora en Ciencia de la Información por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Mi Facebook: @RMonfasani


Comentarios

  1. Colegas y usuarios quedo a la espera de sus comentarios. Gracias por estar.

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  2. La biblioteca de mi barrio, Belgrano, que ya había restringido bastante el horario continúa cerrada,la escuela en la misma cuadra parece abandonada,sucia y oscura, que más,solo palabras.

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  3. Gracias por la reflexión, Rosa. Hace buena cantidad de años encontré un documento con un título maravilloso: "libraries designed for learning" (bibliotecas diseñadas para el aprendizaje), y créame, eso marcó mucho de lo que hice con el tiempo. Recuerdo particularmente la gratísima impresión que recibí cuando conocí la biblioteca de la Universidad de las Américas (UDLA) en Puebla, casi repito textualmente lo que pensé ahí: "ésta es una biblioteca diseñada para el aprendizaje".

    Algunos años después, al generar la planeación estratégica de la biblioteca donde trabajaba, decidimos cambiar la misión, escribíamos entonces: "esta es una biblioteca diseñada para el aprendizaje, y por ello nuestra razón de ser es el éxito académico de nuestros alumnos".

    Y a partir de ahí dejamos de diseñar la biblioteca para nosotros (y nuestros prejuicios ancestrales) y empezamos a diseñar y rediseñar todo en función de la voz de los usuarios (y para ello abrimos conversaciones, diseñamos una encuesta que se aplicaba a 20 personas al día, etc.), un trabajo de muchos años, que poco a poco fue dando frutos, tal vez el más "sonado" fue cuando dejamos de ser un departamento (en cuarto nivel en la organización) para "subir" en el organigrama y pasar a ser Dirección General (tercer nivel, dependientes ahora de una vicerrectoría).

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