Las bibliotecas son las instituciones mejor valoradas por los españoles

Los expertos afirman la importancia que estas instituciones tienen en la sociedad y que cada vez irán teniendo mayor relevancia en el conocimiento.



En España, las bibliotecas son una institución valorada con un notable por los ciudadanos. Según el "Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España 2021", los españoles les otorgan un 8,2 sobre 10. Por eso, los expertos afirman la importancia que estas instituciones tienen en la sociedad y que cada vez irán teniendo mayor relevancia en el conocimiento.

En esta misma línea, la Federación Española de Sociedades de Archivística, Biblioteconomía, Documentación y Museística (FESABID) acaba de publicar su último informe, titulado "Las bibliotecas públicas en España: diagnóstico tras la crisis económica", que ha sido elaborado por Natalia Arroyo Vázquez, Hilario Hernández y José-Antonio Gómez Hernández. Para FESABID es fundamental impulsar los servicios públicos que garanticen los derechos de la ciudadanía frente al acceso equitativo a la información, la educación, la cultura y el conocimiento.

Dentro de este marco, consideran que las bibliotecas públicas son instituciones fundamentales en la materialización de esos derechos, y que una parte fundamental es conocer el estado actual y su evolución en los últimos años.

El informe hace un análisis de los datos de las bibliotecas públicas españolas desde el año 2010. Así, dicho documento permite constatar fenómenos que es necesario afrontar. Durante este período, según lo publicado por FESABID, se produce un estancamiento en la evolución de las bibliotecas y crece el desequilibrio en la estructura de gasto hacia las Administraciones locales. También señalan que se evidencia una paralización en la tendencia al alza de las visitas a las bibliotecas públicas y el descenso en el número de préstamos, síntoma de la necesidad de una mayor inversión en colecciones y servicios.


La función vital de las bibliotecas públicas

La bibliotecas vienen desempeñando una labor esencial en el fomento del aprendizaje y el establecimiento de las bases para un mejor desarrollo. Conectan con las necesidades informativas y sociales que tienen los ciudadanos, la clave radica en que estas entidades deben evolucionar al mismo ritmos que el de la sociedad, sin embargo las bibliotecas están al final de la lista en cuanto a presupuestos. Por eso las decisiones políticas deben proceder con diligencia a fin que las bibliotecas públicas puedan continuar prestando sus servicios de forma eficiente y beneficiando a todos los habitantes.

El éxito de estas instituciones radica en que aportan información esencial, principalmente para los estudiantes. Además, ayudan a que los alumnos desarrollen diferentes habilidades como: la imaginación y curiosidad intelectual. Para la UNESCO, las bibliotecas no solo ofrecen la oportunidad de que el lector forje un pensamiento crítico, sino que también son un ámbito sin límites de raza, opinión política, nacionalidad, cultura, religión ni presiones comerciales. Esto las convierte en un pilar educativo de la sociedad.


La desigual inversión de las bibliotecas públicas

Las bibliotecas públicas siempre están en el punto de mira, y más en periodos de crisis. Los recortes presupuestarios, de horarios y de personal están a la orden del día. Esta es una triste realidad que afecta directamente a los ciudadanos. Desde FESABID señalan que es fundamental informar de la necesidad de estas instituciones y sobre todo apostar por invertir en ellas. Para que de esta forma los ciudadanos puedan defenderlas y nunca lleguen a desaparecer.

En España, la inversión media por habitante es de 10,20 euros para las bibliotecas públicas, Cataluña es la comunidad autónoma que más dinero invierte con 16,42 euros por habitante y la que menos asigna es Canarias con solo 5,79 euros. Esto es una muestra de la desigualdad de un servicio universal como es el de las bibliotecas públicas. También es destacable que, aunque el servicio en España sea universal, cada comunidad autónoma rige e invierte de manera desigual en las bibliotecas. Esto puede ocasionar que en ciertas regiones existan instituciones de primera, de segunda e incluso de tercera. Esto se podría extrapolar a la sociedad en cuanto a los servicios que reciben según el lugar de residencia de las personas.


Fuente: La Vanguardia (Por: Isabel Figueroa)


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