La Biblioteca pública Arús se encuentra en la ciudad de Barcelona y supone uno de los mejores espacios de la ciudad para la cultura. Un lugar idílico para disfrutar de la lectura.
Uno de los mayores placeres de la vida es la lectura. Escapar de un mundo cada vez más digitalizado y encuadrado en pantallas de un tamaño similar al de la palma de la mano es una necesidad cada vez más recurrente para la mayoría.
Una de las vías de escape de ello, más allá de salir de casa a acometer un buen paseo o a practicar un poco de deporte es la lectura. Lo que poca gente sabe es el gran número que hay en España de bibliotecas con acceso que no son aprovechadas por los enamorados de la lectura. En la comunidad de Madrid hay numerosas bibliotecas para el deleite de los aficionados al leer, al igual que en la comunidad autónoma de Cataluña.
Una biblioteca de investigación
La Biblioteca pública Arús se encuentra en la ciudad de Barcelona y supone uno de los mejores espacios de la ciudad para la cultura. Fue fundada por Rossend Arús i Arderiu como biblioteca general en 1895, con la voluntad de instruir al pueblo de Barcelona.
Con los años se ha ido transformando hasta dar con lo que es hoy en día, una biblioteca de investigación especializada en masonería, movimiento obrero, republicanismo federal, anarquismo, y el universo de Sherlock Holmes.
Dentro de las otras posibilidades que ofrece la biblioteca, acumula un fondo patrimonial muy importante formado por documentos que reúnen todo el conocimiento humano, con predominio de obras publicadas en el siglo XIX y primer tercio del XX.
La figura de Rossend Arús es la de un hombre de familia humilde que con los años adoptó un férreo compromiso con la defensa de la democracia, la ideología republicana federal, el catalanismo de izquierdas, el libre pensamiento y la francmasonería.
Esta biblioteca también ofrece un catálogo en línea que cuenta con un numeroso corpus de obras, a saber, los libros publicados en los siglos XX y XXI, las publicaciones en serie (sin el fondo), los opúsculos, la música impresa, los documentos cartográficos, los documentos mecanográficos, tesis doctorales inéditas y una parte de los libros publicados en el siglo XIX.
Fuente: Marca
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