La biblioteca más bonita del mundo es una joya barroca que se esconde en un monasterio perdido

La biblioteca barroca de la Abadía de Wiblingen, en Alemania, es una auténtica obra de arte en sí misma. ¿la conocían?



Las librerías y bibliotecas más bonitas son de los lugares más acogedores del mundo. Apetece estar en ellos. Algunas de ellas son tan famosas que hasta tienen su propia leyenda urbana, como la Livraria Lello e Irmão de Oporto, que se cree falsamente que inspiró Hogwarts. O la Shakespeare & Company, que se dice que tuvo como clientes ilustres a Hemingway, Scott Fitzgerald o James Joyce. No obstante, hay una que no suele aparecer en las listas de viajes cuando, probablemente, se llevaría el primer premio en un concurso de belleza.

Se trata de la biblioteca barroca de la Abadía de Wiblingen, ubicada a cinco kilómetros de la ciudad de Ulm, en Alemania. Destaca por ser una joya del estilo barroco europeo. Una construcción amplia, llena de frescos, pinturas y esculturas donde más es más.

La fundación de este monasterio se remonta a finales del siglo XI, cuando el lugar tenía un estilo románico y un marcado carácter medieval del que nada queda. Las modificaciones que sufrió el edificio a lo largo del siglo XVIII lo convirtieron en el monumento que ha llegado hasta nuestros días.


Y, precisamente, de este periodo data su impresionante biblioteca que recibe a los visitantes con un lema en latín en la entrada: “En quo omnes tesauros sapientiae te Scientiae”. Lo que se podría traducir por: “En el que se almacenan todos los tesoros del conocimiento y la ciencia”.

Lo primero que llama la atención es que parece ser de un reluciente mármol. No  obstante, se trata solo de una ilusión. En realidad, la estancia está construida con madera pintada que crea un trampantojo.


Se compone de dos pisos: el superior, formado por una única galería que invita a deambular y a asomarse a su balaustrada a pensar y contemplar la planta baja. Esta, a su vez, está adornada con exuberantes estatuas y un conjunto de columnas que rodean toda la planta baja.

Además, el techo también está decorado con hermosos frescos que ilustran escenas relacionadas con el conocimiento cristiano y pagano. En general, uno siente que está en un palacio más que en una biblioteca. Podremos encontrar este rincón de la abadía en el ala norte. Está abierta al público y puede visitarse en recorridos guiados. Merece la pena.


Fuente: Tendencias (Por: María Yuste)

Foto de portada: Birgit Böllinger en Pixabay



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