No te olvides de Armenia

En el mes de agosto, Sudamericana publicó Nomeolvides Armenuhi: la historia de mi abuela armenia, biografía que escribió la periodista Magda Tagtachian sobre su abuela paterna, Armenuhi (mujer armenia). Aquí un vistazo de esa corta y emotiva biografía que se está llevando todos los aplausos.

Por Morena Fournier

Probablemente una de las mejores maneras para interiorizarse en ciertos temas sea hablar con alguien que lo sepa o lo haya vivido. Claro que no todos los grandes sucesos históricos conservan testigos, pero si algo se aprende trabajando con documentos es que unx deja pedacitos de su historia en todos los rincones. Entonces puede venir alguien y armando el rompecabezas, traer ese testimonio que nos brinde la respuesta que buscábamos, o la información para satisfacer esa necesidad.

Si bien el Genocidio Armenio no es un tema poco tratado, a veces cuesta hacer visibles ciertas cosas. Por el dolor que no deja hablar, por la falta de interés (tal vez). Lo cierto es que no recuerdo haber hablado de esto en la escuela, y hoy solamente la curiosidad me abre la puerta a la historia.

La familia de Armenuhi (arriba en el centro con corbata). Tenía 13 años. La foto fue tomada en 1927, pocos meses antes de que viajara. (Álbum familiar)

Magda Tagtachian habla de su abuela Armenuhi, sobreviviente al nombrado genocidio, personaje admirable por el valor y el amor con el que vivió toda su vida (abandonando a su familia a los 13 años para casarse con un hombre a quien no conocía, con quien formó su propia familia en un país completamente diferente, logrando reunirlos a todos otra vez años más tarde, y un centenar de cosas más). Magda Tagtachian habla a través de su abuela, arma el rompecabezas, para recordarnos esto, algo que sucedió y que fue terrible. Una forma “suave” de encarar otra parte violenta de la historia universal.

El hecho de que esté narrada como una novela ayuda a ese toque tierno que nos permite enfrentar las partes más tristes. Leo en otras notas que caracterizan al libro de “emocionante”, y es acertado. La historia tiene altibajos que te fuerzan a admirar a aquellos que la vivieron, aunque por momentos parece rozar demasiado la ficción. Ciertos diálogos, ciertos momentos (que no pongo en duda en absoluto) están tan novelados que cortan un poco el tono realista y cruel que necesariamente tiene la historia. Algo así como que la misma característica que le da su magia, puede llegar a jugar en contra. A pesar de esto, lo amigable de la narración gana por goleada, y esos ruidos se olvidan rápido.

Por otro lado, ciertas partes de la narración dejan ganas de más. Al encarar prácticamente toda la vida de su abuela y el resto de su familia, se ven como grandes tajadas de historia. El libro es corto, lo cual en algún punto juega a su favor. Pero es difícil apagar la curiosidad una vez despierta. Es sorprendente como logró meter la historia de esa cantidad inmensa de familiares en tan pocas páginas.

Los abuelos Armenuhi y Yervant, sentados en el centro. Arriba, desde la izquierda, sus hijos, Jorge (y su mujer Beatriz), Alicia y Eduardo. Abajo, los niestos, Jorge Simón y Magdalena. Foto de 1970. (Álbum familiar)

Sobre los numerosos familiares sucede algo similar que con la manera en que está narrada. Los armenios cuentan con una cultura hermosa, llena de colores, olores y sabores que Magda sabe compartir. Me recordó por momentos a Casita Robada, de María Josefina Cerutti, aquella familia italo-argentina atravesada por la comida y la tragedia. Igual que con los Cerutti, en estas familias completamente cruzada por los sabores, son muchas personas y es muy difícil seguir la historia sin perderse en ese universo nuevo de nombres. Nombres que por suerte no están argentinizados, lo cual permite también conocer los sonidos. Pero es muy fácil perder el hilo. Acá es donde un árbol genealógico habría sido bárbaro, porque me dio la sensación de que muchas cosas se me iban en esta confusión de parientes, tratando de acordarme si estaba hablando del abuelo, padre, primo o tío.

Una de las últimas imágenes de la abuela Armenuhi.
Pero a pesar de estas pequeñas observaciones, el libro no tiene desperdicio. Las fotos congelan la vida de esta valiente y trágica mujer. Unx casi puede verlos a lo largo del libro. Magda Tagtachian consigue hacer palpable el miedo y el dolor, la alegría de los reencuentros, la tristeza de la separación. Y si bien habla de otros, también habla mucho de ella. Valiente también Magda que se animó a abrirse para acercarnos un testimonio de aquel genocidio. Espero que este libro llegue a muchos, y así todos podamos recordar Armenia.


Sobre la autora

Magda Tagtachian nació en Buenos Aires el 6 de marzo de 1967, tercera generación de armenios. Es periodista graduada en la UCA y trabaja en Clarín desde 1998. Actualmente integra el equipo de editores de la revista Viva. Fue redactora en Para Ti y corresponsal en España para Editorial Atlántida. Le gusta leer, viajar y escribir relatos y poesías, además de practicar yoga, andar en bicicleta y correr. 


Véase además:


*Fotos publicadas con permiso de Magda Tagtachian.
**Biografía de la autora tomada de la solapa de Nomeolvides Armenuhi: la historia de mi abuela armenia. Buenos Aires: Sudamericana, 2016.

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