En esta columna, Rosa Monfasani analiza los riesgos y responsabilidades que enfrentan los profesionales de la información en este nuevo escenario.
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Logo de la iniciativa de Acceso abierto |
Ha pasado el tiempo y sigue pasando con más inquietudes que segundos atrás. Nos reencontramos con el acceso abierto en la era de la IA dónde nos preguntamos ¿Acceso abierto (AA) y no tanto?
Una nueva situación se genera en esta época donde dilucidar que lo que es abierto se transforma al decir que hoy, se ve plagado de más datos o no.
No voy a explicar que es AA, porque está en el saber de los expertos que iniciaron este proceso y lo describieron fehacientemente. Si podemos decir que los profesionales desean acceder a la mayor cantidad de información que se encuentra en el universo virtual. Que todo esto incide en la investigación, en la enseñanza y en el aprendizaje que de alguna manera se sitúa en los cambios y modificaciones que posibilita una mayor inclusión al alcance de todos. Otorgando así, al usuario una lectura directa, con la posibilidad de descargar, copiar, distribuir, imprimir, buscar o enlazar los textos completos de los artículos científicos y usarlos con cualquier otro propósito legítimo.
Y que es de importancia en la literatura científica para eliminar barreras económicas y utilizar la información generalmente obviando otras que suelen presentarse.
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Fuente: https://revistas.unr.edu.ar/preguntas-frecuentes/ |
Pero cuál es mi preocupación cuando me pregunto qué pasa con el acceso abierto en la era de la Inteligencia Artificial.
¿Cómo se presenta? ¿Qué argumentos e información incluye? ¿Su contenido puede variar?
El acceso gratuito y libre que ofrece podría constituirse en un arma de doble filo. Solemos decir que:
- Promueve la ciencia. Pero requiere de una mayor participación del usuario cuando se adentra en los contenidos porque al estar accesible en línea puede haberse impregnado de otra información generada por la IA.
- Preservación digital. Realmente los cambios que se producen en los sitios, la pérdida de contenidos, la expiración de dominios, el envejecimiento de formatos, la falta de mantenimiento, los posibles hackeos y el propio dinamismo de la web, ¿traen aparejada la pérdida de información?
A esto agrego que la información puede haberse teñido de otros enfoques que distorsionan los datos que se desean presentar tal cual fueron creados por el autor.
- Desinformación. Debido a la gran cantidad de contenidos que se deben asimilar.
- Sesgos. Generados con alguna intención o solamente con opiniones resaltadas por la IA.
- Plagio. Posibilitado por los datos que se recogen con diferentes formas de IA generativa.
- Privacidad. Pérdida de ella o modificación en los datos sensibles.
- Citas o referencias. De contenido no existente o mentiroso.
Estas son dudas que se me presentan cuando debo acceder a contenidos en acceso abierto. Surge así el temor que en los datos ofrecidos abiertamente no exista una influencia o mejor dicho no haya penetrado la IA con otros que produzcan un cambio en la información.
Por ello agrego que en estas circunstancias existen rasgos a los que se debe prestar especial atención:
- Ética. Sostener los valores morales y generar los principios apropiados para definir lo correcto y desterrar lo incorrecto.
- Políticas de regulación. Como guías y principios para adoptar y usar la IA apropiadamente.
- Lectura crítica y comprensiva. Para evaluar, analizar, y establecer relaciones con otros textos. Atender y entender el contenido ofrecido para poder reformularlo y darle sentido.
No sé si lo propuesto hasta aquí será efectivo para mantener los contenidos tal como habían sido ofrecidos por el autor, seguramente se deberán hacer estudios más profundos para no desestimar el acceso abierto y posibilitar que realmente cumpla con sus funciones de inclusividad llegando a la mayor cantidad de usuarios.
La disputa es constante en principio se luchaba con la apropiación de los datos por parte de las empresas privadas que cobraban por el acceso, hoy la lucha se centra en otro aspecto como la IA, que también atañe y preocupa a esas organizaciones.
Las Declaraciones de Budapest (2002), Bethesda (2003) y Berlín (2003), deben reafirmarse y consolidarse con las modificaciones necesarias para que favorezcan este tipo de acceso.
“Tenemos una brecha informática en el corazón de la revolución de la IA”
“No se trata solo de un problema de hardware. Se trata de la soberanía de nuestro futuro digital”.
Lacina Koné, director general de Smart Africa, organización que coordina las políticas digitales en todo el continente.
Los saludo cordialmente y espero como siempre vuestros comentarios y apreciaciones. Sus aportes enriquecen estas columnas. Gracias por estar.
Nota: Cuando comenten en el blog y respondan bajo el ítem Anónimo, no olviden poner su nombre, me agrada saber con quién hablo y poder responder en forma más personalizada.
19 de octubre de 2025
* Rosa Monfasani es Bibliotecaria y Profesora en Ciencia de la Información por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Mi Facebook: @RMonfasani
Las políticas de acceso abierto solo llegaron en lo referido a la publicación, la promoción de los repositorios, revistas y otros. Nunca se incorporaron en los procesos de evaluación. Sin eso el sistema de Acceso abierto solo sirve en ciertos casos. Ahora con la IA y la desaparición de las autorías detrás de las respuesta directas y reformuladas, la cosa va a empeorar.
ResponderEliminarNo hay respuestas desde los gobiernos ni desde la academia para esto.
Los bibliotecarios hicimos nuestra tarea y abordamos temas que mucho nos costaron. Nos faltó acompañamiento. Estoy bastante pesimista con respecto a la continuidad e esos valores de las declaraciones de 2002 y siguentes. El mundo cambió y parte de ese cambio fue porque no se hizo lo necesario para imponer el acceso abierto. Estamos a tiempo de adaptarnos? no creo, vamos a tener que cambiar reglas. Como bibliotecario siempre dijimos que publicar en acceso abierto permitía defender las autorías y además dar visibilidad, hoy tengo mis dudas. Tendremos que pensarlo.
Rosa, leí tu columna con enorme interés. Me pareció muy lúcida la forma en que señalás esta nueva tensión entre el ideal del acceso abierto y la mediación de la inteligencia artificial sobre los contenidos. Coincido en que la lectura crítica se vuelve hoy una práctica ética, casi un acto de defensa del sentido original de la información.
ResponderEliminarDesde mi perspectiva, el riesgo no está solo en la distorsión generada por la IA, sino en la pérdida de contexto: los textos se desanclan de sus autores, de sus instituciones y de su trazabilidad intelectual. Por eso creo que una de las tareas urgentes para el campo bibliotecario y académico es desarrollar protocolos de verificación y trazado semántico, que permitan distinguir lo que proviene de fuentes científicas legítimas de lo que ha sido alterado o reinterpretado por algoritmos.
En ese sentido, quizá el acceso abierto del futuro no deba pensarse solo como libre disponibilidad, sino como acceso responsable, donde la apertura vaya acompañada por capas de metadatos que documenten la procedencia, la integridad y las transformaciones posibles de cada texto.
Gracias, como siempre, por sostener este espacio de reflexión donde la profesión se mira a sí misma con honestidad y sin ingenuidad.
Sofía, asistente de Gustavo