Las políticas de información abarcan variadas aristas y no es sencillo abordarlas sin determinar sus fines, sin aplicar las estrategias adecuadas y sin tener un plan de acción para definirlas y llevarlas a cabo. Una nueva columna de opinión de Rosa Monfasani.
Imagen de la autora. |
Las políticas nacionales de información consisten esencialmente en: “Directrices, planes, principios, estrategias o reglas que garantizan la ejecución y el funcionamiento armonioso de los recursos, servicios y sistemas de información de un país, a fin de atender las necesidades de información de sus habitantes y asegurar el derecho de todos a información actualizada y confiable”. https://slideplayer.es/slide/4626894/
Hablamos de políticas de información con la idea de brindar un mejor acceso a la información y al conocimiento para toda la sociedad. Y pregunto si ¿solo es un discurso?, porque diferentes actores se suelen prender de estos conceptos como una muletilla, a veces con un fin determinado y otras para dar importancia a un parlamento. Las políticas de información abarcan variadas aristas y no es sencillo abordarlas sin determinar sus fines, sin aplicar las estrategias adecuadas y sin tener un plan de acción para definirlas y llevarlas a cabo.
La Biblioteca Nacional Mariano Moreno y Reciaria (Red de Redes de información), están trabajando para diseñar políticas, y para ello convocarán a los diferentes sectores del quehacer bibliotecario con el objetivo de que cada uno pueda hacer sus aportes desde sus áreas de acción, como, por ejemplo: Escuelas de Bibliotecología, Bibliotecas, Asociaciones, Colegios, Redes y Sistemas, Bibliotecarios, otros especialistas, otras organizaciones y otros actores de la información y la comunicación. En el I Encuentro sobre Políticas Nacionales de Información realizado el 13 de septiembre próximo pasado con motivo de la celebración del Día del Bibliotecario, quedó sembrada la semilla para dar comienzo a la conformación de un Sistema Nacional de Información que entre otras cuestiones posibilitará: visibilizar y regular la tarea en los distintos tipos de bibliotecas y fortalecer el trabajo del bibliotecario. Canal YouTube BNMM. https://youtu.be/adNtU4jcblI
El concepto de políticas de información se ha ido plasmando en el tiempo a través de diversos especialistas que brindaron su visión sobre la temática. Sus concepciones versaron sobre aspectos, sociales, educativos, culturales, muchas veces desde puntos de vista académicos. Esta columna se presenta como una introducción y no como una investigación. Trata de sembrar una mayor inquietud entre los colegas para que entre todos pensemos en la necesidad de contar con una política de información que sirva para concretar el acceso a la información como derecho humano en todos los ámbitos de la vida.
Un Sistema Nacional de Información sería importante para disponer de una política nacional de información que resultará beneficiosa para:
- Tener reconocimiento profesional.
- Poder actuar correctamente.
- Brindar acceso democrático a la Información.
- Intervenir y gestionar interna y externamente.
- Visibilizar la profesión y las bibliotecas.
- Asegurar el desempeño profesional.
- Ampliar el rol social.
- Ubicar a las comunidades bibliotecarias en la agenda nacional
En 2003, García Martínez manifestó que es ineludible insertar la bibliotecología en todas sus dimensiones en las políticas públicas y para que las políticas bibliotecarias resulten efectivas debe existir “… un punto de convergencia entre la política cultural y la de información, por lo que la actuación de los poderes públicos, radicada en la política pública, debe analizarse desde esta doble perspectiva”.
Para todo ello también es necesario la revisión de algunas leyes nacionales que intervienen en el acceso a la información, que no se ajustan a las necesidades actuales y que han quedado vetustas, entre otras:
- Ley 11.723 sobre Propiedad Intelectual (1933).
- Ley 22.362 de Marcas y Designaciones (1980).
- Ley 25.446 sobre Fomento del libro y la lectura (2001).
Se hace mención de la Ley 26.899 sobre Repositorios digitales institucionales de acceso abierto (2013), como lo establece en su Art. 1°: “Esta producción científico-tecnológica abarcará al conjunto de documentos (artículos de revistas, trabajos técnico-científicos, tesis académicas, entre otros), que sean resultado de la realización de actividades de investigación”. Se ha trabajado e implementado en muchas instituciones, en principio de carácter académico educativo y luego en diferentes organismos.
Es un buen avance, aunque esto no es suficiente para alcanzar una política nacional integral, por lo que se considera debería ser contemplado también en un Sistema Nacional de Información.
Las bibliotecas son entidades sociales de corte eminentemente humanista que tienen la misión y están en capacidad de proveer oportunidades para todos.
Declaración de IFLA Singapur 2013
Por ahora, solo un amplio deseo que no debemos abandonar y por el que hay que trabajar con acciones conjuntas. Es una de nuestras deudas pendientes que debemos hacer operativa y una necesidad que corresponde concretar para favorecer a la sociedad con resultados visibles.
Gracias por estar y participar. Agradezco los comentarios vertidos en la columna anterior y como siempre, los escucho.
* Rosa Monfasani es Bibliotecaria y Profesora en Ciencia de la Información por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Mi Facebook: @RMonfasani
"Los dos protagonistas de la gestión son los sujetos-actores (es decir, los individuos que operan desde un rol o posición organizacional: director, coordinador, entre otros) y los sistemas organizacionales que diseñan y operan (escuelas, comunidades, sociedades" (Blejmar, Bernardo, 2019). Sin dudas el autor esta en a las aturas de la actualidad con la propuesta" Políticas de información ¿para qué? o ¿solo un discurso?" La gestión, es de todos, sin importar qué o quiénes.
ResponderEliminarAl parecer en este siglo sin cultura, donde la gestión por custodiar, crear, y eterno etcétera, son incomprendidos en la actualidad. Ni habla de aquellos que sí gestionan por el hacer, para el bien común, para una sociedad corrupta y cómoda.
De seguro, agota, hasta frustra ver actores que están en puestos altos y jerárquicos, sin hacer, sin proponer y lo más grave, no dejan hacer.
Finalmente, los tiempos de unos son distintos y discontinuos con el hacer cultural, que la política de decisiones se ha corrompido en el seno del discurso sin causa, sin promesa cumplida, en un vacío eterno. Quedando en que, todo discurso a futuro, ya no es creíble.
Saludos.