En esta columna, Rosa Monfasani nos invita a mirar de frente una realidad que duele: cada vez vemos menos usuarios en nuestras salas. ¿Podemos recuperarlos? La respuesta está en el diálogo, la creatividad y la acción colectiva.
Si en la anterior columna fue la biblioteca, en esta serán los usuarios de los cuales mucho ya se ha dicho. No deseo que éste resulte un tema recurrente, pero se ha de tener en cuenta según mi parecer que sin usuarios tendremos que repreguntarnos, qué estamos haciendo y cuáles son y como pregunta digo ¿Los usuarios están ahí? Dónde se encuentran que poco los vemos, qué hacen cuando requieren datos para preparar una clase, desarrollar una investigación o simplemente conocer, ya que nada de todo esto es poco.
Con el pasar del tiempo los vamos perdiendo, y pareciera que hoy los usuarios somos nosotros mismos con más interrogantes que antes.
El bibliotecario hizo de todo para poner al alcance de su mano los contenidos que necesitaban tanto usuarios como lectores, y hago esta diferenciación porque como bien decía Domingo Buonocore (1899-1991), bibliotecario argentino:
“… todo lector es, por ese solo hecho un usuario, pero la inversa no siempre es exacta”.
¿Los usuarios dejaron de ir a las bibliotecas y se quedaron en el mundo virtual? Ya que, para complementar el ocio, el aprendizaje o la investigación:
- Recurren a las búsquedas de diferentes documentos en línea.
- Tratan de manejarse en forma independiente.
- Encuentran información en cantidad y desperdigada.
Por ello se podría decir que falta la interacción entre el usuario, la biblioteca y por ende con la información.
Es importante tener en cuenta, que desde hace bastante tiempo y hoy está más agudizado, los usuarios:
- No preparan anticipadamente y en forma organizada su necesidad de información.
- Realizan la búsqueda en forma independiente sin seguir un camino estipulado.
- Introducen pocas palabras clave.
- Hacen uso de buscadores masivos.
- No utilizan portales temáticos ni el de la propia biblioteca.
- No distinguen entre los diferentes tipos de fuentes referenciales.
- Usan poco los catálogos, bases de datos y otras herramientas de búsqueda.
- Utilizan herramientas sencillas y usan poco las avanzadas.
- No analizan la pertenencia de las fuentes documentales.
- Desconocen el uso adecuado de la web.
- Combinan poco las fuentes impresas con las virtuales.
- Pierden tiempo en las búsquedas.
- En la lectura virtual, a menudo ojean las páginas rápidamente.
- No hacen una lectura crítica y comprensiva.
Para que se produzca un cambio es conveniente reforzar los medios que se nos presentan y escuchar al usuario con más atención, trabajar en conjunto con otros colegas y atender experiencias para encarar las nuevas capacitaciones que hoy se pueden presentar.
En fin, esta columna más que una pregunta sin respuesta, es tratar de introducir algunas sugerencias que seguramente puedan contribuir a recuperar los usuarios que pareciera se nos han escapado de las manos. Y como en la otra columna, incorporo algunas preguntas para conocer sus pareceres y que están haciendo para ello.
- ¿Qué tipo de servicios ofrecemos a los usuarios?
- ¿Conversamos con ellos?
- ¿Será necesario modificar los productos que se ofrecen?
- ¿Los usuarios concurren a la biblioteca? ¿Si lo hacen que medios utilizan?
- ¿Cómo acceden a la información?
- ¿Qué tipo de difusión se hace?
- ¿Los bibliotecarios implementan nuevas actividades?
- ¿Las autoridades colaboran y los apoyan en sus emprendimientos?
- ¿Utilizan los medios de comunicación adecuados?
- ¿Se comunican con otros profesionales para determinar acciones futuras?
- ¿Qué se les ocurre se podría implementar?
A éstos cuestionamientos me permito agregar lo que manifestaba Gustavo Gómez, director de la de la biblioteca de la Universidad de Villa María (Córdoba), en sus comentarios respecto a los usuarios en la columna anterior:
¿Cuántas veces pidieron ayuda a una bibliotecaria o bibliotecario para encontrar la información que buscaban? ¿Cuántas veces le pidieron a un bibliotecario que les encuentre un libro que no pueden localizar?
Y como decía su asistente de IA Sofía: “…invita a pensar colectivamente, a revisar prácticas, a preguntarse por políticas públicas, por redes profesionales, por modos de contar lo que hacemos...”
“…dar el servicio a quien lo necesita, la canalización de la información hacia quien la demanda, es el fin primordial de la tarea bibliotecaria y no siempre el que tiene los mejores medios alcanza los mejores fines”.
Emma Linares (Bibliotecaria argentina,1912-2007)
Agradezco a quienes me leen porque con sus sugerencias siempre me alertan con nuevos temas y posibilitan seguir debatiendo en cuestiones de nuestra profesión que cambian o se agudizan en el día a día.
Disculpen estas nuevas inquietudes que tratan de responder a la pregunta: ¿Los usuarios están ahí?
Como siempre gracias por los aportes recibidos en el blog.
31 de julio de 2025
* Rosa Monfasani es Bibliotecaria y Profesora en Ciencia de la Información por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Mi Facebook: @RMonfasani
Una forma de fomentar la lectura es a través de la creación de clubes o grupos de lectura. He descubierto que muchas personas, especialmente las mayores, disfrutan compartir lo que leen: contar las historias, ser escuchadas y escuchar a otros. Esa experiencia de ser oídos fortalece los lazos, estimula el pensamiento y enriquece la lectura compartida.
ResponderEliminarEstos espacios suelen convocar a numerosos lectores interesados no solo en comentar libros, autores o géneros literarios, sino también en formar parte de un grupo con el que sienten una conexión especial, como si hablaran el mismo idioma emocional. Así, poco a poco, la soledad se disipa.
