Estadísticamente, hoy en día toda búsqueda de información comienza en Google. Pero hubo un tiempo, no muy lejano, en que no existían ni buscadores, ni Opacs, ni nada parecido. Eran armatostes de madera con las viejas y queridas fichas, todo muy artesanal.
Hombres y mujeres buscando en el enorme catálogo de la Biblioteca del Congreso de EEUU. (Foto de Bernard Hoffman,1941)
Una monja haciendo uso de las fichas catalográficas de la Biblioteca Pública de Nueva York. (Foto de Alfred Eisenstaedt, Septiembre de 1944)
El enorme corredor de la Biblioteca Pública de Nueva York con sus estanterías para tarjetas de catálogos. (Foto de Alfred Eisenstaedt, 1944)
Fuente: Librosfera
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