Hablemos de educación bibliotecaria

En su nueva columna, Rosa Monfasani nos invita a reflexionar sobre esta temática, y de esta manera, poder lograr posicionar nuestra profesión dentro de la sociedad.


Las condiciones que permiten acceder a una educación de excelencia fueron cambiando con el pasar de las épocas. Hoy nos encontramos, no solo ante la necesidad de que el bibliotecario ensamble con el trabajo multifuncional que la sociedad demanda, sino que las carreras / escuelas estén acorde también con las nuevas circunstancias.

El crecimiento de ofertas educativas condujo muchas veces a desvirtuar los contenidos programáticos. Por otro lado, la designación de los títulos que se obtienen genera aún más confusión, no solo en quienes se interesan por esta profesión, sino también en quienes no saben qué hacemos o para qué estudiamos.

Me he preguntado en muchas oportunidades si esto se debe a querer posicionar la disciplina en la sociedad, hacerla más atractiva para quienes no saben que estudiar o simplemente para aquellos que desean conseguir un trabajo.

Por eso, creo que debemos abocarnos a prestar atención a estas circunstancias y tratar de generar un posicionamiento genuino en el concierto general de esta disciplina.

Me permito emitir algunas opiniones de lo que he observado en los últimos años, ya sea porque he visto diferencias en los nuevos profesionales y porque habiendo investigado percibí ciertas discrepancias en la modalidad de la educación bibliotecaria. 

1. Asignaturas:
- Denominaciones de las materias tal como se conocen habitualmente. El hecho de llamarlas de diferente forma altera y genera confusión en los estudiantes y en la sociedad.
- Cantidad e intensidad de y en sus contenidos para afrontar los niveles de competitividad del mercado.
- Las materias parecen estar aisladas. No establecen una coherente relación con el resto. Cada una actúa por separado, aunque constituyen una parte de un todo en la gestión bibliotecaria.

2. Enseñanza:
- Las circunstancias actuales y la adaptación al cambio llevan a generar un marco teórico y práctico que se adecue a la realidad nacional, regional y local.
- Sostengo la necesidad de que haya mayor exigencia en el aprendizaje, que el alumno comprenda el porqué de los contenidos y para qué se estudia. 
- Necesidad de integrar los diferentes aspectos que hacen al ámbito administrativo, político, social, educativo, económico, cultural para que el futuro bibliotecario pueda afrontar el camino que se le presente en el futuro.

3. Títulos de grado y posgrado:
- Similar a lo expresado en el ítem de las asignaturas, iguales denominaciones para el mismo tipo de título. El abogado, el médico y el arquitecto, entre otras profesiones, así es como se conocen.
- Los contenidos impartidos deben compartir una propuesta similar. ¿No será mejor para todos pensar que hablamos un mismo idioma?
- Tener en cuenta la necesidad de que se profundice en las diferentes especializaciones como pueden ser los tipos de bibliotecas, entre otras temáticas.

No pretendo hacer un decálogo de buenas prácticas, quienes están ejerciendo o a cargo de una carrera / escuela con toda seguridad lo tienen mucho más claro que esta sencilla exposición. Solo pretendo que como lo he dicho y sigo sosteniendo la educación bibliotecaria sea un punto de inflexión para tratarse en las políticas bibliotecarias.

Muchas veces me he preguntado si: ¿es necesario aumentar la planta del estudiantado para posicionar la profesión? Creo que no, lo importante es valorizarla. ¿Es conveniente para quienes cumplimos una función sea en bibliotecas o en otro tipo de comunidad bibliotecaria, que nos conozcan o desconozcan porque poseemos diferentes títulos? Es conveniente unificar las denominaciones porque la esencia es la misma y el trabajo que se realiza se adapta a los cambios que la realidad requiere.

Y después de tantos años aún tenemos que seguir explicando por qué estudiamos, para qué sirve “esto” o si es necesario estudiar para atender una biblioteca o desempeñarnos en algún otro sector donde se requiera un especialista de la información.

En fin, les dejo mis inquietudes, que podrán ser las mismas que muchos de ustedes tienen o no, pero creo que nos dan vueltas constantemente cuando queremos que la profesión sea reconocida, que sea visible y que la sociedad sepa que siempre se puede acercar a uno de nosotros para satisfacer sus demandas.

Como siempre les digo con ustedes me enriquezco, con ustedes continúo aprendiendo. Gracias por estar y participar.


* Rosa Monfasani 
es Bibliotecaria y Profesora en Ciencia de la Información por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Mi Facebook: @RMonfasani


Comentarios

  1. Que interesante. Yo diría que sería muy importante en poder incorporar el cargo de Biblioteca en los currículos escolares, en el caso de escuelas y colegios. En el caso de los niveles más altos sería ideal que hagan los cursos obligatorios de alfabetización informacional.

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    1. Estimado anónimo, te llamo así porque es como aparece en el comentario, pero me gustaría saber con quien hablo. Tienes mucha razón la problemática que planteas es habitual y me da pie para la próxima columna. Veremos como puedo tratarlo. Gracias por estar e interesarte.

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  2. Es increíble que a esta altura de la vida se nos siga preguntando "si para prestar libros se estudia ", el cambio viene desde nosotros pero obviamente ayudados por políticas públicas que acompañen, siempre tan oportunas tus columnas de reflexión....gracias

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    1. Gracias Graciela. Aunque no parezca o no queramos creer que es así, es tal cual y eso nos revela para encarar de una vez por todas el camino que nos corresponde.

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  3. Muy bueno Rosa. Realmente a veces me hace pensar si esta cantidad de opciones de títulos y carreras vinculadas a la bibliotecología no es contraproducente para la profesión...
    Estoy totalmente de acuerdo en la necesidad de dar a conocer la profesión y de posicionarla donde corresponde...
    Lamentablemente muchas veces se piensa que para ejercer la profesión no es necesaria una carrera o título de alta calidad educativa...
    Saludos.

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    1. Hola Juan Pablo. totalmente de acuerdo, creo es contraproducente para la profesión. Porque desvirtúa lo que realmente somos. Por eso digo que en otras profesiones por ejemplo se los conocen por lo que son: abogado, arquitecto, médico, etc. Continuemos en la lucha, algo vamos a conseguir. Saludos.

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  4. Rosa, interesante como siempre tus reflexiones. Hace unos días conversando con mi nieta de 11 años me contaba que los llevan a la biblioteca del colegio ( privado, en Recoleta, aclaro) reiteró, me comentaba que llegan y dembulan entre las estanterías viendo si les gusta algún libro.
    Ella elige porque es loca por la lectura, pero un estudiante que no le entusiasma mucho la lectura como puede elegir.
    La bibliotecaria es una maestra que no conoce la profesión y solo hace préstamos.
    Como logramos que los jóvenes lean si no se los incentiva?

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    1. Cristina, es muy cierto lo que decis, pero lamentablemente así estamos y mientras solo nos quejemos y no hagamos nada, seguiremos igual. Saludos Rosa

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