Los proyectos seleccionados para las nuevas bibliotecas de Madrid ofrecen diseños que permiten diferentes usos. En los pliegos del concurso se exigía que estas pudiesen fortalecer el trabajo en equipo, el trabajo en Red con otras bibliotecas y la participación social.
Los proyectos seleccionados para las nuevas bibliotecas de Madrid ofrecen diseños que permiten diferentes usos. En los pliegos del concurso para los diseños de tres bibliotecas en los barrios de Villaverde, Montecarmelo y Las Tablas se exigía que estas pudiesen fortalecer el trabajo en equipo, el trabajo en Red con otras bibliotecas y la participación social. Además de albergar los libros, era necesario crear espacios para desarrollar otro tipo de actividades diferentes a la lectura o al estudio solicitadas por entidades locales, ciudadanas, sociales, culturales o deportivas, dando oportunidades a colectivos que habitualmente no son usuarios de bibliotecas. Para ello debían crearse lugares cómodos, pensados para el encuentro y las actividades colectivas y también espacios para hablar e incluso tocar música en algunos momentos. La biblioteca San Fermín ha sido la experiencia piloto para poner en prácticas los anteriores criterios.
En Villaverde, el arquitecto Miguel Ángel Díaz Camacho firma el proyecto la Biblioteca de los mil soles, ganador en el concurso de propuestas para esa zona. El jurado ha destacado la “sencillez y eficacia” del proyecto con una estructura prefabricada de hormigón que posibilita “un contenedor funcional y flexible capaz de integrar los procesos participativos posteriores definidos en la bien estructurada memoria”. El trabajo de Díaz Camacho se estructura en base a dos naves longitudinales denominadas “nave social, la inferior, y nave cultural, la superior”. Los accesos son independientes y eso posibilita una gran flexibilidad de uso. El jurado destaca “la sencillez de la incorporación de una cubierta de lucernarios orientados al norte”.
Además, se ha tenido en cuenta la relación que el arquitecto propone del edificio con el espacio exterior aportando valor al entorno urbano, generando nuevos espacios públicos adaptados a la escala de la calle y del barrio, con espacios estanciales en diálogo con la biblioteca. Se valora la apuesta por la transparencia para que el edificio actúe de “cuidador” del espacio público. El proyecto propone una serie de espacios ajardinados hacia el sur que generan unos volúmenes de biblioteca “atractivos y un pasaje de uso y de acceso a esta de gran interés”, subraya el jurado.
La propuesta de Rubén Picado Fernández y Mª José de Blas Gutiérrez se materializará en Las Tablas. Bajo el epígrafe En Red, el jurado destaca la distribución de la biblioteca que se apoya en un planteamiento modular y geométrico, haciendo mención expresa a la filosofía, redes y tramas del arquitecto español Rafael Leoz, lo que, según el jurado “favorece el rigor constructivo y la versatilidad programática que pudiera exigírsele a esta con el paso del tiempo”. Ha valorado “especialmente la sustitución de los corredores que dan servicio a las salas y aulas por un espacio de consulta amplio, cóncavo y volcado al jardín”.
La propuesta recoge el carácter tecnológico de la biblioteca que los vecinos han manifestado en el proceso participativo previo al concurso, creando una red virtual de pantallas interactivas transparentes sobre fachada.
El arquitecto Raúl García Cuevas materializará su proyecto, Como en casa, en Montecarmelo, con una biblioteca planteada como “oasis urbano” entre la homogeneidad de los bloques de vivienda que la rodean como su implantación y conexión con la ciudad a través de una plaza que se ve reforzada con los grandes huecos de la propia biblioteca, que tienden a favorecer la permeabilidad visual e invitan a entrar y participar en lo que ocurre en su interior.
Fuente: El País
VÉASE ADEMÁS:
Madrid arranca la construcción del nuevo modelo de bibliotecas del siglo XXI
La capital de España estrenará, a lo largo de 2020, tres nuevas bibliotecas adaptadas al modelo de uso y construcción del Siglo XXI, concebidas como grandes espacios "de estar", con amplias zonas para permanecer al cuidado de ancianos o bebés, ver películas y salas para fomentar la creación y la investigación.
