El equipo antropológico forense argentino identificó que parte de los restos encontrados en el basural pertenecen al estudiante Alexander Mora Venancio, uno de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa.
Desde Argentina, solo podemos tocar de oído, leer en los portales sobre este caso que causa tanto estupor y horror a la vez. Cuesta mucho creer tanta barbarie contra estudiantes, futuros maestros. Es fácil sentarse a escribir, compartir imágenes y dar difusión a esto en este engañoso mundo virtual en el que parece que con un "share" estamos ayudando, seguimos siendo rebeldes o contribuimos en la revolución, mientras en el mundo real, a estos chicos los masacran.
También esta el dilema de hacer la vista al costado, de decir "eso pasa en otro país", pero la verdad es que es difícil permanecer indiferente. Tal vez no ayudamos en nada, tal vez nadie lea esto, caemos en la trampa de que todo lo que escribimos es importante.
Hubo una masacre en Ayotzinapa. En el siglo XXI siguen matando estudiantes. El horror sigue ocurriendo, esta vez en Mexico. Que estos chicos sean los últimos, que sus rostros y el nombre de Ayotzinapa no se vuelva un logo mas de remera que nos vendan o para lucir en una entrega de premios.
Desde Argentina, solo podemos tocar de oído, leer en los portales sobre este caso que causa tanto estupor y horror a la vez. Cuesta mucho creer tanta barbarie contra estudiantes, futuros maestros. Es fácil sentarse a escribir, compartir imágenes y dar difusión a esto en este engañoso mundo virtual en el que parece que con un "share" estamos ayudando, seguimos siendo rebeldes o contribuimos en la revolución, mientras en el mundo real, a estos chicos los masacran.
También esta el dilema de hacer la vista al costado, de decir "eso pasa en otro país", pero la verdad es que es difícil permanecer indiferente. Tal vez no ayudamos en nada, tal vez nadie lea esto, caemos en la trampa de que todo lo que escribimos es importante.
Hubo una masacre en Ayotzinapa. En el siglo XXI siguen matando estudiantes. El horror sigue ocurriendo, esta vez en Mexico. Que estos chicos sean los últimos, que sus rostros y el nombre de Ayotzinapa no se vuelva un logo mas de remera que nos vendan o para lucir en una entrega de premios.
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