La inquietud sigue latente: despidos en grandes bibliotecas, metadatos generados por IA y un futuro que parece cuestionar la tarea bibliotecaria. ¿Qué lugar ocupamos los profesionales en este escenario? Rosa Monfasani insiste: no podemos ceder la precisión, la ética ni la esencia de nuestra labor. Abramos el debate: ¿Cómo defendemos nuestra presencia en tiempos de algoritmos y automatización?
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Fuente: Expansión |
Esta columna se transformó en una continuación de mi anterior sobre un cuestionamiento que hoy se acentúa y que se puede reafirmar como se pudo observar hace poco en una gran biblioteca del mundo. La Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de Norte América, mencionada por el bibliotecario español Julio Alonso Arévalo en un mensaje reciente por la lista IWETEL titulado “Despidos de catalogadores y calidad de los metadatos generados por IA en bibliotecas”. Allí, comenta un trabajo de Olson que habla sobre “80 despidos en OCLC y la eliminación de 425 puestos en la Universidad Northwestern…”.
Y vuelvo a escribir sobre esto porque no deja de ser una inquietud en desmedro de la tarea bibliotecaria que imposibilita la calidad y la pertinencia de accesibilidad a los datos.
De alguna forma debemos estar presentes para manifestar la importancia de la intervención profesional que facilita la precisión y la búsqueda consciente, para brindar registros éticos y adecuados a la necesidad de los usuarios.
Pero todo esto hace que volvamos a repensar si debemos confiar íntegramente en lo que pueda arrojar la Inteligencia Artificial solamente a una pregunta que pueda hacerle algún consumidor de información. Quizás la respuesta de la IA sea mucho más rápida de lo que pueda implicar la búsqueda humana, aunque en tales circunstancias se insiste en el conocimiento adecuado de la herramienta que se utilice y en su uso, solo como eso una “herramienta” más.
Hace ya muchos años atrás, desde la aparición del primer software que posibilitó la automatización de los datos apareció esa inquietud del reemplazo por la nueva tecnología. Siempre tratamos de conocer lo nuevo y de a poco supimos cómo adaptarlo a las necesidades para que fuera útil en la búsqueda y recuperación de información pertinente. Pero justamente, para que sea pertinente debe intervenir el factor humano. Tal como dice Olson, el contexto nos da la comprensión del entorno. A lo que agrego la exclusividad y la inclusividad en la diversidad y en las grietas que presenta el usuario cuando realiza las búsquedas.
Desde otra óptica, el profesional enfrenta nuevos desafíos los que considero de importancia, aunque dicho tantas veces suene repetitivo:
- Involucrarse con la profesión.
- Tomar decisiones en temas específicos.
- Atender a la problemática del acceso a la información.
- Investigar, realizar diagnósticos y evaluar lo existente.
- Realizar y presentar proyectos en la institución.
- Desarrollar estrategias para estar presentes en las políticas públicas.
- Escribir, comunicar, difundir experiencias y actividades.
- Trabajar en equipo, interdisciplinariamente, cooperar.
- Tomar conciencia e integrar lo nuevo.
“El éxito no se logra solo con cualidades especiales.
Es sobre todo un trabajo de constancia,
de método y de organización”
Víctor Hugo (1802-1885)
Les comparto una reflexión que suelo utilizar en alguna de mis presentaciones: Es necesario construir contenido, actividades y estrategias adecuadas que posibiliten responder a las demandas.
El bibliotecario se extiende en sus saberes y se puede decir que de a poco adquiere una formación universal o al menos así lo parece porque se involucra más en los problemas sociales y culturales, ante las nuevas necesidades de información por parte de la comunidad a la que atiende.
Las bibliotecas, sin importar sus características particulares: universitarias, especializadas, escolares, gubernamentales, populares, comunitarias, públicas y de otro tipo, se sienten mancomunadas y las experiencias de unas se constituyen en nuevas ideas para las otras. Es así como los bibliotecarios tienen la oportunidad de generar nuevos servicios sin perder su esencia y que hace la diferencia con otras profesiones.
La gestión en todas las tareas que realizamos hablan de compromiso:
- Selección y evaluación de los contenidos a incorporar.
- Tratamiento y organización de la información.
- Publicación de los contenidos existentes.
- Búsqueda y recuperación de información pertinente.
- Preservación y conservación del conocimiento.
- Orientación y formación de usuarios.
- Capacitación personal para incorporar lo nuevo.
- Otros
Por eso insisto en no perder de vista nuestra razón de ser y continuar con presencia en las diferentes actividades del entorno profesional. Como manifesté más arriba “involucrarse”, no estar ausente porque cada uno de nosotros puede hacer un gran aporte desde su ángulo de actuación.
Somos humanos con individualidades que nos hace diferentes entre nosotros y respecto de otros, aunque esto suene de Perogrullo (personaje imaginario que dio origen a la expresión "verdad de Perogrullo", y refiere a una afirmación obvia y comúnmente sabida), pero justamente eso nos enriquece como tales.
En la Biblia, en el Eclesiastés (Capítulo 1, versículo 9), “¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y no hay nada nuevo bajo el sol”, frase que se le atribuye al rey Salomón, simboliza un poco lo que he querido incorporar en esta columna.
En fin, ustedes dirán si ven algo nuevo en estas circunstancias, pero no perdamos de vista que aquí estamos y como siempre digo: hagamos visible nuestra profesión, participemos y debatamos sobre lo que nos preocupa y queremos dejar establecido.
Gracias por estar.
Nota: Cuando comenten en el blog y respondan bajo el ítem Anónimo, no olviden poner su nombre, me agrada saber con quién hablo y poder responder en forma más personalizada.
4 de septiembre de 2025
* Rosa Monfasani es Bibliotecaria y Profesora en Ciencia de la Información por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Mi Facebook: @RMonfasani
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