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| Proyecto Biblioteca de los mil soles, del arquitecto Miguel Ángel Díaz Camacho para el barrio madrileño de Villaverde. (EL PAÍS) |
Los proyectos seleccionados para las nuevas bibliotecas de Madrid ofrecen diseños que permiten diferentes usos. En los pliegos del concurso para los diseños de tres bibliotecas en los barrios de Villaverde, Montecarmelo y Las Tablas se exigía que estas pudiesen fortalecer el trabajo en equipo, el trabajo en Red con otras bibliotecas y la participación social. Además de albergar los libros, era necesario crear espacios para desarrollar otro tipo de actividades diferentes a la lectura o al estudio solicitadas por entidades locales, ciudadanas, sociales, culturales o deportivas, dando oportunidades a colectivos que habitualmente no son usuarios de bibliotecas. Para ello debían crearse lugares cómodos, pensados para el encuentro y las actividades colectivas y también espacios para hablar e incluso tocar música en algunos momentos. La biblioteca San Fermín ha sido la experiencia piloto para poner en prácticas los anteriores criterios.
En Villaverde, el arquitecto Miguel Ángel Díaz Camacho firma el proyecto la Biblioteca de los mil soles, ganador en el concurso de propuestas para esa zona. El jurado ha destacado la “sencillez y eficacia” del proyecto con una estructura prefabricada de hormigón que posibilita “un contenedor funcional y flexible capaz de integrar los procesos participativos posteriores definidos en la bien estructurada memoria”. El trabajo de Díaz Camacho se estructura en base a dos naves longitudinales denominadas “nave social, la inferior, y nave cultural, la superior”. Los accesos son independientes y eso posibilita una gran flexibilidad de uso. El jurado destaca “la sencillez de la incorporación de una cubierta de lucernarios orientados al norte”.
Además, se ha tenido en cuenta la relación que el arquitecto propone del edificio con el espacio exterior aportando valor al entorno urbano, generando nuevos espacios públicos adaptados a la escala de la calle y del barrio, con espacios estanciales en diálogo con la biblioteca. Se valora la apuesta por la transparencia para que el edificio actúe de “cuidador” del espacio público. El proyecto propone una serie de espacios ajardinados hacia el sur que generan unos volúmenes de biblioteca “atractivos y un pasaje de uso y de acceso a esta de gran interés”, subraya el jurado.
La propuesta de Rubén Picado Fernández y Mª José de Blas Gutiérrez se materializará en Las Tablas. Bajo el epígrafe En Red, el jurado destaca la distribución de la biblioteca que se apoya en un planteamiento modular y geométrico, haciendo mención expresa a la filosofía, redes y tramas del arquitecto español Rafael Leoz, lo que, según el jurado “favorece el rigor constructivo y la versatilidad programática que pudiera exigírsele a esta con el paso del tiempo”. Ha valorado “especialmente la sustitución de los corredores que dan servicio a las salas y aulas por un espacio de consulta amplio, cóncavo y volcado al jardín”.
La propuesta recoge el carácter tecnológico de la biblioteca que los vecinos han manifestado en el proceso participativo previo al concurso, creando una red virtual de pantallas interactivas transparentes sobre fachada.
El arquitecto Raúl García Cuevas materializará su proyecto, Como en casa, en Montecarmelo, con una biblioteca planteada como “oasis urbano” entre la homogeneidad de los bloques de vivienda que la rodean como su implantación y conexión con la ciudad a través de una plaza que se ve reforzada con los grandes huecos de la propia biblioteca, que tienden a favorecer la permeabilidad visual e invitan a entrar y participar en lo que ocurre en su interior.
Fuente: El País
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La capital de España estrenará, a lo largo de 2020, tres nuevas bibliotecas adaptadas al modelo de uso y construcción del Siglo XXI, concebidas como grandes espacios "de estar", con amplias zonas para permanecer al cuidado de ancianos o bebés, ver películas y salas para fomentar la creación y la investigación.
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