En su nueva columna de opinión, Rosa Monfasani nos invita a reflexionar sobre la importancia de estos espacios, su evolución y el futuro de las bibliotecas en la era virtual.
Hace unos días, charlando con la conductora de una aplicación de coches, como solemos hacerlo habitualmente, salió la conversación y la pregunta objeto de esta columna. Y dije a mi juego me llamaron.
En principio me enojé, por supuesto no se lo expresé, pero le dije que no solo ella sino otras personas tenían esa idea de la finitud de las bibliotecas y que ahora se pensaba que en la virtualidad estaba todo. También le comenté, que con el buscador tan conocido y usado habitualmente podría verificar la cantidad de bibliotecas existentes en la actualidad y que solo en la ciudad de Buenos Aires había alrededor de 30 bibliotecas públicas sin contar las de otros tipos. Además de describirle qué hacen, qué se hace, y que en ellas se desempeña personal especializado: nosotros.
Parecía interesada y yo muy preocupada porque cada día es más habitual y se agiganta esa pregunta ¿Las bibliotecas existen?
Cuando llegué a casa hice lo que le dije a ella que hiciera, quería saber si iba a encontrar la información utilizando los medios modernos de búsqueda. Los datos encontrados en el buscador fueron aleatorios ya que las cifras no respondían a una fuente concreta, pero estaban. Por tal motivo, recurrí al Mapa Mundial de Bibliotecas de la IFLA, que mostró los siguientes resultados:
El mapa es una fuente representativa de estadísticas básicas de bibliotecas y una herramienta sólida que proporciona datos a nivel de país y hace una comparación mundial de diferentes métricas de desempeño de bibliotecas por región. De acuerdo con su clasificación presenta todo tipo de bibliotecas, incluidas las nacionales, académicas, públicas, comunitarias, escolares y especializadas.
Para Argentina, lamentablemente, los datos que constan son de 2017 y no reflejan la realidad:
No obstante, los datos arrojados y las bibliotecas en sí mismas, generan otras inquietudes y expectativas.
En primer lugar, ¿Las bibliotecas están en la agenda de las autoridades? ¿Interesa su presencia como acompañamiento a la educación y a la cultura? ¿Existe interés a nivel país de aportar datos de las bibliotecas? De no ser así ¿A qué institución correspondería enviarlos? ¿Coexiste alguna preocupación por parte del colectivo bibliotecario en que esto suceda? Debería existir un buen indicador que determine la cantidad de bibliotecas en el país.
Se destaca el Censo de Bibliotecas Públicas de la República Argentina realizado por la Biblioteca Nacional Mariano Moreno que comenzó en el año 2021 con un resultado de 125 bibliotecas públicas provinciales. En la segunda etapa en el año 2023 se registraron 197 bibliotecas más.
Informe completo en: https://www.bn.gov.ar/web/censo/CNBP-Proyecto-completo.pdf
Buscador que posibilita encontrarlas: https://www.bn.gov.ar/mapa-censo/
También se menciona como un dato concreto a la CONABIP, organismo encargado de promover y fortalecer 1500 bibliotecas populares, conformando así una red de este tipo de bibliotecas. En su sitio consta que cuentan con más de 4.000.000 de usuarios y más de 20.000.000 de libros.
Respecto a otro tipo de bibliotecas, Reciaria registra 40 redes y sistemas de bibliotecas que se pueden consultar en: https://sites.google.com/site/reciariaorg/redes-reciarias y que abarcan bibliotecas especializadas, universitarias, escolares, gubernamentales, entre otras, de carácter local, provincial, regional y nacional.
En segundo lugar, si nos referimos particularmente al ámbito específico de las bibliotecas nos preguntamos cuánto se han renovado desde el surgimiento de la biblioteca híbrida, y cuánto se han acentuado con la pospandemia, los modos de acceder y obtener información.
Mucho y poco se ha escrito al respecto, pero se reafirma la preocupación por demostrar que la biblioteca aún existe, tal como sucedió a través de las épocas con los diferentes cambios que llevaron a generar más y más información y que esta se disperse haciendo más difícil las búsquedas.
En muchas de mis presentaciones muestro una imagen de la Internet visible (Internet pública) y la Internet invisible (Internet profunda) como la que aquí se ve. El iceberg posibilita advertir hasta dónde podemos llegar en la obtención de información buscable y lo complejo que resulta obtener otras.
El tema da para más, pero lo dejo a vuestro criterio, solo genero una serie de inquietudes y preguntas que me surgen y que espero ustedes puedan responder, seleccionar o ampliar.
¿Qué tipo de biblioteca atiende?
¿Procesos y servicios están informatizados?
¿Los usuarios concurren a ella? ¿Cómo los atraen?
¿Cómo acceden a la información?
¿Qué servicios ofrecen?
¿Difunden recursos y actividades?
¿Las autoridades colaboran y/o apoyan a la biblioteca?
¿Pertenecen a una red de bibliotecas?
¿Promueven y practican la cooperación bibliotecaria?
¿Se comunican con otros profesionales para determinar acciones futuras?
Hasta aquí una forma de estar nuevamente con ustedes y ver cuántas son y cómo están posicionadas las bibliotecas. Esto podrá responder en parte a la pregunta: ¿Las bibliotecas existen?
Como siempre gracias por los aportes recibidos en el blog.
13 de julio de 2025
* Rosa Monfasani es Bibliotecaria y Profesora en Ciencia de la Información por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Mi Facebook: @RMonfasani
Comentarios
Publicar un comentario