Si bien se requiere cierta experiencia para coordinar estos encuentros, es totalmente posible. El tiempo y la dedicación nos traerán recompensas: más alegría, más cercanía y una relación más viva con la biblioteca.
Estimado/a Anónimo/a: Gracias por su comentario, seguramente quienes aún no utilicen esos clubes o grupos de lectura podrán implementarlos como una forma de atraer lectores. Todo es bien venido para recuperar a los usuarios. Saludos.
Eliminar¡Se tenía que decir y Rosa lo dijo! Estamos complicados. Cada vez son menos los que se acercan al mostrador a pedir un libro. Lo que fueron salas de lectura, se convirtien de a poco en un lugar donde algunos se encuentran para estudiar o preparar un trabajo, pero .... ¿consultando versiones resumidas que ofrece la IA?. Si algunas estadísticas y estudios están dando cuenta que están llegando a la universidad porcentajes considerables de estudiantes con dificultades para leer y comprender lo que alcanzan a leer.... ¿qué sentido tienen nuestros fondos bibliográficos?. Si llegan tiempos en los que pasan los días y nadie se acerca a consultarnos o pedir un libro .... ¿puede suceder que nuestros jefes se olviden de las bibliotecas y decidan priorizar la asignación de presupuesto a otras áreas y pedirnos que cumplamos funciones que de a poco se vayan alejando de la tarea bibliotecaria?. Estamos complicados y ¿anestesiados?. ¿Por qué no reaccionamos?. Compartamos con otros colegas las columnas de Rosa. Deberíamos sumarnos e imitarla, porque sin temor a equivocarme, es la única en Argentina que sistemáticamente se la juega y está haciendo algo que necesitamos para despertarnos: plantea públicamente temas para debatir y reflexionar sobre el presente y el futuro cercano de nuestra profesión.
ResponderEliminarWow querido Sergei, te viniste con todo. Si la bibliotecas están complicadas. Hoy los tiempos han cambiado y mucho, pero siempre existen artilugios para revertir situaciones y se que los más jóvenes seguramente adentrados en esta problemática serán más creativos para atraer a los usuarios. A lo mejor como en diferentes épocas estamos atravesando una crisis que sé que de alguna manera se podrá resolver. En cuanto a tu pregunta: "¿qué sentido tienen nuestros fondos bibliográficos?" que constituyen el patrimonio cultural de una localidad determinada sean consultados por investigadores (para ello pondremos toda la iniciativa para atraerlos). No sé, no es sencillo, el trabajo con el de al lado o conel que está más lejano podría aunar esfuerzos. No pierdo la esperanza de que la biblioteca renovada, Lo mismo digo para las autoridades que en el fondo son usuarios y también piensan que todo está en la virtualidad. Por otro lado usan los espacios y se hacen de los cargos y posiciones para ser utilizados en otros agentes de la isntitución con los que tiene algún compromiso pero que no saben nada de la biblioteca, aunque en algún momento la hayan utilizado. En fin como dices estamos anestesiados y ya no recuerdo si en la columna lo dije, pero lo repite "...avive el seso y despierte..." Por último lindo tema todo esto para ser tratado en un encuentro. Ya hemos planificado algo para la 23 JBDU que será el 6 y 7 de noviembre próximo y tratará especialmente del usuario. Abrazo gigante.
EliminarPreguntaste si alguna vez algún usuario se acercó al referencista para solicitar ayuda. Puede que sí (pocos) o no. Me preocupa pensar que alguno se haya acercado tímidamente y el bibliotecario referencista en medio de una crisis interna de la Biblioteca o de carácter personal, no haya podido contener, dirigir a quien formula la consulta. ¿Logramos controlarnos y atender como se merece quien solicita orientación? Paulina Gamberg
ResponderEliminarMi querida amiga Pau. Es verdad lo que dices respecto a la tarea de referencia. Como en la biblioteca donde trabajé había una persona muy entregada a su tarea y muy consultada por los usuarios de la universidad no me percaté que quizás en otras no sucediera lo mismo. A tener en cuenta que ese servicio constituye una cara importante para dar visibilidad a la biblioteca. En fin, creo que todo lo que aquí se está manifestando son aportes que de una u otra manera sirven para que como dijo en comentario antrrerior despertemos y se tome conciencia del significado de la biblitoeca y de lo que pueden hacer los bibliotecarios. Muchas gracias por estar tan atenta, Te mando un abrazo gigante.
EliminarExcelente planteo Rosita. Si consideramos que la biblioteca es un sistema social que esta integrado por varios componentes esenciales, los usuarios son precisamente uno de sus componentes esenciales. Sin lugar a dudas que los bibliotecarios deben revisar y refomular estrategias que rearticulen sus relaciones con los usuarios. También tener clara conciencia de que hay una serie de aspectos que la IA no reemplaza a la persona humana. Es uno de los aspectos que requiere de un profundo debate y reposición miento sobre los roles de la biblioteca
ResponderEliminarEstimado/a Anónimo/a. Debatamos, justamente esa es la idea para dar a luz problemáticas que nos preocupan a todos y que muchas veces no tenemos en cuenta. Los actores para que funcione el acceso a la información no están estancados son un conjunto de continente, por ejemplo la biblioteca, el lugar físico donde encontramos lo que necesitamos o los documentos que proveen la información, y el contenido que nos da lo viejo o lo nuevo para saber más e integrarnos en la sociedad o el bibliotecario que es quien nos acerca lo que necesitamos. Abrazo y sugiero a todos que cuando respondan en modo anónimo al final del comentario pongan su nombre para que pueda responder de una manera más personalizada.
Eliminar