Las frases más inolvidables de El Principito

Es uno de los libros más leídos de la historia y, aunque se publicó como un volumen infantil, sus enseñanzas encandilan a personas de todas las edades.


Ilustración de portada del libro El Principito. (Terceros)

Pocos libros tan inspiradores como El Principito, la obra más famosa del escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry. Desde que fue publicada en abril de 1943, ha estado considerado entre los mejores libros del siglo XX y se ha convertido en el libro escrito en francés más vendido, leído y traducido de todos los tiempos. 

Su autor lo escribió en el exilio en los Estados Unidos tras escapar de la Francia ocupada en la Segunda Guerra Mundial. Aunque considerado como un libro infantil, las enseñanzas y sabiduría que encierra en sus páginas lo han convertido en un libro de lectura obligada. Estas son algunas de sus mejores frases:  


1- Eres el dueño de tu vida y tus emociones, nunca lo olvides. 

2- Es muy triste olvidar a un amigo. No todos han tenido un amigo.

3- Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos.

4- Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que, algún día, cada uno pueda encontrar la suya.

5- Luchar por nuestros sueños es algo que todos debemos hacer, buscar nuestra propia felicidad.

6- Al primer amor se le quiere más, al resto se le quiere mejor. 

7- Cuando encuentras un diamante que no es de nadie, es tuyo. Cuando encuentras una isla que no es de nadie, es tuya. Cuando eres el primero en tener una idea, la haces patentar: es tuya. Yo poseo las estrellas porque jamás nadie antes que yo soñó con poseerlas.

8- Lo que veo aquí es sólo una corteza. Lo más importante es invisible. 

9- No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.

10- Sólo se conocen bien las cosas que se domestican.

11- ¿Y de qué te sirve poseer las estrellas?-Me sirve para ser rico. – ¿Y de qué te sirve ser rico? -Me sirve para comprar más estrellas.

12- Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso.

13- Para los vanidosos todos los demás hombres son admiradores.

14- Las personas mayores nunca pueden comprender algo por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones.

15- Se debe pedir a cada cual, lo que está a su alcance realizar.

16- Todas las personas mayores fueron al principio niños, aunque pocas de ellas lo recuerdan.

17- Únicamente los niños saben lo que buscan. Pierden el tiempo con una muñeca de trapo que viene a ser lo más importante para ellos y si se la quitan, lloran.

18- Conozco un planeta donde vive un señor muy colorado, que nunca ha olido una flor, ni ha mirado una estrella y que jamás ha querido a nadie.

19- Y cuando te hayas consolado (uno siempre termina por consolarse) te alegrarás de haberme conocido.

20- Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar en millones y millones de estrellas, basta que la mire para ser dichoso.

21- Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante.

22- Siempre he amado el desierto. Puede uno sentarse sobre un médano de arena. No se ve nada. No se oye nada. Y, sin embargo, algo resplandece en el silencio…

23- He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos.

24- Lo hermoso del desierto es que en cualquier parte esconde un pozo.

25- Cuando mires al cielo, por la noche, como yo habitaré en una de ellas, como yo reiré en una de ellas, será para ti como si rieran todas las estrellas. ¡Tú y solo tú tendrás estrellas que saben reír!

26- Es una locura odiar a todas las rosas sólo porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños sólo porque uno de ellos no se cumplió.

27- Pero las semillas son invisibles. Duermen en el secreto de la tierra hasta que a una de ellas se le ocurre despertarse.

28- Los hombres ya no tienen tiempo para conocer nada; compran las cosas ya hechas a los comerciantes; pero como no existe ningún comerciante de amigos, los hombres ya no tienen amigos.

29- Él se enamoró de sus flores y no de sus raíces, y en otoño no supo qué hacer.

30- Cuando el misterio es demasiado impresionante, es imposible desobedecer.


Fuente: La Vanguardia  (Por: Beatriz Benéitez Burgada)



Comentarios